EL MUNDO › LA POLICIA DESBARATO UNA MANIFESTACION DE SUS PARTIDARIOS

Detuvieron a Bhutto en Pakistán

Ante el clamor internacional, la detención de la líder opositora no duró mucho, pero lo suficiente como para que no pudiera asistir a la protesta que había convocado. Hubo muertos y detenidos y bombardearon la casa de un ministro cercano al presidente Musharraf.

La tensión volvió a subir ayer en Pakistán después de que el presidente Pervez Musharraf desplegara un megaoperativo de seguridad contra la dirigente opositora Benazir Bhutto. Estuvo bajo arresto domiciliario durante todo el día, según el gobierno para protegerla de una supuesta amenaza terrorista. Ella, sin embargo, acusó a Musharraf de boicotear la manifestación que había convocado el día anterior y a la que no pudo asistir. Un cordón de camiones blindados y cerca de tres mil policías le bloquearon el paso todas las veces que intentó salir. Recién la liberaron a la noche.

La jornada estuvo, además, plagada de violencia. Las fuerzas de seguridad reprimieron dos protestas en las afueras de la capital, Islamabad, y detuvieron a decenas de militantes opositores. En el noroeste del país, en tanto, un atacante suicida logró entrar a la casa de un ministro muy cercano a Musharraf y se inmoló. El aliado del presidente salió ileso, pero tres personas de su entorno resultaron muertas.

La detención de Bhutto provocó inmediatamente el repudio del mundo. Estados Unidos y la ONU fueron los primeros en presionar públicamente al presidente Musharraf. “La ex primera ministra Bhutto y otros miembros de su partido deben tener libertad de circular libremente y todos los manifestantes detenidos deben ser liberados”, señaló el portavoz de Seguridad Nacional, Gordon Johndroe. Desde Londres, el primer ministro Gordon Brown también le habló directamente al mandatario paquistaní. “Hago un llamamiento al presidente Musharraf a que restaure el orden existente antes de declarar el estado de excepción, ponga en libertad a los presos políticos y dé un paso adelante, como ha prometido, celebrando elecciones en lugar de poner a sus rivales bajo arresto domiciliario”, aseguró.

El secretario general de Naciones Unidas, el surcoreano Ban-Ki moon hizo un llamado similar. Su vocero Farhan Haq aseguró que las nuevas detenciones y la represión que sufrieron ayer los disidentes que salieron a las calles van en contra de las promesas que había hecho el presidente paquistaní el jueves pasado. Haq, al igual que Washington y Londres, también instó a Musharraf a definir una fecha clara para las elecciones parlamentarias que, según anunció el jueves, tendrían como plazo máximo el 15 de febrero próximo.

El arresto domiciliario provocó tanto rechazo porque Bhutto es considerada por Occidente como la principal líder de la oposición y una posible solución a la crisis, a pesar de que sólo logró volver al país gracias a que Musharraf la amnistió en todos los casos de corrupción. Bhutto aprovechó el acoso policial de ayer para intentar revertir la imagen creada por el resto de la oposición, que la describe como una dirigente ambigua que cuestiona al gobierno, pero a la que no le conviene romper del todo con él. “Soy su hermana, no estoy armada y lucho por la democracia”, le dijo a un policía en uno de sus intentos por evadir las barreras.

Mientras los medios internacionales relataban con indignación estas escenas, Bhutto daba entrevistas telefónicas desde su casa. “Algunas mujeres de mi partido quitaron los alambres de espino con sus manos”, relataba. “No quiero que Pakistán se convierta en un Irak. Quiero salvar al país”, afirmaba en otra entrevista.

Afuera, en tanto, los simpatizantes de Bhutto intentaban acercarse a la casa. Aunque la dirigente opositora no pudo tener su manifestación masiva como quería, sus seguidores armaron una demostración de fuerza similar en su barrio. Ya para la tarde las calles aledañas estaban llenas de personas que increpaban a los policías y pedían que se terminara el estado de emergencia. Según los asesores de Bhutto, muchos de ellos habrían sido arrestados, aunque no pudieron confirmar cuántos.

En tanto, en Rawalpindi, la ciudad donde se planeaba el mitin, cerca de seis mil policías habían ocupado las calles principales y habían derribado el escenario desde donde Bhutto debía hablar. Además, todas las rutas que conectaban la ciudad con Islamabad estaban bloqueadas por autos de la policía o incluso camiones de las fuerzas armadas. A pesar de todos los recaudos, más de 200 seguidores del Partido Popular de Pakistán (PPP) de Bhutto lograron reunirse durante algunos minutos como había sido planeado. El PPP denunció anoche que decenas de ellos fueron arrestados, engrosando la lista de detenidos. Desde que Musharraf decretó el estado de emergencia, el sábado pasado, más de cinco mil opositores, abogados, jueces y defensores de los derechos humanos fueron arrestados.

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Simpatizantes de Bhutto tiran piedras a la policía en Rawalpindi, donde reside la ex premier.
Imagen: AFP
 
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