EL PAíS › EL PASE DEL VICEPRESIDENTE DE LA DAIA, WALDO WOLFF, A LAS LISTAS DEL PRO

Crónica de un salto anunciado

El rumor de que sería candidato de Mauricio Macri se había extendido en la comunidad judía, pero Wolff argumentaba que eran operaciones en su contra. Fue quien presentó las posiciones más duras contra el Gobierno después de la denuncia de Nisman y su muerte.

 Por Raúl Kollmann

El vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, pegó finalmente el portazo, renunció a su cargo el sábado a la tarde y firmó la aceptación como candidato a diputado del PRO por la provincia de Buenos Aires. Ocupa el lugar 12 de la lista entregada a la Justicia Electoral. El rumor de que Wolff –un dirigente de altísimo perfil en la comunidad judía– se iba al PRO estaba instalado desde hace meses, pero él siempre lo negó, argumentando que se trataba de operaciones en su contra. El minué terminó en la misma tarde del sábado, cuando en forma sorpresiva, y en el mismo momento en que lo anunciaba, firmó la renuncia a una de las dos organizaciones centrales de la comunidad judía. Aunque no tienen gran sintonía, Wolff se suma al rabino Sergio Bergman y al ex director ejecutivo de la DAIA Claudio Avruj, que ocupan lugares de alto nivel en el PRO.

Dentro de la DAIA las discusiones eran ásperas. Wolff hace tiempo que venía reflejando las posturas más opositoras al Gobierno, mientras que los demás integrantes de la conducción le pedían que bajara el tono, la exposición mediática y que se consensuaran las posiciones. En temas como la denuncia de Alberto Nisman contra la Presidenta y el canciller, y la posterior muerte del fiscal, Wolff expuso las opiniones más enfrentadas a la Casa Rosada y ya era un secreto a voces que expresaba los puntos de vista del PRO. En el marco de las polémicas, se mencionaba en forma permanente el posible pase del vicepresidente a las filas del macrismo, pero él lo negó en forma reiterada.

El sábado por la tarde, el día del cierre de listas, llamó por teléfono al presidente de la DAIA, Julio Schlosser, y al secretario general, Jorge Knoblovits, y les anunció su decisión de firmar la candidatura del PRO en la provincia de Buenos Aires. La renuncia fue irrevocable: “Yo no juego a dos puntas”, le dijo a la Agencia Judía de Noticias (AJN).

En el PRO ya revistan otros dos referentes de la comunidad judía. El más conocido, el rabino Bergman, protagonizó las marchas reclamando medidas por la inseguridad y exhibiendo siempre las posturas más de derecha. Menos público pero más cercano a Macri está Avruj, subsecretario de Derechos Humanos. En la comunidad judía se dice que ni Bergman ni Avruj ven con buenos ojos el pase de Wolff, un dirigente que ya demostró que apuesta fuerte: primero renunció a la presidencia de Faccma –la organización del deporte dentro de la colectividad– para aspirar a la vicepresidencia de la DAIA y ahora renunció a este último cargo para intentar llegar al Congreso Nacional de la mano del PRO.

Ayer, la DAIA emitió un comunicado que trasunta desconfianza. El texto señala que Wolff ya no integra la conducción de la comunidad, por lo cual “sus opiniones son a título personal y en nada reflejan el pensamiento de la DAIA”. No hay cálido saludo ni un deseo de éxito para su nueva carrera. Hoy en día, la relación entre la Casa Rosada y la comunidad judía está en niveles mínimos. Hubo choques sonoros por el Memorándum de Entendimiento con Irán, la denuncia y la muerte de Nisman. En todos esos casos, en el Gobierno creen que la dirigencia comunitaria operó en su contra, no sólo en el país, sino en foros y medios internacionales.

Se dice que ahora dos actores principales, los grandes clubes y los sectores religiosos, quieren una normalización. Antes de fin de año, la DAIA elegirá nueva conducción.

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Waldo Wolff renunció el mismo sábado, poco antes del cierre de listas.
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