EL PAíS › CRISTINA FERNáNDEZ INAUGURó UN BUSTO DEL EX PRESIDENTE EN LA CASA ROSADA

Un homenaje a Kirchner como despedida

En un acto en el Salón de los Bustos, que contó con Evo Morales como invitado, CFK recordó a Néstor Kirchner: “Fue el presidente que obtuvo la menor cantidad de votos y sin embargo a partir de su coraje construyó una nueva Argentina desde las ruinas”.

 Por Julián Bruschtein

“No hay que confundirse, el lugar natural de un militante no tiene que ser el gobierno, es junto al pueblo, junto a la gente”, apuntó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su último acto de gobierno, mientras detrás suyo el busto de Néstor Kirchner, recién descubierto, parecía observarla sin pausa. Con el presidente boliviano, Evo Morales, como invitado especial, Fernández de Kirchner destacó que junto al brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva y el venezolano Hugo Chávez fueron los líderes que “supieron ver que la historia de la región, de América del Sur, merecía un camino diferente”, al recordar la coincidencia de los líderes populares en los gobiernos después de años de neoliberalismo y gobiernos de la derecha en la región. En la Plaza de Mayo, cientos de miles de personas la escuchaban, a la espera del discurso de despedida de la Presidenta frente a ellos, ante la plaza.

“Fue el presidente que en toda la historia de la Argentina, obtuvo la menor cantidad de votos, sin embargo fue a partir de sus convicciones, de su coraje, de su decisión, y su visión estratégica, que construyó una nueva Argentina desde las ruinas que había recibido”, apuntó la Presidenta, vestida de un riguroso blanco, recordando el 22 por ciento de los votos con los que Kirchner llegó a la Presidencia en 2003. El coro fue instantáneo, empezó de afuera hacia adentro, del Patio de las Palmeras llegaba el “Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo, la puta madre que lo parió”. En seguida, los funcionarios e invitados en el Salón de los Bustos de la Casa Rosada se pararon para sumarse al coro, unos más entusiasmados que otros. “El vino desde el sur, colándose por las hendijas de la historia”, agregó CFK, levantando todavía más al público en el lugar.

En el salón no entraba un alfiler. Diez pañuelos blancos marcaban la fuerte presencia de las Madres de Plaza de Mayo, de la Asociación y de la Línea Fundadora, además de un grupo de Abuelas. Estela Barnes de Carlotto se sentó en la primera fila, al igual que Hebe de Bonafini, separadas por el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Completaban la primera línea el ex candidato presidencial Daniel Scioli, que cuando ingresó al salón fue recibido con aplausos y gritos de apoyo, parte del gabinete saliente, como el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el diputado Máximo Kirchner, junto con su esposa Rocía García y su hijo, nieto de la Presidenta, Néstor Iván. Familiares de desaparecidos, miembros de la agrupación Hijos, actores y músicos, como Leonardo Sbaraglia y Peteco Carabajal, entre muchos otros, completaban la paleta de colores y sectores que apoyaron y fortificaron el proyecto kirchnerista desde el 2003 hasta ayer.

“Yo me acuerdo cuando Evo asumió, allá en La Paz, que dijo ‘tenemos un militar, tenemos un obrero’, creo que dijiste de Néstor ‘tenemos también un intelectual, una mujer, hasta un cura’, porque (Fernando) Lugo era el presidente del Paraguay y en un momento imborrable, hace diez años, le dijo en Mar del Plata: No al ALCA”, recordó nuevamente Fernández de Kirchner, haciendo foco en los años de coincidencia de presidentes de centroizquierda como nunca antes en la región. Luego descartó que los posicionamientos políticos del kirchnerismo tenían que ver con “una versión ideologizada como algunos creen, sino porque saben que determinadas asociaciones, de carácter comercial, implican llenarnos de productos de alto valor agregado de afuera”, y agregó que no se trataba de “una cuestión de ideologías, es una cuestión de defensa de los intereses de la Nación y fundamentalmente del pueblo, de sus trabajadores, de sus empresarios, de sus comerciantes”. De la plaza misma comenzaron a escucharse las estrofas del clásico canto kirchnerista que dice “vengo bancando este proyecto, proyecto nacional y popular, te juro que en los malos momentos, los pibes siempre vamos a estar”, que retumbó como en una caja de resonancia cuando se hizo propio por los invitados al acto.

El rebote del sonido en la Plaza de Mayo devolvía las mismas palabras presidenciales unos segundos más tarde. “Vemos que se intenta, y en algunos casos se logra, en distintos países de la región, cambiar lo que fue y lo que es y lo que seguirá siendo, porque más tarde o más temprano en esta década la gente ha logrado derechos, ha conquistado responsabilidades y progresos con dificultades, como nunca lo había hecho”, continuó lo que pudiera suceder en el futuro con el gobierno de la centroderecha en la Argentina. “Estoy convencida que se va a defender cada uno de esos derechos adquiridos, más allá de las marchas y contramarchas que tiene la historia en la región. Porque la historia no se escribe con regla, escuadra y compás, no es una línea recta, es una línea que muchas veces ondula, van en distintas direcciones, otras veces pareciera retroceder”, analizó, agitando al gigante invertebrado que escuchaba en la plaza y cada vez que se nombraba o aludía a la derecha tronaba una rechifla.

“Hay una agenda que desde afuera se ha escrito para la región y que pivotea sobre tres ejes: un eje de hegemonía mediática, un eje político, y una tercera pata que aparece en esta década, lo que yo denomino el partido judicial, que constituye un trípode sobre el cual uno puede ver como se opera en los distintos países de la región”, reflexionó, poniendo el ojo en el trabajo de la Justicia durante los años de su gobierno, proyectándolo a los gobiernos populares que todavía hay en la región. “Yo pido que Dios ilumine a toda la dirigencia argentina, a quienes tienen la obligación de gobernar al país: que cuiden a los argentinos, porque no hay lugar seguro en el mundo”, aseguró y agregó que había que “poner los intereses del país por sobre todo alineamiento externo”.

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“El vino desde el Sur, colándose por las hendijas de la historia”, dijo Cristina Fernández.
Imagen: Sandra Cartasso
 
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