EL PAíS › DETALLES DE LAS DECLARACIONES DE LOS ESPECIALISTAS

Palabra de perito

Como publicó Página/12, los científicos contratados por la dueña de Clarín y sus hijos adoptivos respaldaron el trabajo del BNDG. La titular de ese organismo y perito oficial dijo que los jóvenes pudieron haberse cambiado la ropa antes de la requisa. Los textuales de las declaraciones.

 Por Raúl Kollmann

Con la última declaración, el jueves pasado, de dos genetistas del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), quedó firmemente establecido que la contaminación de la ropa de Felipe y Marcela Noble Herrera no se produjo en el Banco, sino que fue previa. La perito designada por los hermanos Noble Herrera fue categórica en su declaración: “De ninguna manera pudo haber adulteración o acontecimiento que hubiera atentado contra la integridad de las muestras. Como ya dije, no es posible que haya ocurrido ningún suceso de ese tipo en el BNDG. Me apenan profundamente las manifestaciones que he leído en algunos medios de comunicación en ese sentido”. Su par, Alejandro Ruiz Trevisán, también perito de los Noble Herrera, declaró exactamente lo mismo: “Nunca objeté la metodología. Es más, siempre di elogios a la gente del BNDG”. Ambos certificaron que ni uno solo de los procedimientos se hizo sin su presencia y que nadie pudo tener acceso a las muestras si ellos no estaban presentes. Los cinco genetistas que declararon ante la jueza Sandra Arroyo Salgado coincidieron en que en la ropa de Marcela y Felipe apareció ADN de dos o más personas, por lo que fue imposible discernir el perfil genético de los hijos adoptivos de la dueña de Clarín. Entre los profesionales, no obstante, hubo una tácita diferencia: los del BNDG sugirieron que hubo una contaminación previa, extraña, o un cambio de ropa de Marcela y Felipe, mientras que los peritos de los Noble Herrera sugirieron que los ADN de otras personas aparecieron en la ropa por haber estado en una máquina de lavar o porque las tocaron quienes plancharon o lavaron las prendas.

La jueza federal Arroyo Salgado no accedió a habilitar la feria judicial para continuar con el trámite de la causa, por lo que otros tres genetistas declararán cuando termine la feria. A partir de ese momento la magistrada deberá decidir las medidas tendientes a obtener muestras que le permitan establecer el ADN de Felipe y Marcela Noble Herrera para después determinar si son o no hijos de desaparecidos (ver aparte).

En su declaración del jueves, las genetistas Florencia Gagliardi y María Gabriela Fraga contaron que la primera trabajó sobre las prendas de Felipe –pantalón, medias y camisa, ya que no llevaba calzoncillo–, mientras que Fraga analizó la ropa de Marcela, incluyendo una media, una camiseta y su bombacha. En acuerdo con los peritos de parte, todo se fue poniendo en la computadora del BNDG, precintada, y luego se hizo lo que llaman el “doble ciego”, y es que cada profesional trabajó con la ropa del otro de los hijos de Ernestina. Sin embargo, los resultados obtenidos en la computadora no se leyeron hasta que ambas genetistas no hubieran terminado su trabajo. El resultante –electroferogramas– fue extraído de la computadora en presencia de los peritos de parte. Lo que se concluyó es que había una mezcla de perfiles genéticos, con lo cual no se pudo establecer el ADN ni de Felipe ni de Marcela.

La polémica está planteada porque, tal como informó Página/12 el miércoles, según sostuvo la titular del BNDG y perito oficial, María Belén Rodríguez Cardozo, la ropa que llevaban los Noble Herrera la usaron durante más de cinco horas. Sin embargo, no se encontró sudor ni rastros genéticos en las medias de ambos, que implican un roce permanente del pie, ni en el pantalón, que en la cintura también produce roces con la piel, ni en la camiseta de Marcela, en la que se analizó la parte de las axilas donde se deposita el sudor, ni en la bombacha, que supuestamente tiene un roce permanente con el cuerpo. Rodríguez Cardozo dijo que le llamó la atención que Felipe no tuviera puesto el calzoncillo, así como en un allanamiento anterior Marcela no haya tenido ropa interior.

