EL PAíS › CORTES DE RUTA, ACCIDENTES, VUELOS SUSPENDIDOS, PUERTOS PARALIZADOS

Una jornada en medio de la ceguera blanca

 Por Emilio Ruchansky

El primer parte del día llegó a la 2.52. Confirmaba que la mayoría de los ómnibus que habían partido de Retiro estaban varados desde la medianoche (sólo tenían permiso de salir algunos de los que iban para el sur). La limitación, como el humo, se extendía a los camiones que transitan entre las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos “ante el riesgo que implica la baja visibilidad”. Y hubo quien capitalizó el riesgo, tan solo una hora después.

Fueron dos amigos de lo ajeno que asaltaron una casa del histórico country Los Cardales, ante el desconcierto de los guardias que oyeron la alarma del cerco perimetral y no los encontraban “por la baja visibilidad”. Mientras hacían tiempo, desayunaron en la casa, fumaron cigarrillos y huyeron a través de la espesura del humo, por el mismo lugar donde habían cortado el alambre. Se robaron mil pesos y artículos electrónicos.

El segundo parte fue favorable: pronosticaba, a las 3.35, que un cambio de vientos podría dispersar, recién a la tarde, el causante de ese olor a quemado con el que se durmieron la Capital y el conurbano. “Dicha situación provocará la dispersión temporaria del humo hacia el este de los focos de incendio”, prometió el Servicio Meteorológico Nacional. El amanecer tuvo un cielo despejado, aunque imperceptible, para todos los automovilistas que se animaron a transitar los tramos bonaerenses de las rutas que llevan a Misiones, La Pampa, Cuyo, Córdoba y Jujuy a través de un manto de neblina y humo.

Luego de viajar toda la noche, alertaba el parte de las 8 de la mañana, la punta del nubarrón aterrizó en “la capital de la provincia”, ya medía 200 kilómetros y bordeaba la cuenca del Plata. A esa misma hora, la Prefectura Naval Argentina confirmaba el cierre de los puertos de Buenos Aires, Zárate, Rosario y La Plata, que había dejado de operar desde las primeras horas de ayer. También el aeropuerto de Ezeiza y el metropolitano suspendieron la pista de aterrizaje durante varias horas.

“El fuego está fuera de control”, admitió por el noticiero matutino de Radio Provincia Hernán Pantuso, del Organismo para el Desa-rrollo Sostenido de la provincia de Buenos Aires. Los pilotos de aviones y helicópteros hidrantes sufrían una ceguera blanca, al igual que los brigadistas que “tienen que saltar a zonas pantanosas, donde a veces el agua llega a un metro de profundidad, y ahí empezar a apagar el fuego a fuerza de machete y látigo”, detalló el funcionario.

Entre Zárate y Baradero, donde están los dos focos principales, esperaban más bomberos y ayuda del Ejército, que aportaría, según Pantuso, “tecnología avanzada, casi de guerra, para entrar (por tierra) en esa zona”. Desde el mediodía, la televisión ofrecía “en vivo” una ventana con tres paisajes alternándose: los pastizales en llamas, las rutas cubiertas de humo y las siluetas de los edificios de la Capital entre la bruma. El primer parte de la tarde, a las 15.50, confirmaba el de las 3.35: la columna Este había llegado a Colonia, Carmelo y Montevideo (ver aparte).

Con intermitencias, se abría y cerraba el paso de las rutas. A las 18.35, un nuevo parte suspendió el tránsito de micros y camiones por las rutas 9, 12 y 14. Desde que empezaron los incendios, hubo nueve muertos y más de 50 heridos en graves accidentes viales, entre ellos, el conductor de un camión cargado de maíz que volcó ayer por la tarde, cerca de la localidad de Ceibas, donde la visibilidad era de apenas a 200 metros. También se ordenó el cierre del puente que une Victoria y Rosario, previo desalojo de 110 camiones y 60 autos atrapados en el manto de humo.

El último parte, directo desde el frente de combate en Zárate, lo dio Gabriel Orduna, de la Dirección de Emergencias del municipio bonaerense. En diálogo con Página/12, este médico contó que no hubo heridos entre los bomberos y que gran parte del trabajo, a minutos de las 22, estaba en los puestos de peaje: “Hubo incidentes en las colas, atendimos varios casos de gente con alta presión arterial y mucho nerviosismo”. La situación se repitió hasta últimas horas del día, entre el largo peregrinaje de quienes salían de la ciudad de Buenos Aires por la avenida General Paz y en las autopistas 25 de Mayo, 9 de Julio Sur y el Panamericana, Dellepiane, Riccheri, Perito Moreno y Acceso Oeste.

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