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Tanto Aníbal Ibarra como Mauricio Macri empezaron a prepararse ayer para el debate que finalmente protagonizarán hoy en la pantalla de Canal 7. El cruce entre los dos candidatos que pelearán la Jefatura de Gobierno porteño en el ballottage del próximo 14 de setiembre fue adelantado para las nueve y media de la noche. “No estoy conforme con las condiciones que puso Macri para el debate”, se quejó Ibarra, y le reprochó a su adversario haber pedido “que no haya espontaneidad porque se siente inseguro”. En lo que constituyó un anticipo de lo que seguramente ocurrirá esta noche en la televisión –adonde ambos llegarán con las preguntas formuladas de antemano y las respuestas estudiadas–, no hubo polémica: el empresario no le contestó y se limitó a decir que espera “que los vecinos puedan comparar las distintas propuestas”.
Ibarra no sólo acusó a Macri de no querer debatir, sino que reiteró su decisión de realizar nuevos cruces además del que ya está previsto. Las declaraciones del ex fiscal no hacen otra cosa que poner en evidencia la disconformidad del ibarrismo con el formato de debate que se acordó con el auspicio de Poder Ciudadano. El actual jefe de Gobierno siempre estuvo seguro de ganarle en el mano a mano a Macri. En el debate que tuvo lugar antes de la primera vuelta demostró que no estaba equivocado.
Ahora, ya sin otros candidatos de por medio como en aquella ocasión, el escenario aparecía incluso más favorable para Ibarra. Sin embargo, el esquema que acordó el jefe de campaña del ex fiscal, Carlos Campolongo, con el del empresario, Juan Pablo Schiavi, mejora las chances de Macri, quien demostró que el contrapunto frente a las cámaras no es su fuerte.
Más que debate, lo de hoy será una exposición de propuestas de cada uno de los candidatos a partir de una serie de preguntas que formularán varias ONG, que ni siquiera los tomarán por sorpresa: los candidatos las recibieron anoche y tendrán todo el día de hoy para preparar sus respuestas.
Poder Ciudadano se había comprometido a enviarles las preguntas -incluso las dos que están previstas que se hagan entre sí– a las 21, pero recién lo hizo al cierre de esta edición, en lo que se interpretó como un intento por mantener al menos la incógnita al respecto. La entidad tampoco quiso divulgar qué ONG interrogarán a los candidatos.
Los asesores de campaña de Ibarra no quisieron revelar cuál será su estrategia, pero adelantaron que tratarán de “darle dinámica con los giros de polémica que puedan hacerse dentro del escaso margen que presenta el formato”. Los ibarristas, que pretenden la mayor difusión posible del cruce, admiten que la de Canal 7 es “una pantalla fría”, pero confían en que la expectativa que generó la discusión previa juegue a su favor.
Aun cuando le convenga, Schiavi tampoco se mostró seguro de que el debate sea atractivo para el público. “Esperemos que no sea un plomazo”, se sinceró.