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La CGT (no tan) rebelde y la (no tan) oficial hablan de reunificarse

Las cúpulas de las dos centrales obreras se reunieron para explorar la posibilidad de unificarse. La intención es hacerlo cuando venza el actual mandato de Daer. Hubo críticas al Gobierno y a sus aliados.

No los une el amor, ni tampoco el espanto. Por esas cosas del estilo K, las dos vertientes de la CGT –oficial y rebelde– que se reunieron ayer en Luz y Fuerza comparten una situación inédita, aunque con matices, para la cúpula gremial en los últimos tiempos. En la intimidad, los dos sectores se quejan porque observan cierto distanciamiento de parte del presidente Néstor Kirchner. Ese fue uno de los temas que se debatió en el encuentro al que asistieron Rodolfo Daer y Hugo Moyano, acompañados por Andrés Rodríguez (UPCN), Oscar Lescano (Luz y Fuerza), Juan Manuel Palacios (UTA), Omar Viviani (taxistas), entre otros. En la reunión, se analizó también la posible reunificación de las dos CGT cuando, a fines de año, termine el mandato de Daer como secretario general.
Esa discusión se definirá en la próxima reunión del Comité Central Confederal, que tendrá lugar en unos meses. “Puede ser un primer paso para la tan ansiada unidad del movimiento obrero, ya que no existen diferencias de fondo, sino sólo de matices”, informaron luego de la reunión Daer y Rodríguez, del personal civil de la Nación. En el encuentro, además, se habló del rumbo de la gestión del gobierno nacional, con el que varios dirigentes sindicales mantienen unas cuantas diferencias. Por ejemplo, el colectivero Juan Manuel Palacios se quejó por el trato que reciben los piqueteros, que son recibidos en la Rosada en forma cotidiana.
“Este gobierno tiene actitudes sectarias, está más con los piqueteros que con las centrales sindicales”, fue uno de los cuestionamientos que se escucharon en la reunión. También hubo quejas por la línea directa que tiene el Gobierno con la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), que está desarrollando una campaña en pos de la democracia sindical. “Esta reunión surgió por preocupaciones que van apareciendo: como la relación que tiene Kirchner con la CTA y la crisis del peronismo”, contó a Página/12 uno de los dirigentes que participó del encuentro. Pero en la reunión no se escucharon sólo críticas: en Luz y Fuerza se escucharon, además, elogios para el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y su forma de llevar adelante la negociación con el FMI.
No fue ésa una sorpresa para quienes conocen a los “gordos”. En los días inciertos en que todavía no había un candidato claro para enfrentar a Carlos Menem, los miembros de la CGT oficial impulsaron al entonces ministro de Economía para asumir esa candidatura. Desde entonces, Lavagna y la CGT oficial se llevan de maravillas. Aunque tanto Daer como los demás gremialistas se jactan de tener “excelentes relaciones” con todos los ministros del gabinete. Salvo el de Interior, Aníbal Fernández, con quien por las características de su cartera no tienen siquiera relación.
Esas relaciones no impiden que las dos CGT tengan sus conflictos con el Gobierno, aunque traten de disimularlos. El alejamiento de Reynaldo Hermoso y Domingo Petrecca del PAMI comienza a cicatrizarse, pero dejó sus huellas para la CGT oficial. En el caso de la CGT rebelde, el descontento está aún más presente, como demuestran los recientes conflictos gremiales de los colectiveros –ayer hubo un paro que terminó en horas– y el encolumnamiento del taxista Viviani con Mauricio Macri, uno de los adversarios declarados de Kirchner, que lo considera “neomenemista”.

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Rodolfo Daer, actual secretario general de la CGT, se reunió tras largo tiempo con Moyano.
 
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