EL PAíS › KIRCHNER Y CHAVEZ CON DISCURSOS CRITICOS SOBRE LA DEUDA

Es para el Fondo que lo mira por tevé

El Presidente recibió a su par de Venezuela y calificó a la deuda externa como “impagable”. Chávez coincidió y ambos se prodigaron gestos de solidaridad. El visitante terminó el día en las cercanías de la Facultad de Derecho, a todo discurso.

 Por Fernando Cibeira

Néstor Kirchner y Hugo Chávez hicieron eso que se espera de ellos y que pone nervioso a Washington y sus alrededores. En la primera visita oficial del venezolano a la Argentina se mostraron como dos grandes amigos, hablaron de la necesidad de iniciar un camino común latinoamericano y criticaron al Norte poderoso al pedir una reducción de las deudas externas de los países emergentes. “Es necesario llevar este mensaje al mundo desarrollado para que de una vez y para siempre se comprenda que no se puede seguir condenando a nuestros pueblos a la pobreza y la marginación para simular el cumplimiento de una deuda impagable”, sostuvo Kirchner. Chávez, quien un día antes había pedido la eliminación del FMI, lo apoyó: “Hemos sido saqueados por 500 años y se pretende seguirnos saqueando”. Köhler, Krueger y compañía, agradecidos.
Fue uno de los lugares comunes de los círculos diplomáticos: que la intriga que debía develar Kirchner en sus recientes viajes a Europa y Estados Unidos era si estaba más cerca de la moderación del socialista chileno Ricardo Lagos o de la imprevisibilidad de un Chávez. Las dudas en el exterior tenían que ver con que el argentino se mostraba en un trío con Lagos y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pero el gran protagonismo de Chávez y Fidel Castro en su asunción, amén de sus primeras medidas de gobierno, hacían ver otra cosa. Lo que dicen en la Rosada es que Kirchner es Kirchner, que su estilo puede ser moderado en lo económico y, al mismo tiempo, audaz en lo político. Es decir, ni Lagos ni Chávez, o un poco cada uno.
Al tiempo que Economía lleva adelante una trabajosa y crucial negociación con el FMI para lograr un acuerdo de mediano plazo, Kirchner no tuvo problemas en abrazar ayer al temido Chávez y pronunciar un discurso de ésos que no son de protocolo. “Sé muy bien que no es simple la tarea, sé también cómo el peso del endeudamiento externo hace lento el viaje que nos lleva al mañana tan ansiado. La deuda externa que abruma nuestros pueblos es por cierto otro de los componentes de esta realidad que nos circunda”, sostuvo el Presidente en el acto realizado en el Salón Blanco de la Casa Rosada.
Atado a las reglas de la diplomacia, Chávez apenas habló 18 minutos, nada para quien se considera un discípulo de Fidel Castro. Habló del “nacionalismo verdadero y auténtico” de San Martín y Bolívar y que luego recogió Perón. “El dijo aquello de que el siglo XXI nos concebirá unidos o dominados. Aquí estamos, entramos al siglo XXI dominados, con modelos económicos todavía colonialistas y con amenazas de mayor colonialismo, con sociedades divididas y fragmentadas, minorías privilegiadas y mayorías empobrecidas”, puntualizó el venezolano quien también citó a Perón en el Congreso (ver nota aparte).
Antes del acto, bastante concurrido, Kirchner y Chávez firmaron seis convenios de cooperación en los siguientes rubros: energía, agricultura, alimentación, aeronáutica y medicina nuclear. Después hubo un almuerzo con 21 comensales. Del lado argentino estuvieron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el canciller Rafael Bielsa, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, los jefes de los bloques legislativos del PJ, el senador Miguel Angel Pichetto y José María Díaz Bancalari, y la diputada Alicia Castro, una “chavista” de la primera hora.
Venezuela colocó una nutrida delegación: el canciller Roy Chardenion Matos, el embajador Freddy Balzán, el ministro de Agricultura y Tierra, Efrén Andrades Linares, de Energía, Rafael Ramírez Carreño, de Planificación, Jorge Giordani, el de Zonas Económicas Especiales, Francisco Natera y el titular de la Asamblea Nacional, Karec Saah Halabi.
Con tanta gente no dio para mucho más que para las palabras de ocasión y los discursos. Los que más hablaron fueron Kirchner, Chávez y Bielsa. El menú incluyó una ensalada mediterránea, lomo con hojaldre y verduras como plato principal, y de postre espuma de naranja y salsa de frutos rojos. Lacomida terminó a las 15.30. Luego Kirchner acompañó a Chávez hasta la explanada de la Rosada.
Pero el dato político estuvo en el acto en sí y en las muchas muestras de amistad que los dos presidentes se dieron para las fotos. “El fenómeno de la globalización parece querer condenar a nuestros pueblos al olvido y la marginación. Las ironías de este tiempo cívico nos muestran que mientras se nos demandan mercados libres para la competencia internacional, el mundo central se cierra a nuestras ofertas en protección a sus productores”, expresó Kirchner.
Las definiciones fuertes vinieron por el lado de la deuda y los organismos de crédito. Kirchner –al fin presidente de un país en default- recordó al canciller Luis María Drago y la doctrina que lleva su nombre justamente para sostener que a Venezuela no se le podía cobrar su deuda externa en forma compulsiva. “El endeudamiento de las naciones con el sistema financiero internacional se convierte en un ancla que las inmoviliza en lo más injusto del presente”, sostuvo.
Chávez tuvo elogios para su anfitrión. “Hay buenos aires no sólo en la Argentina, hay buenos aires en América del Sur, usted es parte de esos buenos aires que nos alientan, que nos refrescan y que nos hacen sentir ya no tan solitarios en algunos niveles”, dijo. Y agregó: “En Argentina también ha nacido un proyecto nacional, se está conformando y consolidando”.

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Un abrazo que traerá repercusiones.
 
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