EL PAíS › CARRIO, KIRCHNER Y RODRIGUEZ SAA DERROTAN A MENEM EN BALLOTTAGE

Final tiene tres números puestos

Todas las encuestas dicen que habrá segunda vuelta. El riojano sería el gran perdedor. Los otros tres disputarían con porcentajes muy cercanos.

 Por Raúl Kollmann

Las encuestas indican en forma unánime que habrá ballottage. En esa final por el sillón presidencial, la gente ya no vota por el que más le gusta sino que juega también para que no gane un candidato que no quiere: por ejemplo, “voy a votar a fulano para que no gane Carlos Menem” o “para que no gane Elisa Carrió o Adolfo Rodríguez Saá o Néstor Kirchner”. En el escenario de una superfinal, hoy por hoy Carlos Menem perdería con todos los demás candidatos, y Rodríguez Saá, Kirchner y Carrió ganan y pierden entre ellos por muy poca diferencia. Todo indica que la Argentina camina hacia una elección a la francesa, con candidatos que no enamoran y pueden llegar a la segunda vuelta con el 20 por ciento de los votos y allí definirán más los odios que los amores.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Research International-Analogías, que lidera la socióloga Analía Del Franco. En total se relevaron 1200 personas en Capital Federal, Gran Buenos Aires y 26 ciudades y localidades del interior. Entre ellas el Gran Córdoba, el Gran Rosario, Río Cuarto, Tunuyán, el Gran Tucumán, Comodoro Rivadavia, Corrientes y Mar del Plata. Las encuestas se hicieron en los domicilios de los encuestados, elegidos al azar y respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. El trabajo de campo se realizó a mediados de noviembre.
“La lógica indica que habrá ballottage –señala Del Franco–, en concreto porque el voto peronista aparece muy dividido. Eso está sucediendo hoy y parece que va a seguir siendo así, porque en las encuestas y en las evaluaciones de imagen no hay ningún candidato del PJ que dé la impresión de que vaya a pegar un salto decisivo. Kirchner es el que más viene avanzando, Menem crece lentamente y Rodríguez Saá está estabilizado. Pero uno ve que nadie se come la cancha, ninguno parece en condiciones de producir un terremoto. Es cierto que tampoco el contexto ayuda: no está claro cuándo se van a hacer las elecciones, no se sabe si habrá internas o no, tampoco el ciudadano común conoce si a tal candidato lo va a apoyar Duhalde o no. Lo concreto es que el voto peronista está fragmentado, parece que se va a mantener así y en ese contexto, si se mantienen las cosas así, la segunda vuelta es segura.”
En las encuestas sobre escenarios de ballottage, hay muy pocas diferencias entre unas consultoras y otras. Estos son los datos del trabajo de Research International-Analogías:
u Rodríguez Saá le ganaría a Menem por goleada, pero casi el 40 por ciento de los ciudadanos se irían al voto protesta. Pero llegado el momento, cuando el votante se ve ante la disyuntiva de darle el voto a uno o a otro, la protesta baja muchísimo y la gente se inclina por el que le parece menos malo. Comparado con septiembre, Rodríguez Saá viene bajando y Menem sube, pero la diferencia sigue siendo muy grande (36 a 19).
u Kirchner le gana a Menem también por goleada, incluso duplicándolo en votos. Comparado con septiembre, el santacruceño viene subiendo mucho y el riojano subió menos de un punto.
u Carrió también le gana ampliamente a Menem, superándolo por más de veinte puntos. Comparando con septiembre, Carrió subió dos puntos y también Menem subió dos, pero la diferencia sigue siendo abismal.
–¿Puede haber voto oculto a Carlos Menem?
–No, no lo percibimos. Se notaría en las preguntas que hacemos sobre la imagen o sobre su gobierno. Menem tiene una altísima proporción de rechazos, el 70 por ciento opina mal o muy mal del ex presidente y ante esas preguntas la gente no tiene ninguna razón para mentir. Hasta podría calificar a Menem con un regular, pero sólo el ocho por ciento se inclina por esa calificación, mientras que el 68 opina mal o muy mal de él. De todas maneras, insisto en que el ballottage abre las puertas al concepto del menos malo y, por ejemplo, en una eventual segunda vuelta, tal vez losvotantes de Ricardo López Murphy pueden considerar a Menem menos malo que Rodríguez Saá o Carrió o Kirchner. Pero, insisto, la posibilidad de crecimiento de Menem es, hoy por hoy, muy baja.
u Rodríguez Saá y Kirchner empatarían en una segunda vuelta, con leve ventaja para el puntano. El santacruceño tiene a su favor que en septiembre la distancia era de 14 puntos y hoy es de sólo dos. En la hipótesis de ballottage, como es obvio se dividiría el voto peronista, pero es muy probable que Rodríguez Saá absorba el voto de los sectores más pobres, que hoy disputa con Menem, y Kirchner el de la clase media.
u Carrió y Rodríguez Saá también empatarían, con leve ventaja para la candidata del ARI. En septiembre, el puntano le sacaba diez puntos de diferencia a la chaqueña, pero el estancamiento de Rodríguez Saá y un cierto crecimiento en las últimas semanas de Carrió –capitalizando parte del voto de Zamora– hace que hoy los separen apenas cuatro décimas.
u Kirchner le ganaría a Carrió con cierta nitidez: diez puntos de ventaja. Esta elección se dio vuelta, ya que en septiembre la candidata del ARI le ganaba al santacruceño. Sucede que Kirchner creció en estos meses, Carrió bajó y ahora vuelve a subir, pero esencialmente el santacruceño sumaría buena parte del voto peronista en un escenario de ballottage contra Carrió.
“Cuando estemos ante la segunda vuelta –dice Del Franco– tendrán importancia las llamadas terceras fuerzas, o sea, los seguidores de los candidatos que quedaron afuera. Si el ballottage es, por ejemplo, entre Rodríguez Saá y Kirchner, tendrán enorme peso los seguidores de Menem, Carrió, López Murphy, e incluso los que estaban en el voto bronca. Insisto en que allí tendrá importancia el concepto del menos malo y la orientación que les den esos candidatos que quedaron afuera a sus votantes. Allí yo hablaría también de candidatos permeables, o sea, los que tienen menos rechazo. El campeón en este rubro es Carlos Reutemann, el político que tiene menos gente en contra. Por ahora Kirchner también está bien ubicado, pero hay una franja de ciudadanos que todavía lo conoce poco y hasta ahora nadie le hizo demasiada campaña en contra. Carrió y Rodríguez Saá ya han estado en el centro de la escena y han quedado con cifras de rechazo más o menos semejantes, alrededor del 30 por ciento. El candidato menos refractario, el que inspire menos odios, tendrá muchas chances en la segunda vuelta, porque en ese momento entrarán a jugar los votantes de los que quedaron afuera en el primer turno. Es más, tal vez la clave esté en quien aparezca como el candidato peronista más potable, el peronista que mejor pueda captar el voto de todos los peronistas.”
El ballottage sería una experiencia novedosa en la Argentina y no hay antecedentes de cómo se mueven los ciudadanos en esa situación. Conociendo las pasiones nacionales, los consultores creen que el choque será durísimo, con los aparatos partidarios, los punteros, los concejales e intendentes, los empresarios, los dirigentes sindicales y el aparato del Gobierno jugándose el todo por el todo.

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