EL PAíS › REUNIóN ENTRE PACO PéREZ Y CORNEJO

Encuentro por la transición

 Por Miguel Jorquera

Desde Mendoza

Con un triunfo contundente en sus manos, el gobernador electo, el radical Alfredo Cornejo, arrancó el día después del triunfo dedicado a la transición hasta que asuma su mandato el 10 de diciembre, al que llegará con mayoría en la Legislatura mendocina y con el Frente Cambia Mendoza –la alianza que aglutina al grueso de todo el arco opositor– gobernando la mitad de los municipios de su territorio, con indudable predominio de la UCR. En su casa de Godoy Cruz, Cornejo recibió al gobernador Francisco “Paco” Pérez en un desayuno de trabajo para definir cómo continuará la provincia, donde todavía queda por delante una elección nacional en la que ambos, el triunfante frente opositor local y el Frente para la Victoria, volverán a medir fuerzas para consagrar al nuevo presidente de la nación. En la noche del triunfo, Cornejo adelantó el encuentro pactado con el gobernador. Ayer se concretó. “Mendoza no está bien, hay que hacer muchas cosas para ponerla donde debe estar. Hay que organizar bien el Estado, ver todos los problemas fiscales que tiene. Vamos a constituir una comisión para la transición para que estos meses sean buenos para Mendoza”, dijo el gobernador electo y jefe comunal de Godoy Cruz en la puerta de su casa a la espera de la llegada de Pérez.

Aunque luego de las PASO mendocinas Cornejo evitó sus pronunciamientos a favor de un ajuste provincial y hasta de privatizaciones, ayer volvió a hacer centro en las cuentas fiscales de la provincia, mostró su “preocupación” por la situación y la relación con el gobierno nacional, además de insistir en que sus esfuerzos de gobierno estarán destinados a los sectores “productivos privados” y a la clase media mendocina.

Pérez llegó con sus muletas a Godoy Cruz (sufrió fractura de tibia y peroné en un picado de fútbol días antes de la elección mendocina). “Lo cortés no quita lo valiente y acá estamos los dos para trabajar por Mendoza”, señaló Pérez a su llegada. El gobernador prefirió no analizar la derrota del peronismo mendocino. “Primero creo que hay que reconocer la victoria del ganador, no sólo por sus condiciones personales, sino también por la alianza estratégica que ha hecho”, sostuvo. Ayer fue un día de “reflexión” para los dirigentes peronistas de Mendoza. La mayoría esquivó dar sus interpretaciones, primero lo harán hacia dentro.

Es que los números de la elección dejaron poco margen para las justificaciones en una elección que el propio gobierno mendocino decidió provincializar desdoblándola de las nacionales. El Frente Cambia Mendoza –UCR, PRO, PD, FR, PS, GEN y Libres del Sur– cosechó el 40,58 por ciento del voto de los mendocinos y aventajó por 7 puntos al FpV-PJ (39,31). Alcanza mayoría propia en la Legislatura provincial: 25 de 48 bancas en la Cámara de Diputados y 21 y de 38 en el Senado. Además de haberle arrebatado al peronismo dos de sus bastiones, los populosos municipios del Gran Mendoza como Guaymallén y Las Heras, entre otros. En Malargüe, el Cambia Mendoza ganó la intendencia luego de dar vuelta el resultado de las primarias en la que había perdido por 70 a 30 por ciento de los votos.

Otro que tuvo su propio festejo fue el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), que se consolidó como tercera fuerza provincial con el 10 por ciento de los votos, desplazando al tradicional conservador Partido Demócrata mendocino. El FIT amplió su representación legislativa: tendrá un bloque de cuatro diputados y dos senadores provinciales.

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