EL PAíS

Esperando el Mundial

 Por Tomás Lukin

Héctor Recalde, diputado del FpV y abogado de la CGT

“Lo de Sanz es discriminatorio y conservador”

En la recepción de su estudio y entre las carpetas, libros y recortes de diarios que se acumulan en sus escritorios, el diputado del Frente para la Victoria y abogado de la CGT, Héctor Recalde, mantiene a la vista dos ediciones de la revista El Parlamentario, quien le otorgó el premio al mejor legislador 2009. En ambas ocasiones comparte la portada con el senador radical, Ernesto Sanz, quien la semana pasada aseguró que “por la Asignación Universal por Hijo aumentaron el consumo de droga y el juego”. Para Recalde, las declaraciones dejaron en evidencia un costado “discriminatorio y conservador” hasta ahora oculto del senador mendocino. El diputado sostiene que las críticas a las modificaciones en la legislación laboral que trató el Congreso esta semana “son decimonónicas” y que, por eso, se terminarán aprobando.

–Usted trabajó en el proceso de diseño de la Asignación Universal por Hijo y...

–Considero que todo proyecto es mejorable, la asignación por hijo también. Pero tiene una trascendencia estructural que va mucho más allá de lo que la gente cree. La asignación devolvió la diferencia entre el diez por ciento más pobre y el diez por ciento más rico a la situación de 1986, algo extraordinario. Bajaron considerablemente la pobreza y la indigencia. También favoreció para mejorar las prestaciones de salud e incrementó la matrícula en educación. Además, creció la venta de calzado y vestimenta infantil. Pero hay algo que me conmueve más, aumentó la venta de juguetes. Ahí es cuando me miran con cara de oveja degollada como si esto fuera irrelevante; a mí me parece extraordinario.

–El impacto del plan seguro es importante, pero no me dejó terminar la pregunta: ¿qué opina de las declaraciones del senador Sanz?

–Se chispoteó. Me asombró. La imagen de Sanz es de una persona seria, respetuosa, con pensamientos profundos, pero declarar que la asignación por hijo impulsa la venta de droga y el juego lo deja en una posición donde la enmienda es peor que el soneto. En esas declaraciones se observan resabios de un pensamiento discriminatorio y conservador que uno no le conocía a Sanz. Si yo fuera Sanz no les echaría la culpa a malas interpretaciones, sino que remarcaría que no es lo que pienso.

–¿Por qué cree que desde algunos ámbitos se cuestionó duramente los dos cambios impulsados recientemente en la legislación laboral?

–Son pensamientos decimonónicos. Se generan mitos, no hay información, se subestima al público. En algunos casos, hay un grave delito de desinformación que no estaría mal castigarlo penalmente. La primera modificación, las multas contra el trabajo en negro, no son algo nuevo. Lo que hicimos fue elevarlas e incorporar a los trabajadores de estatutos especiales, como los de los periodistas, porteros o trabajadoras de casas particulares, porque una empresa periodística es tan culpable del trabajo en negro como una metalúrgica. Se subsanó una omisión que estaba desde el 2000, yo creo que fue una omisión, porque no puedo creer que existan legisladores que son empleados domésticos de los medios. Se amplió la posibilidad de sancionar hacia algunos sectores que estaban olvidados, sectores donde hay mucho facturero trucho o colaborador permanente al que se le niega esa condición. Justificar la segunda modificación me da vergüenza. Se trata de una modificación al artículo 198 de la Ley de Contrato de Trabajo, sobre la jornada laboral, que corrige los cambios regresivos que se hicieron en 1991.

–¿Se va a elevar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias?

–La CGT está esperando la respuesta de la Presidenta, el límite no imponible se siente entre los trabajadores con mejores ingresos. Hace siete años este impuesto no existía para los asalariados. Si bien desde que se derogó la tablita de Machinea la situación mejoró, si no se actualiza en algunos casos un reajuste nominal puede significar una merma en los ingresos. Hay que corregirlo. Para elevar el mínimo no imponible sin desfinanciar al Estado, se podría, por ejemplo, aumentar la alícuota de ganancias a las empresas que giran ganancias al exterior, para equilibrar. Ponen más los que tienen más. Yo, además, le pediría un favor al compañero Francisco de Narváez: que me recomiende quién es el contador que le enseñó a eludir la ley y pagar tan poco de ganancias para invitar a ese contador a que nos diga cómo hacer para que se cumpla el pago del impuesto a las ganancias. El contador al servicio de la patria.

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Imagen: Rafael Yohai
 
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