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La pelea ya no es silenciosa, si alguna vez lo fue, y promete tornarse cada vez más violenta a medida que acortan los plazos electorales. Mientras Eduardo Duhalde aspira a eliminar la interna del 23 de febrero a través del recurso que mejor domina –el congreso partidario– los menemistas intentan mantener la elección porque saben que las posibilidades de Carlos Menem se desdibujan si se presenta en los comicios generales como una opción más entre cuatro o cinco candidatos justicialistas. Conscientes de la situación, los negociadores del riojano solicitarán mañana a la Justicia que avale las elecciones del 23 de febrero. Los duhaldistas, en cambio, confían en que podrán convocar al congreso en la segunda semana de enero para eliminar las internas y hacer que todos los candidatos compitan directamente en la general.
“Vamos a hacer el congreso el 8 de enero –aseguró ayer a Página/12 un allegado a Néstor Kirchner, el candidato que supo ganarse la simpatía de una parte del gabinete–. Ese día vamos a decidir que todos vayan por afuera, y vamos a ganar la votación en una proporción de 6 a 3.” El pronóstico del asesor reveló, además, que el entorno del santacruceño pudo superar el enojo por la instalación del “Operativo Clamor”, que comenzó el 22 de diciembre en un encuentro de dirigentes bonaerenses con Duhalde que se realizó en la quinta de Olivos.
Hace una semana, las declaraciones de los bonaerenses –que pedían que Duhalde fuera candidato– irritaron mucho a Kirchner y cayeron como un balde de agua fría entre los miembros del gabinete que respaldan su candidatura. “No comparto la estrategia del Presidente en su totalidad. Hay un límite para llegar a solucionar el problema del justicialismo”, explicó a Página/12 un importante funcionario del Gobierno, que se quejó por la escalada de expresiones a favor de Duhalde candidato. “Si la decisión está tomada, no conviene ni es apropiado seguir apoyando una candidatura que está descartada”, insistió el miembro del gabinete.
Las desavenencias entre Duhalde y Kirchner parecen haberse arreglado. El Presidente responsabilizó a algunos dirigentes del conurbano, y el santacruceño, más sereno, retomó su labor conjunta con el Gobierno. Un indicador de la tregua es la tarea que está llevando adelante el diputado Sergio Acevedo –titular de la Comisión de Juicio Político– quien está promoviendo el juicio a Carlos Fayt, ministro de la Corte Suprema, por no excusarse en tiempo y forma en la causa sobre la redolarización. En el Ministerio de Justicia –que encabeza otro aliado de Kirchner, Juan José Alvarez– verían con buenos ojos el alejamiento de Fayt y su reemplazo por otro reconocido profesional del Derecho.
Desde el menemismo y otros sectores enfrentados con Duhalde aseguran que la avanzada hacia la Corte, donde ya fue designado Juan Carlos Maqueda, demuestra que existe un pacto entre Duhalde, Kirchner y José Manuel de la Sota. Ese acuerdo permitiría que el duhaldismo imponga sus propuestas en el congreso del PJ que sesionará en poco tiempo. “De los 900 congresales, unos 600 responderán a Duhalde”, aseguró el operador de Kirchner, que dialoga permanentemente con funcionarios del Gobierno. Sin embargo, el santacruceño sabe que deberá enfrentar más dolores de cabeza. Esta semana, el grupo de dirigentes que más fogoneó la candidatura de Duhadle –Osvaldo Mércuri, Baldomero “Cacho” Alvarez y José María Díaz Bancalari– organizará un encuentro en el conurbano para insistir con su propuesta.
Mientras el duhaldismo descuenta que la interna pasará a mejor vida, los representantes de Menem dicen, al contrario, que la cosa no está definida. Un allegado al gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, aseguró que varios gobernadores que asistieron a la cena del jueves en Olivos estarían reviendo sus posiciones. “Estamos en negociaciones con los gobernadores del Norte –afirmó a Página/12 el operador del salteño–. Y Puerta, Reutemann y De la Sota ya se manifestaron a favor de las elecciones.” Según la optimista visión del menemismo, los gobernadores obligarán aDuhalde a desechar la propuesta del congreso del PJ, y eso mantendría en pie la interna de febrero. Por si acaso, prometen que si el congreso se realiza “el menemismo asistirá y dará la batalla”.