EL MUNDO › PARA EL MANDATARIO DE EE.UU., LA REVUELTA DEMUESTRA “LA FUERZA MORAL DE LA NO VIOLENCIA”

Obama pidió que la transición sea prolija

El presidente estadounidense advirtió que los egipcios deberán transitar días difíciles. Resaltó el rol que desempeñaron los ciudadanos en el levantamiento popular y lo definió como “el poder de la dignidad humana”.

“Egipto no volverá a ser el mismo desde la salida de Hosni Mubarak”, dijo ayer el presidente Barack Obama. El mandatario estadounidense volvió a pedir una transición ordenada en El Cairo y ofreció la asistencia de la Casa Blanca para encaminar al país no-rafricano hacia un régimen democrático. “La renuncia de Mubarak no significa el fin de la transición, sino el comienzo”, dijo desde Wa-shington. Otros líderes occidentales se sumaron al pedido de Obama.

Desde el vestíbulo de la Casa Blanca, Obama dio ayer por la tarde una conferencia de prensa en la que se refirió a los acontecimientos que desde el 25 de enero venían sacudiendo Egipto y que terminaron por expulsar ayer de la presidencia a Mubarak. El mandatario estadounidense apareció serio ante la prensa y advirtió que los egipcios deberán transitar días difíciles. Obama resaltó el rol que desempeñaron los ciudadanos en este levantamiento popular. Definió el papel de los manifestantes como “el poder de la dignidad humana” y la “fuerza moral de la no violencia”. Además, afirmó: “Nos han inspirado al demostrar que es mentira que la justicia se consigue con violencia”.

Según Obama, la rebelión egipcia que tuvo epicentro en la plaza Tahrir hizo resonar los “ecos de la historia” y comparó la nueva era que se inaugura en Egipto con episodios como la caída del Muro de Berlín o la lucha de Mahatma Gan-dhi por la independencia de la India. “Los egipcios han cambiado su país y al hacerlo han cambiado el mundo”, sentenció. “Cristianos y musulmanes juntos, los egipcios han demostrado que no nos definimos por aquello que nos separa sino por aquello que nos une como parte de la raza humana”, añadió.

Obama volvió a reclamar, ahora a los militares que están en el poder, que se asegure una transición creíble ante los ojos de los egipcios. “Eso significa proteger los derechos de los ciudadanos egipcios, levantar la ley de emergencia, revisar la Constitución y otras leyes para lograr este cambio irreversible y establecer un camino claro hacia las elecciones libres y justas”, enumeró. “Sobre todo, esta transición debe traer a la mesa todas las voces de Egipto”, apuntó.

Obama evitó referirse en demasiadas oportunidades a Mubarak, uno de los aliados más cercanos de Washington. Como remarcó la prensa estadounidense, prometió seguir con sus aportes de 13 mil millones de dólares anuales en materia militar y de 250 millones en asistencia económica. Antes de aparecer ante las cámaras, el presidente norteamericano se había reunido con su equipo de seguridad para seguir de cerca la tambaleante situación en Egipto. Obama había recibido la noticia de la renuncia de su otrora aliado mientras estaba en una reunión en el Despacho Oval. Pero, según dijo el jefe de la Casa Blanca, no se comunicó en ningún momento con el ahora ex mandatario egipcio.

Después de su alocución, el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, le recordó los límites al nuevo gobierno egipcio. “Es importante que reconozca los acuerdos que fueron firmados con el gobierno de Israel”, afirmó. En consonancia, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo que el de ayer fue un día de alegría, pero reclamó a Egipto que cumpla con los acuerdos con Israel. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, también festejó la jornada histórica: “Francia respeta esta decisión valiente y necesaria”. Por su parte, el premier británico, David Cameron, ofreció ayuda al país africano. “Han alcanzado la posibilidad de construir un gobierno que reúna a las personas en una sociedad democrática”, celebró. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, también se sumó a las celebraciones y, como Obama, reclamó un cambio pacífico y transparente. “La voz del pueblo egipcio se escuchó”, dijo. En tanto, la canciller española, Trinidad Jiménez, opinó que la salida de Mubarak facilitará una rápida transición a la democracia.

Desde Israel hubo silencio y trascendió que el premier Benjamin Netanyahu pidió moderación a sus ministros. El diario Haaretz publicaba en su edición web que los israelíes esperaban que la dimisión de Mubarak no afecte las relaciones con ellos. “Esperamos que la transición a la democracia en Egipto suceda sin violencia y que se mantenga el acuerdo de paz”, dijo un funcionario a esa publicación. “Tenemos un período difícil por delante”, reconoció Zvi Mazel, un ex embajador israelí en Egipto.

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Mubarak con Obama en el 2009, antes de que la Casa Blanca le soltara la mano.
 
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