EL PAíS › EL GOBIERNO QUIERE VOLVER A ENCOLUMNAR A SUS ALIADOS DESPUéS DE LA CRISIS CON EL AGRO

A sanar las heridas en la tropa

Tras la aparición de voces críticas entre gobernadores e intendentes, el oficialismo confía en sostener su liderazgo. Les daría protagonismo a los gobernadores del PJ en el manejo de subsidios y reintegros.

 Por Martín Piqué

El conflicto con las entidades rurales dejó sus marcas en la heterogénea coalición oficialista. Una de las consecuencias fue la aparición de voces disidentes entre los gobernadores e intendentes del conurbano. Como en la tradición no escrita del movimiento, la lealtad –esa virtud tan declamada en la retórica peronista– se mantiene mientras el conductor garantice la conservación de la mayoría electoral. Cuando esa condición se vuelve más incierta, empiezan los desafíos. En la Casa Rosada conocen la historia del peronismo. Pero igualmente se muestran confiados. Creen que el resultado que produjo el conflicto hacia adentro del PJ será revertido en los próximos meses. “Esto es una película, no una foto”, advirtió a Página/12 un gobernador peronista que tiene simpatías por los Kirchner. La idea es volver a encolumnar a la mayor parte del peronismo detrás de la conducción del matrimonio presidencial.

Los síntomas de los últimos días no fueron demasiado tranquilizadores: el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, faltó a varios actos encabezados por la Presidenta, el senador Carlos Reutemann expresó su apoyo a la suspensión de las retenciones móviles, varios intendentes del conurbano conocidos por su pertenencia al kirchnerismo no movilizaron para el acto del martes 1º de abril en Plaza de Mayo. Los caciques comunales incluso decidieron no suspender las sesiones del Concejo Deliberante local en varios distritos: generalmente en los municipios del Gran Buenos Aires las sesiones ordinarias del Concejo comienzan el primer día de abril. Otro hecho sorpresivo fue la aparición del gobernador de Chubut, Mario Das Neves, haciendo duras críticas al jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

Una de las estrategias que está evaluando el Gobierno para recomponer su posición ante los gobernadores del peronismo es asignarles un rol importante en la administración de los subsidios y reintegros a los pequeños productores. Uno de los objetivos no declarados de esa estrategia es evitar que se fortalezca el reclamo “federalista” que cuestiona a la Nación por el manejo centralizado de los recursos. Como las retenciones no se coparticipan (no se distribuyen entre las provincias según su población, su realidad socioeconómica y su aporte al PBI), los productores rurales incluyeron esta cuestión en su paquete de reclamos. Eso puso a los gobernadores entre la espada y la pared: los ruralistas estaban reclamando para que fueran las provincias las que administraran la mayor parte de los ingresos fiscales obtenidos vía retenciones.

La idea de otorgar una mayor participación a los gobernadores en la política agropecuaria viene siendo analizada por el Gobierno desde hace una semana. El viernes, la Presidenta conversó de ese tema con el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich. El chaqueño ha sido uno de los mandatarios provinciales más elogiados desde la Rosada. En el primer piso de Balcarce 50 le reconocen su papel en los peores momentos del conflicto. Capitanich está de acuerdo con que los gobernadores intervengan en la aplicación de los subsidios y reintegros que cobrarán los pequeños productores rurales para compensar el alza de las retenciones móviles. La posición del chaqueño también tiene eco entre otros dirigentes kirchneristas que hasta ahora mantuvieron posiciones públicas muy duras ante el lockout ruralista.

La convocatoria a los gobernadores, al igual que la política diferenciada hacia los pequeños productores, es una demostración de que el Gobierno entendió que el conflicto rural modificó drásticamente el escenario político. Y también tuvo efectos sobre el panorama interno del peronismo. Antes del enfrentamiento con las entidades ruralistas, hubiera sido difícil que un intendente del conurbano no pusiera toda la estructura municipal, la logística y sus militantes al servicio de una convocatoria hecha por los Kirchner. Sin embargo, el martes pasado hubo varios intendentes considerados K que no suspendieron las sesiones del Concejo Deliberante y siguieron con la agenda habitual del municipio a pesar de que la Presidenta había convocado al acto en Plaza de Mayo. En la Casa Rosada no pasaron por alto estas opciones; tampoco pasaron inadvertidas en el bunker K de Olga Cossettini 1556, Puerto Madero.

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En Gobierno creen que el martes pasado faltó apoyo de intendentes.
Imagen: Alejandro Leiva
 
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