EL PAíS › AXEL KICILLOF ARRANCO SU CAMPAÑA PARA DIPUTADO CON UNA RECORRIDA POR CABALLITO

“Estas políticas llegaron para quedarse”

El ministro de Economía estuvo en el Mercado del Progreso, caminó por Rivadavia y dio un mensaje en el Parque. Prometió contacto con los vecinos “porque no hay pregunta que no podamos responder con la frente en alto”.

 Por Fernando Cibeira

“Nuestras políticas llegaron para quedarse”, celebró ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, en lo que fue su primera actividad de campaña como primer candidato a diputado del Frente para la Victoria en la Ciudad. Una recorrida por Caballito que arrancó en el tradicional Mercado del Progreso y que cerró en el Parque Rivadavia con un breve discurso, seguido de preguntas de los vecinos. Kicillof dijo que pese a su actividad en el ministerio, se había planteado darse tiempo para responder en estos días de campaña todas las inquietudes que le acercaran porque “no hay pregunta que no podamos responder con la frente en alto”.

Kicillof llegó al Mercado del Progreso pasado el mediodía, junto al también candidato a diputado y secretario de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, y el secretario de Comercio, Augusto Costa. Fue paseando por los puestos y conversando con los comerciantes. Subió a Twitter la foto de Juan, un carnicero que se emocionó al abrazarlo. Aunque él mismo aclaró que no en todos los puestos lo trataron así. “Pero no hubo ni una sola falta de respeto”, aclaró. Que le preguntaron por la inflación y por el dólar, un tema que el ministro se preocupó en aclarar en varias ocasiones “es parte de una agenda muy restringida”.

Desde El Progreso, en Primera Junta, Kicillof se fue caminando por avenida Rivadavia. Entró en algunos negocios. Por ejemplo, en Frávega, donde le dieron algunas buenas noticias sobre la marcha del consumo. “En el último año, la venta de heladeras aumentó el 62 por ciento”, comentó Kicillof. También la venta de microondas y lavarropas. Mejoras que fundamentó por los planes Ahora 12, Subeneficio y Precios Cuidados. El ministro estuvo solicitado para las fotos, principalmente en el electorado femenino de maduro para arriba. En la esquina de Acoyte y Rivadavia lo esperaba un grupo de militantes con remeras naranjas con la cara de Daniel Scioli, pero una chica sacó otra con el rostro del ministro. “Mirá, dice Kici Love”, le mostró. “Ah, ¡qué buena que está!”, aprobó Kicillof, que se la autografió.

Con Larroque se pararon en la puerta de rejas del Normal 5. “Mirá cómo está esta escuela. Toda despintada, los vidrios rotos, cómo la dejaron caer”, le dijo Kicillof al Cuervo. “Tendríamos que venir a hacer trabajo solidario”, le contestaron, irónicamente. Luego, en su mensaje, hizo varias críticas a la gestión porteña, principalmente la falta de atención a la salud y la educación pública. “No ponen un mango en la salud, no ponen un mango en la educación. Han gobernado mal”, planteó.

Se le sumaron allí otra candidata a diputada, Victoria Montenegro, y la presidenta del bloque de legisladores del FpV, Gabriela Alegre. El ex candidato a vicejefe de Gobierno, Leandro Santoro, vecino de la zona, se ubicó en las primeras filas. “Oooooó, ¡Kicillof!”, simulando el estribillo del “Reggae de paz y amor” de Sumo, fue el cantito que le dedicaron antes de que comenzara. En el Parque Rivadavia lo esperaba un grupo de personas que disfrutaba del soleado mediodía. Los más tempraneros ocuparon las dos filas de sillas de plástico, el resto permaneció de pie.

Kicillof habló desde el primer escalón del monumento a Simón Bolívar, en el centro del parque. Quien lo anunció dijo que el tipo de actividad que habían imaginado eran como las que hacía en su época Arturo Jauretche, “jornadas de debate público”. Kicillof destacó lo bien que había podido conversar con la gente en el recorrido por el barrio, aun con quienes no estaban de acuerdo con el gobierno. Que la agresión aquella que sufrió en el Buquebús había sido algo orquestado. “No existe la agresividad que ellos mismos quieren instalar”, en referencia al multimedios que pasaba aquella imagen “una y otra vez”. Planteó que desde su ministerio se hacía “política económica para la gente”. Habló de los nuevos tres millones de jubilados y un jubilado gritó para agradecerle. “Los habían dejado en la banquina”, agregó el ministro. Obviamente, hubo una referencia a la sorpresiva defensa de Mauricio Macri de algunas políticas oficiales. “Decían que la AUH era clientelismo, que era populismo, que se iba por la canaleta del juego y la droga. Y ahora miren”, sostuvo.

Cuando terminó de hablar, pasaron a las preguntas. Las dos primeras tenían que ver con el dólar y el ministro reaccionó. No contra quienes preguntaron sino contra los medios que buscan instalar de nuevo el tema como una cuestión de gravedad. “Como no nos pueden pegar con las verdaderas preocupaciones de la gente, que son las de todos los días, nos quieren preocupar con este numerito. Es un mercadito pequeño que lo utilizan para hacer propaganda”, sostuvo sobre el precio del blue. “Para nosotros es más importante lo que pasa en los hospitales que lo que dice Clarín”, lanzó, y prometió cuando sea electo diputado “legislar contra las concentraciones, a favor de los chicos y en contra de los grandes”.

Antes de irse, Kicillof tuvo que pasar por otra sesión de selfies. Al lado del monumento, un payaso ya había empezado su actuación para los chicos. Les pidió que lo aplaudieran. “Ven, a mí también me aplauden, yo también puedo ser ministro”, gritó.

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El ministro Axel Kicillof y el ritual de las fotos con los vecinos en el Parque Rivadavia.
Imagen: Télam
 
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