EL PAíS › DESOCUPADOS Y PIQUETEROS, DE LA MATANZA AL CENTRO

La marcha llega hoy a la Plaza

Por primera vez con apoyo explícito de los caceroleros, los desocupados llegarán a la Rosada a pedir que se cree el millón de puestos prometido y se libere a los presos por pedir comida.

 Por Laura Vales

Los desocupados de La Matanza iniciaron anoche, pasadas las diez, su larga marcha hacia la Plaza de Mayo. Como hace un año, cuando entraron por primera vez a la Capital, caminarán desde el conurbano durante más de 15 horas para llegar frente a la Casa de Gobierno. Traen tres reclamos: que se cumpla con la promesa de crear un millón de puestos de trabajo, que se libere a los presos por reclamar comida y que el poder político respete a sus organizaciones.
En los once meses que pasaron desde su primera marcha, las tres cosas escasearon. La desocupación aumentó, Emilio Alí sigue en la cárcel y el actual Gobierno –tal como lo hicieron sus antecesores– cuestiona a los desocupados por estar organizados. Pero si en febrero del 2001 los piqueteros marcharon en medio de fuertes críticas a los cortes de ruta, esta vez lo hacen con la solidaridad de las asambleas barriales, que anoche, en la reunión interbarrial de Parque Centenario, aprobaron apoyarlos (ver nota abajo).
La columna va encabezada por el secretario general de la CTA, Víctor De Gennaro, el de la Fe- deración de Tierra y Vivienda (FTV), Luis D’Elía, y el titular de los docentes de Suteba, Hugo Yasky. En Liniers se unirán los desocupados de la Corriente Clasista y Combativa que preside Juan Carlos Alderete. Otras dos columnas van a llegar a la Rosada desde el Sur y el Norte.
La marcha salió del kilómetro 38 de la ruta 3, un lugar devastado por la recesión, donde hace años funcionaba un parque industrial y ahora sólo queda un cementerio de frigoríficos. Desde ese punto atravesó La Matanza rumbo a Liniers, con la idea de llegar a la General Paz a primera hora de la mañana. Una vez en la Capital avanzará por la avenida Rivadavia hasta el Congreso y finalmente seguirá por Avenida de Mayo hasta la plaza. Allí habrá un acto.
Junto a los desocupados también estarán los estatales de ATE, los docentes de la provincia de Buenos Aires, sobre quienes se cierne un nuevo ajuste de 400 millones, y organizaciones sociales del conurbano y la Capital.
Todo indica que será un lunes de protestas a lo largo de todo el país. Habrá piquetes en La Plata, cacerolazos en Tucumán y nuevas marchas en Neuquén (ver aparte). En la Capital Federal, el Polo Obrero y el Movimiento Teresa Rodríguez también anunciaron que se movilizarán a la Plaza de Mayo. La actividad no fue coordinada con los matanceros (en realidad hay tensiones entre unos y otros), pero en los hechos todos desembocarán frente a la Rosada.
D’Elía y Alderete han mantenido reuniones con el gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires, de las que se retiraron con un gusto amargo. Tienen la impresión (especialmente D’Elía) de que la política social del gobierno está tomando un rumbo clientelístico, apoyándose en la red de punteros del peronismo y haciendo a un lado a las organizaciones de desocupados, en quienes el PJ ve a un adversario que creció demasiado.
“En las reuniones con el Gobierno te escuchan, te franelean y no te dan bola, o te plantean cosas como las de (Felipe) Solá, que nos ofreció apoyo a cambio de que nos enfrentemos con quienes cacerolean”, describió anoche D’Elía. El dirigente también consideró que la administración de Eduardo Duhalde “apuesta a administrar la emergencia social con las bandas del bipartidismo en cada municipalidad y apunta a destruir las organizaciones de desocupados que no responden a sus partidos”.
Como ejemplo concreto relató lo que está sucediendo en su municipio, donde el intendente local, Alberto Balestrini (PJ) “firmó un convenio para recibir planes de empleo y hace tres días que no contesta nuestros llamados”. Hasta ahora Balestrini nunca había tenido una actitud semejante.
Los organizadores de la protesta conversaron telefónicamente con el secretario de Seguridad, Juan José Alvarez para coordinar la seguridad y asegurar que se realice sin incidentes, aunque después del papel de la policía durante el último cacerolazo todo el mundo quedó escaldado.
Una de las más fuertes expectativas del día es saber qué pasará con los sectores medios. Ayer las asambleas barriales anticiparon apoyos; los vecinos de Liniers van a dar el puntapié inicial recibiendo a los desocupados en la entrada a la Capital con un desayuno de pan y mate cocido (ver aparte). Otros, como la Multisectorial de San Cristóbal, caminarán con ellos hasta el centro. El nivel de adhesión, los respaldos y solidaridades recién se podrán medir cuando la marcha avance por la avenida Rivadavia.

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Los piqueteros esperan que el Gobierno finalmente aprenda a respetar sus organizaciones.
 
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