EL PAíS › LA ASUNCION PRESIDENCIAL TUVO UN ALTISIMO RATING

El pueblo quiso saber de qué se trata

 Por Raúl Kollmann

La asunción de Néstor Kirchner fue uno de los programas de televisión más vistos del año: marcó nada menos que 38,2 puntos de rating, sumando lo obtenido en los cinco canales de televisión abierta de Capital Federal y Gran Buenos Aires. Significa que, sólo en el área metropolitana, hubo 3.800.000 personas viendo y escuchando el discurso en el Congreso, algo que sólo logra la Selección argentina en partidos de un Mundial o lo que solía obtener el Martín Fierro hace algunos años. El domingo 18, o sea una semana antes de la asunción, los cinco canales cosecharon a esa hora 23,2 puntos, pese a que se trató de una jornada lluviosa en la que la gente tiende a quedarse en casa.
El rating de la asunción no es sorprendente para los encuestadores ya que todos coinciden en que el ciudadano le está prestando atención, desde hace más de un mes, al proceso político. En uno de los sondeos de opinión, por ejemplo, nada menos que el 54 por ciento contestó que había visto el durísimo discurso de Kirchner aquella tarde en que minutos más tarde Carlos Menem desertaba del ballottage. Y no sólo eso, la gente opinó si estaba de acuerdo con aquella frase de que “se acabaron los pactos con las corporaciones”, lo que indica que no sólo miraron la imagen, sino que les interesó esa especie de confrontación que apareció aquel día.
Para la mayoría de los consultores, hay un estado de vibración social, una gran expectativa. “Creo que incluso lo reflejó Fidel Castro en su discurso en la Facultad de Derecho –sostuvo Enrique Zuleta Puceiro, de OPSM–. Fidel dijo, palabras más, palabras menos, que “ustedes no saben lo que han hecho, el impacto que provocaron a nivel mundial, el servicio que le han prestado al mundo derrotando al neoliberalismo”. Y eso es lo que está percibiendo la gente, que se siente protagonista, y que están pasando cosas. Hay un clima festivo y, por supuesto, eso se traduce en millones de personas mirando por televisión cómo transcurre algo importante que ellos consideran que pusieron en marcha.
“Lo asombroso –completó Zuleta– es que acá no hubo ni un golpe ni una revolución y ni siquiera una elección. Fue la opinión pública la que cerró una etapa, la fuerza de la opinión pública. En las encuestas no había ni un solo no sabe/no contesta, nadie indiferente, y se formó un bloque enorme de opinión pública en contra de quien sintetizaba una época, el ex presidente. Ante la derrota de Menem, obviamente aparece la fiesta. También hay que decir que en los días anteriores a la asunción y en estos primeros días de gobierno, Kirchner, que llega sin identidad ni referencias conocidas, se muestra como una persona normal, con fuerza y con un acercamiento a la gente mayor al pensado.”
“La gente está muy atenta al proceso –afirma el consultor Hugo Haime–. En la clase media existe una sensación de que se han retomado las banderas de la Alianza, pero sin De la Rúa y con la perspectiva de otra efectividad. Se habla otra vez de nación, renovación política, lucha contra la corrupción, institucionalidad. Son todos temas que la gente mira con expectativa favorable. Entre los sectores de menos recursos, lo que se espera es una mejora económica. El resultado es que ambas franjas, que representan una gran mayoría de la sociedad, miran de cerca el proceso y se esperanzan. Esto abre un período de gracia que podría ser de hasta un año, que fue lo que tuvo De la Rúa. Por eso hay rating en la televisión y también rating en las expectativas.”

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