Cuando la jueza le preguntó a Rodríguez Cardozo cómo podía explicar que no hubiera secreciones en la prenda íntima de Marcela, la especialista contestó: “Una alternativa es que tuviera puesto un apósito femenino que hubiera descartado antes de llegar nosotros. De no ser así, las secreciones se deberían haber visualizado en la prenda, en las zonas de contacto con la piel, sobre todo en una persona que se movió libremente”. La otra alternativa que sugirió la directora del BNDG es que los jóvenes se hubieran cambiado la ropa.

“Aclaro que en realidad, en medias usadas por un individuo, no me pasó nunca en mi vida. Nunca dejé de encontrar un patrón predominante si la persona tenía puesta la media, porque el movimiento del pie en el caminar provoca descamación y sudoración. Lo que a mí me sugiere lo que vi es que esa media no estuvo cinco horas puesta y que fue muy escaso tiempo el que estuvo en contacto con la piel de Felipe Noble Herrera. En el caso de Marcela, teníamos una mayor celularidad y mayor concentración de ADN en la bombacha y en la remera. El tema es que siempre estaba en mezcla varón y mujer o dos mujeres”, concluyó Rodríguez Cardozo.

Uno de los dos peritos de los Noble Herrera, Alejandro Ruiz Trevisán, sostuvo que la mezcla de perfiles no le ocurrió nunca pero “en los dos casos que recuerdo, se estudiaron cepillos de dientes, medias usadas que se sacaron de un cesto, máquinas de afeitar, muestras que son mucho más ricas que prendas que puede tener una persona al momento de la requisa”. Ruiz Trevisán aseguró que en los trabajos científicos internacionales existe lo que se llama DNA touch, que significa toque de ADN, lo que implica que hay una mezcla de perfil genético con personas que hayan lavado, planchado, secado o guardado las prendas. Ruiz Trevisán argumentó que aunque Marcela haya tenido puesta la ropa durante cinco horas pudieron no haberse producido secreciones.

La otra perito que actuó en nombre de los Noble Herrera, Primarosa Chieri, explicó que “las prendas son muestras alternativas requisadas. No son muestras indubitadas como la extracción de sangre o el hisopado bucal. Yo pienso que la esencia del fracaso de la prueba tiene ver con esto. Las prendas son más deficientes. El sofisticado instrumental del BNDG logra extraer material genético incluso de personas que han tenido un leve contacto con la prenda. Al haber perfiles distintos, es imposible concluir cuál corresponde a Marcela o a Felipe”. Ante las preguntas del tribunal, de la fiscal Rita Molina y de los abogados que intervienen en el caso, ni Chieri ni López Trevisán se movieron de sus conclusiones: puede no haber secreción, puede no haber transpiración, la bombacha estaba limpia, las prendas contienen poco ADN.

La jueza Arroyo Salgado ha vuelto a su habitual hermetismo y, como es obvio, no adelanta los pasos a seguir. Alan Iud, el abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, presentó un escrito pidiendo nuevos allanamientos y nuevas requisas. La ley aprobada en 2009 permite pequeñas extracciones de sangre o de pelo en forma compulsiva para avanzar en la identificación de nietos de desaparecidos. La magistrada tendrá que definir la forma en la que busca el ADN de Marcela y Felipe. Parece cantado que no será de la forma en que los dos peritos de los Noble Herrera definieron en su declaración como la óptima para determinar los perfiles genéticos: las muestras de sangre. Ni Felipe ni Marcela parecen dispuestos a moverse de su negativa a entregar voluntariamente esas muestras.

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Marcela y Felipe Noble Herrera entregaron ropa de la que no se pudo obtener su perfil genético.
Imagen: DyN
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