EL MUNDO › EL OFICIALISMO, FORTALECIDO PESE A ALGUNAS DERROTAS

Ganó donde no podía perder

 Por Eric Nepomuceno

Al terminar la segunda vuelta de las elecciones municipales en Brasil, los resultados muestran algunos aspectos relevantes. El PSDB del ex presidente Fernando Henrique Cardoso y principal partido de oposición logró victorias en tres capitales, siendo que una de ellas Belém do Pará, que tiene importancia regional y en el plan nacional, relativa. Las demás, no tanto; pero hay que destacar Manaus, donde Arthur Virgilio derrotó por amplio margen a la candidata apoyada por el PT. Cuando era senador, Virgilio ha sido un crítico implacable del entonces presidente Lula, a quien llegó a amenazar de una golpiza.

Ya el Partido Socialista Brasileño, el PSB, confirma que ha sido el que más creció en el país. Conquistó tres capitales. Una de ellas –Fortaleza, en Ceará– tiene fuerte influencia regional e influencia mediana en el país. El PT de Lula y Dilma conquistó tres capitales, pero la que realmente importa –San Pablo– significa un fortalecimiento indiscutible. El PDT, dudoso aliado nacional, logró dos victorias, pero la única realmente importante –Curitiba, capital de Paraná– se dio en alianza con el PT, es decir, fortalece otra vez al partido de Lula. El DEM, Partido de los Demócratas, que en curiosa ironía abriga a los más recalcitrantes de la derecha, logró una victoria importante en Salvador, capital de Bahía, derrotando al candidato fuertemente apoyado por Lula y Dilma.

Habrá que esperar que se calmen los vientos y se asienten los humos para tener una evaluación más consistente y realista del escenario político que surgirá de esas elecciones municipales en Brasil. Algunos aspectos, sin embargo, son indiscutibles. La desgastada derecha sale reforzada en Salvador. El DEM, que estaba a punto de disolverse por absoluta falta de respaldo público, logró derrotar a Lula, a Dilma y al mismo gobernador de Bahía, Jacques Wagner. ¿Qué efectos tendrá esa victoria en el mapa político nacional? Imposible de prever. Pero le da una sobrevida al partido.

El PSB, al conquistar Fortaleza, impone otra derrota al PT, y de cierta forma consolida el liderazgo de su presidente y gobernador de Pernambuco, Eduardo Campos.

A la hora de un primer balance de lo que han sido esas elecciones municipales, hay vencedores evidentes. Uno de ellos es el actual senador y ex gobernador de Minas Gerais, Aécio Neves, del PSDB. Postulante declarado a la sucesión de Dilma en 2014, Neves vio a su principal rival en el partido, José Serra, ser aplastado de manera indiscutible. Existe, es verdad, la posibilidad de que el actual gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, derrotado por Lula en 2006, se anime a postularse otra vez a la sucesión de Dilma. Pero no hay dudas de que Neves sale muy fortalecido, dentro del combatido PSDB, para 2014.

Otro ganador evidente es Eduardo Campos, del PSB, aliado del gobierno de Dilma. Su partido ha sido el que más creció y con eso Campos sale fortalecido frente a 2014. Podrá postularse, en la eventualidad de un deterioro económico que debilite la candidatura de Dilma a la reelección, o disputar la vicepresidencia con la actual presidente.

Nada, sin embargo, se compara con la victoria Fernando Haddad en San Pablo, o sea, de Lula da Silva. Conquistar la alcaldía de San Pablo, derrotar a José Serra en su reducto principal, reforzar al PT en un momento tan delicado a raíz del juicio en la Corte Suprema es algo incomparable. Pase lo que pase de aquí a las presidenciales de octubre de 2014, la ventaja del PT, de Dilma y de Lula es indiscutible. Lo que se vio ayer en Brasil ha sido el funeral político de un dirigente que fue importante, que tuvo méritos concretos, llamado José Serra, y que desmanteló y contradijo una biografía respetable, pasando del progresismo al conservadurismo más innoble.

También se constató la confirmación de una capacidad indescriptible de intuición política de un ex mecánico llamado Luiz

Inácio Lula da Silva. Sí, es verdad, el PT de Lula perdió en reductos importantes. Pero ganó en el principal. Ayer, Brasil se llamaba San Pablo. Y en San Pablo ganó el candidato de Lula.

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