EL PAíS › ARGENTINA RECLAMARá SUS DERECHOS SOBRE EL áREA DE MALVINAS Y LA ZONA ANTáRTICA

Con los ojos puestos en el petróleo

La Cancillería llevará la reivindicación territorial ante la ONU y objetará cualquier presentación que con el mismo fin haga Gran Bretaña. Están en juego los recursos naturales de la plataforma marítima, donde habría más de 60 millones de barriles petrolíferos.

 Por Fernando Cibeira

El gobierno argentino tiene casi terminado el informe que presentará ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas, en el que reivindicará sus derechos sobre el área que rodea las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur por ser parte del territorio nacional e incluirá también el Sector Antártico Argentino. Además, en la Cancillería adelantaron que objetarán cualquier presentación que realice Gran Bretaña reclamando derechos alrededor de las Malvinas, una amenaza que el Foreign Office ya ha dejado trascender a través de la prensa pero que aún no concretó. Dado el nivel de controversia que quedará planteado, con dos estados reclamando derechos sobre la misma extensión marina, en el Palacio San Martín imaginan que la ONU dejará todo como está.

La fecha tope es mayo de 2009. Hasta ese momento los países tienen la posibilidad de presentar ante la Comisión de Límites, un órgano que depende de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, un trabajo que justifique a través de datos geológicos por qué consideran que su plataforma continental se extiende de manera natural más allá de las reglamentarias 200 millas marinas. Vale recordar que en la plataforma continental el país ribereño establece una zona económica exclusiva en la que puede ejercer libremente su soberanía y disponer de sus recursos.

A fines del año pasado, a través de una nota en el diario The Guardian, funcionarios del gobierno británico adelantaron que evaluaban presentarse ante esta comisión de las Naciones Unidas para reclamar una mayor plataforma continental en cinco zonas del mundo. Una de ellas era alrededor de las Islas Malvinas, con una pretensión tal que significaría avanzar abiertamente sobre aguas territoriales argentinas. Se hablaba de llevar la plataforma desde las 200 hasta las 350 millas, casi el doble. También plantearían una cuestión similar sobre más de 1 millón de kilómetros cuadrados de la Antártida.

La semana pasada, otro artículo, este caso en The Times, explicó que la presentación que el gobierno británico ya hizo en la comisión por la plataforma continental de la isla de Ascensión debía tomarse como un antecedente de lo que se haría con Malvinas. Ascensión es otra pequeña posesión británica en el Atlántico que tuvo su cuarto de hora durante el conflicto bélico de 1982, cuando funcionó como centro de abastecimiento para la flota inglesa. A diferencia de lo que ocurre en Malvinas, nadie prevé encontrar ninguna riqueza en el lecho marítimo de Ascensión, por eso se la considera un globo de ensayo para ir preparando el camino a lo que se viene. Porque lo que está en juego, más que nunca en este conflicto, son intereses económicos.

“Acá ya queda claro que esto no tiene nada que ver con la autodeterminación de los kelpers ni cuestiones históricas ni nada de eso. Lo único que importa son los recursos naturales”, explicaban cerca del canciller Jorge Taiana.

Se sabe que el lecho del Atlántico Sur, sobre todo la zona cercana a Malvinas, es rico en petróleo. En algún momento considerado de difícil extracción, hoy, con el barril bastante por arriba de los 100 dólares, se lo mira con otros ojos. De acuerdo con las pruebas realizadas por los equipos británicos citadas por The Guardian, las reservas de la plataforma pretendida por Londres rondarían los 60 millones de barriles. Un dato que sirve para calibrar lo que está en juego en este reclamo.

La base está

Las noticias que llegaban de afuera inquietaron a algunos dirigentes de la oposición, que acusaron al gobierno argentino de inacción. Incluso, circularon cadenas de mails para alertar sobre los avances británicos en la diplomacia internacional y la aparente falta de respuesta local.

Pero la postura argentina, dicen en la Cancillería, está. Aseguran que el trabajo está casi completado –hablan de un “90 por ciento” de la tarea realizada– y que sólo restan detalles de “comprobación” para llevar la presentación ante la comisión de la ONU. En ese sentido, mencionan las “complejas tareas técnicas” que desde hace una década viene llevando a cabo la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), el organismo encargado de realizar el informe, en el que intervienen representantes de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Economía, y del Servicio de Hidrografía Naval. Según sus estudios, la plataforma continental argentina abarca aproximadamente 6 millones de kilómetros cuadrados e incluye obviamente el Sector Antártico Argentino, y las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, a las que incluyen dentro del territorio nacional.

Por estos días es posible ver por los pasillos de la Cancillería funcionarios con gruesas carpetas bajo el brazo con cientos de páginas con estudios geológicos, geofísicos y algunos otros geos, donde remontan los reclamos argentinos a los tiempos en que se formaron los continentes, cuando ni siquiera existía el kirchnerismo. Para cualquier lego en la materia, es imposible sacar nada en claro de esa sucesión de mapas e imágenes de superficies terrestres coloreadas.

Cerca de Taiana remarcan que Londres todavía no realizó ninguna presentación sobre la plataforma continental de las Islas Malvinas y que, en caso de hacerlo, será inmediatamente objetada por el gobierno argentino. También, que llevar el trabajo unos meses antes o unos meses después –mientras sea antes de mayo de 2009– no da ninguna preferencia ni derecho. Es más, tal vez sea bueno que esté primero el reclamo inglés, así se pueden conocer sus pretensiones y los argumentos con que los sustentan.

Pese a algunos tímidos intentos de acercamiento que ocurren cada tanto, el vínculo bilateral fue tirando a frío durante el mandato de Néstor Kirchner y también ahora, en la gestión de Cristina Kirchner. En su primer viaje, Kirchner tuvo una invitación de Tony Blair para ir a Londres y en la primera oportunidad que tuvo le recordó los reclamos sobre Malvinas. La Presidenta fue invitada por el actual primer ministro, Gordon Brown, para participar del mismo foro, pero se bajó por el conflicto agropecuario. En todo ese tiempo, Argentina no dejó de reclamar ante cada foro internacional la reapertura del diálogo por la soberanía de las islas, algo a lo que Gran Bretaña se niega sistemáticamente.

Justamente, el histórico conflicto, que la propia ONU reconoce y exige que se le encuentre una solución en cada Asamblea anual, determinaría que no se tome ninguna medida. Según explican en Cancillería, la Comisión de Límites de la ONU no es tribunal arbitral, por lo que no se expide cuando una parte del territorio es pretendida por dos países, como en este caso. “Una vez que quede claro que los dos reclamamos lo mismo, lo más probable es que no se expidan y dejen todo como está”, responden en el Palacio San Martín.

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“Lo único que importa son los recursos naturales”, explicaban cerca del canciller Jorge Taiana.
Imagen: DyN
 
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