EL PAíS › LA DISPUTA INTERNA QUE DIVIDE A LOS DIRIGENTES DEL MACRISMO

“Puros” contra “impuros”

La decisión en torno de quiénes deben acompañar a Mauricio Macri y a María Eugenia Vidal en sus fórmulas abrió una brecha en el PRO: los que quieren que sus compañeros sean macristas se enfrentan a los que pretenden sumar a un peronista y un radical.

 Por Werner Pertot

Resta menos de un mes para la presentación de las listas. Al igual que para los otros partidos, para el PRO esto implica que es tiempo de definiciones. El partido de Mauricio Macri tiene dos líneas enfrentadas en cómo completar las fórmulas electorales: los autodenominados “PRO puros” versus los “PRO impuros”, que serían algo así como los contaminados por la política. Los primeros proponen una fórmula “toda amarilla”: en la presidencial, un macrista que acompañe al jefe de Gobierno (el primero en la lista es Marcos Peña); en la provincia de Buenos Aires, una figura afín que complete el dúo con María Eugenia Vidal (suena Fernando Niembro). Los “impuros”, en cambio, consideran que hay que sumar un peronista como Carlos Reutemann en la nacional y un radical en la bonaerense. Viene ganando la pureza amarilla.

La discusión entre “puros” e “impuros” se repite en cada escenario que el PRO tiene que enfrentar. En el primer grupo, se encuentran el secretario general Marcos Peña, el consultor ecuatoriano Jaime Duran Barba y los amigos de Macri del colegio Cardenal Newmann, entre otros. En el segundo, los peronistas Emilio Monzó y Humberto Schiavoni, más curtidos en negociaciones electorales.

El último capítulo de la disputa fue el lunes pasado, en un encuentro de la mesa chica del PRO en la que lo pararon en seco a Monzó. El ministro de Gobierno venía trabajando en una serie de acuerdos con la idea de que algunos de los intendentes y dirigentes que abandonen el Frente Renovador terminaran en el PRO. “Si no hacemos un esfuerzo, terminan todos en el Frente para la Victoria y nos quedamos sólo con Cariglino”, indicó. Pero Macri, Peña y Horacio Rodríguez Larreta, le pusieron una pared de cemento a su estrategia: “No más alianzas. Hasta acá llegamos con la apertura”, fue la orden que recibió Monzó.

No significa que todas las batallas entre “puros” e “impuros” estén saldadas, pero fue el final de las negociaciones con los massistas que conducía Monzó. De la misma forma, los acuerdos con la UCR y con Elisa Carrió fueron victorias del ministro de Gobierno sobre Duran Barba, que consideraba que el PRO tenía que ir sin aliados. Pero hay límites. Macri lo reiteró hasta el cansancio esta semana: no habrá lugar para Massa en el armado nacional PRO-CC-UCR.

Otra de las discusiones entre “puros” e “impuros” es por el compañero de fórmula de Macri. El sector negociador proponía buscar algún referente del interior y de otra fuerza política que robustezca la candidatura de Macri. El más taquillero sería el ex gobernador de Santa Fe Carlos Reutemann –otra de las incorporaciones que logró Monzó– quien ya avisó que está cansado de que lo “manoseen” con un posible ofrecimiento que nunca llegó.

La alternativa de los “PRO puros” es ir con un candidato propio.

Hoy hay tres que figuran al tope de la lista: Peña; el ministro de Educación, Esteban Bullrich; y el presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio. El orden varía según a quién se le pregunte, aunque todos tienen claro que si la opción es uno del círculo de mayor confianza de Macri, Peña cuenta con varias cabezas de ventaja. “Ninguno le suma demasiado a Mauricio, entonces lo mejor es el de mayor confianza”, razonan en la mesa chica del PRO, de la que forma parte Peña, que también controla la política de comunicación macrista.

Algunos señalan que la decisión final será entre Peña y Frigerio, que tiene un perfil PRO, pero con un toque más político-desarrollista. Otros dicen que, por eso mismo, Frigerio corre con desventaja y Bullrich es una opción más cercana a Macri, si decide no elegir a Peña.

La posibilidad de que sea el secretario general despertó algunas suspicacias en el PRO. Algunos recordaron que Peña adhería al planteo de Duran Barba de que la compañera de fórmula de Macri tenía que ser “mujer, morocha, del interior, que lo descontracture”. Sin embargo, nadie con ese perfil aparece con chances. Se mencionó a Patricia Bullrich o a Laura Alonso, pero en la cúpula macrista no las toman como opciones serias. Como ilustración, va el diálogo que este diario sostuvo con uno de los integrantes de la mesa chica del PRO:

–¿La están considerando seriamente a Patricia Bullrich?

–Bueno... cumple con los requisitos constitucionales.

El mismo consigliere de Macri avisó: “Esta semana empieza la discusión en serio”. Algunos creen que la definición del vice está cerca, aunque hay tiempo legal hasta el 20 de junio.

La misma discusión se replica en la provincia de Buenos Aires, el distrito en el que Macri tiene más problemas para hacer pie. Abortada la estrategia de Monzó de sumar más peronismo, quedan dos opciones para completar la fórmula de Vidal: o bien llevan a un radical o bien van con uno propio.

La línea negociadora del PRO plantea que el acuerdo con la UCR podría incluir como candidato a vicegobernador de Vidal al intendente de Chascomús, Juan Gobbi. En cambio, descartaban a Daniel Salvador, un hombre de Ernesto Sanz. El sector purista –que viene ganando aunque no está todo dicho– , en cambio, propone como compañero de fórmula de Vidal al periodista Fernando Niembro. En el PRO, señalan que tiene llegada directa a Macri y que “en las recorridas tiene buen feeling con la gente, parece un rockstar”. “Los radicales ya nos aportaron su estructura en la provincia. Ahora tenemos que ir con lista propia”, es el razonamiento de los dirigentes que prefieren una boleta amarilla.

Esta semana resolvieron que el jefe de campaña de Vidal será el intendente de Vicente López, Jorge Macri. El, junto con la candidata y Monzó integran una mesa que se ocupará del armado bonaerense. Las versiones de que Monzó fue desplazado del armado provincial resultaron ser exageradas, pero la reprimenda del lunes pasado no quedó sin consecuencias: muchos de los acuerdos preexistentes serán auditados.

Donde se dificultan los acuerdos, el PRO se lanzó a instalar candidatos propios. Por eso el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo, empezó a desplegar a sus candidatos –con un perfil peronista– en la segunda sección electoral (San Nicolás, Zárate y San Antonio de Areco ya tienen candidatos PRO) y también en La Matanza. El jueves Ritondo se reunió con Miguel Saredi para organizar la campaña en ese distrito. En todas las intendencias hay una negociación abierta con los radicales.

Monzó sigue monitoreando la discusión con los radicales y la Coalición Cívica de las listas de diputados y senadores en cada provincia. Hasta ahora el criterio es acordar una lista conjunta y, en caso de un conflicto grande, ir con dos colectoras (una radical y otra PRO pura) a las PASO.

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Duran Barba guía a los que quieren “todo amarillo”; Monzó, a los que van por extrapartidarios.
 
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