EL PAíS › EL PRIMER AñO DEL SUBTE BAJO LA GESTIóN DE MAURICIO MACRI

Más caro, con menos frecuencia

Después del primer aumento de la tarifa decidido por la Ciudad, la cantidad de usuarios del subte cayó un 23,8 por ciento, y se espera otra merma con el incremento de mañana. Faltan coches para cubrir las nuevas estaciones.

 Por Werner Pertot

Por decisión de Mauricio Macri, desde mañana la tarifa del subte subirá a 3,50 pesos, mientras que aquellos sectores de bajos recursos que hagan un trámite podrán pagar 2,50 por viaje. “Después de un año de gestión del sistema de subterráneos, viajan menos personas, con menos frecuencia y a un precio más alto.” Esa es la conclusión de un informe de La Fábrica porteña, que relevó el primer año del subte a cargo de Mauricio Macri. Además, la Auditoría General de la Ciudad señaló falencias en los números de la concesionaria Metrovías y que el precio de la tarifa que presentó la gestión PRO está inflado.

“A un año del traspaso del subte, podemos decir que Macri aplicó el mismo estilo de gestión que en el resto de sus políticas: falta de planificación y coordinación, ineficacia y subejecuciones, todas funcionales a un modelo de ciudad para pocos”, indicó Matías Barroetaveña, coordinador de La Fábrica porteña –el espacio que conduce el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada–.

- Los aumentos. El gobierno porteño incrementó la tarifa apenas se hizo cargo del subte por primera vez, a comienzos de 2012. La subió de 1,10 a 2,50, un 127 por ciento de aumento. Luego, Macri se desentendió del subte por un año, en el que continuó el conflicto con el gobierno nacional. Cuando volvieron a aceptar el subte, a comienzos de este año fijaron una tarifa de 3,50, que el Poder Judicial suspendió porque no tenía una justificación en los costos. Ahora volvieron a ser habilitados a aplicar el aumento luego de que presentaron una tarifa técnica de 7,47 pesos. Pero la Auditoría porteña emitió un informe donde cuestiona el cálculo de esa tarifa, dado que “toma en cuenta valores que no existen o son difíciles de determinar”. Para la Auditoría, la tarifa técnica estaría más cerca de los 5 pesos o incluso menos: podría ser de 4,89 pesos. Según este cálculo, a partir de esta semana el gobierno de Macri pondrá 1,39 por cada pasaje y el usuario pagará de su bolsillo los otros 3,50.

- Pérdida de usuarios. Según datos de la CNRT, la cantidad de usuarios del subte iba en aumento hasta 2011: había crecido un 35,9 por ciento. En cambio, a partir del aumento de la tarifa, hubo una caída de usuarios del 23,8 por ciento con respecto al año anterior. Se perdieron 130 mil usuarios, que no volvieron en los primeros ocho meses de 2013. El segundo aumento podría producir una fuga aún mayor, dado que el subte pasará a costar el doble que el colectivo.

- La subejecución. “En el primer trimestre de 2013, no se ejecutó un solo peso del presupuesto porteño dedicado al subte”, señala el informe. Más cerca de las elecciones, alcanzaron a ejecutar un magro 23 por ciento. Los economistas de La Fábrica porteña armaron un ranking de la subejecución: el subte tiene el segundo puesto (sólo superado por la Dirección General de Movilidad Saludable). En 2012, ya habían subejecutado 386 millones de pesos dedicados al transporte. La mayoría del dinero que se está usando no viene de los recursos de la Ciudad, dado que sólo le asignaron 60 millones. Los otros 848 millones de pesos vienen del endeudamiento de 2010, que iba a ser usado para expandir la red de subtes, pero nunca fue utilizado para ese objetivo. “Casi un tercio del presupuesto se debe a endeudamiento”, indica el informe. Hay otros 500 millones que provienen de fondos destinados específicamente al subte: esto es, dinero al que la gestión PRO no tenía otra opción que utilizar en el subte.

- Modos de pago duplicados. Las tarjetas SUBE ya no pueden usarse en las máquinas de las estaciones, que sólo aceptan Monedero, una tarjeta privada gestionada por Visa. Para usar las SUBE, se instalaron unas terminales especiales sobre los molinetes. “En vez de favorecer la unificación del sistema de pagos electrónicos, las autoridades porteñas favorecieron la duplicación de los modos de pagos electrónicos”, señala el informe.

- La ampliación de la red. Más allá de la consabida promesa de Macri de hacer diez kilómetros de subte por año, el informe se adentra en las obras que se hicieron. Desde 2007, se inauguraron nueve estaciones de subte (Puan, Carabobo, Flores y San Pedrito en la línea A; Echeverría y Rosas en la línea B; Corrientes, Parque Patricios y Hospitales en la línea H). “Sin embargo, las obras de San Pedrito y Flores se terminaron en 2006 y se inauguraron en 2013, mientras que las obras de Echeverría y Rosas, que se inauguraron este año, habían sido iniciadas en 2005. Por lo tanto, de las nueve estaciones inauguradas, cinco estaban terminadas cuando asumió el PRO y otras cuatro estaban en obra. Ocho de las nueve fueron adjudicadas en gestiones anteriores”, advierte.

- Los vagones. Las estaciones fueron inauguradas sin el material rodante que permitiera sostener la frecuencia. Los metrodelegados informaron que hubieran sido necesarios unos 26 trenes nuevos para que no se viera afectado el servicio. “La línea B tiene en la actualidad la misma cantidad de formaciones que en el 2000, a pesar de contar con nuevas estaciones en su recorrido”, indica. Los 36 coches comprados a España por Macri fueron materia de burla del diario El País: “Carne de chatarrería”, los llamaron. En Madrid, los usaban para detonar explosivos en las pruebas de impacto. A la Ciudad le costaron 550 mil dólares cada uno. También se compraron otros 76 coches más nuevos, al precio de 383 mil euros la unidad.

- Lo que vendrá. El informe también se centra en las obras futuras. “El mal manejo ha llevado a la parálisis y pérdida de fondos”, indica. Afirma que la mitad de las estaciones de la línea H “se encuentra suspendida o en estado de indefinición. Es el caso de Córdoba, Santa Fe, Las Heras, Plaza Francia, Sáenz y Pompeya. En el caso de Plaza Francia, la estación comenzó a ser construida “en forma arbitraria en Plaza Alvear” y finalmente fue abandonada. “Todo esto representó la pérdida de 70 millones de pesos”, advierte el informe. De esos fondos, cinco millones fueron para reparar el daño hecho al parque, que fue diseñado por Carlos Thays. Las obras en Sáenz están en medio de una fuerte controversia con los comerciantes, que discuten que no se los indemniza por la pérdida de su negocio, y la obra de Pompeya está frenada por problemas con el suelo que no fueron contemplados por el gobierno del ingeniero Macri.

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La Auditoría porteña estimó que la tarifa presentada por el macrismo está inflada.
Imagen: Leandro Teysseire
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