EL PAíS › CINCO REPRESORES DETENIDOS POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD

En Paraná avanza la justicia

La jueza federal de Paraná Miryan Galizzi ordenó la detención de cinco represores acusados de crímenes de lesa humanidad cometidos en Entre Ríos durante la última dictadura militar. Ramón Genaro Díaz Bessone, quien fue jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, y el ex teniente Jorge Humberto Appiani están entre los arrestados.

La lista de los acusados se completa con el ex director de la Unidad Penal número 1 de Paraná, Anselmo Appelhans; el médico paranaense Hugo Mario Moyano y la ex directora de la cárcel de mujeres, Rosa Susana Bidinost. Appiani fue auditor del Ejército y auxiliar del Consejo de Guerra Estable de la zona correspondiente a Entre Ríos. Después de su retiro, fue socio del mayor Jorge Olivera, junto a quien defendió a sus compañeros acusados de violaciones a los derechos humanos hasta que a Olivera lo arrestaron en Italia a pedido de la justicia francesa. Appiani estuvo involucrado en la falsificación de un certificado de defunción que le permitió a su ex socio recuperar la libertad.

La detención de un sexto implicado, el ex comandante de la segunda brigada de Caballería Blindada de Paraná, general Juan Carlos Ricardo Trimarco, quedó en suspenso porque aún no se resolvió si es imputable o no. Su defensa argumentó que tiene problemas psiquiátricos que le impiden afrontar el proceso. Los arrestos fueron solicitados por los abogados querellantes Marina Barbagelata, Gamal Taleb y Marcelo Baridón, y avalado por la fiscalía.

Todos los represores están acusados de los delitos de secuestro, privación ilegítima de la libertad agravada y tormentos cometidos contra una decena de presos políticos. Además, están involucrados en los homicidios de Victorio José Ramón Erbetta, Juan Alberto Osuna, Carlos José María Fernández y Pedro Miguel Sobko. Todos los crímenes fueron cometidos en la subzona 22, que incluyó los centros clandestinos de detención que funcionaron en el escuadrón de Comunicaciones de la brigada de Caballería Blindada II, cerca de la base Aérea y en la Unidad Penal 1 del Servicio Penitenciario provincial.

Durante las audiencias testimoniales de la causa, ex detenidos desaparecidos de Entre Ríos relataron que el arzobispo de Paraná durante la última dictadura y vicario castrense Adolfo Tortolo (ya fallecido) recibió a personas secuestradas en su residencia, las visitó en cautiverio y presenció en ellos las marcas de las torturas. Tres testigos contaron que Tortolo estuvo con ellos en la cárcel y dio misa el 24 de marzo de 1976. “A los comunes me los sentás de este lado, a los subversivos de este otro”, dijo el religioso. De otra declaración se desprende que, ante la denuncia de lo que ocurría en Paraná durante la dictadura, el arzobispo afirmó: “Si ellos matan gente, las armas están bendecidas”.

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