EL PAíS

“Apuesto a que la población lo saque a Duhalde del Gobierno”

El diputado Luis Zamora prepara el primer encuentro nacional de su movimiento. Mientras, critica duramente al Gobierno, al sistema de representación democrática y a la diputada Elisa Carrió, de quien dice que es “superficial”.

 Por Eduardo Tagliaferro

Sostiene que son tiempos para escuchar, más que para largos discursos. Momentos que no duda en calificar como históricos y en los que hay más preguntas que respuestas. Mientras trabaja para volver a presentar los proyectos de nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final que redactó en 1987, el diputado Luis Zamora insiste en que “hay que construir un nuevo gobierno y desde abajo”. En un reportaje exclusivo con Página/12, a pocos días del primer encuentro nacional de su movimiento (ver aparte), afirma que “apuesta a que se vaya Eduardo Duhalde”. Critica a la diputada Elisa Carrió por defender “estas instituciones” y por la “superficialidad que conlleva su propuesta de vivir con lo nuestro”.
–¿Considera que Duhalde tiene que dejar el gobierno?
–Apuesto a que la población lo saque a Duhalde del Gobierno. Creo que su gobierno está prendido con alfileres. Su principal debilidad es que no tiene respaldo popular. El sector productivo es todo extranjero y por lo tanto no piensa en el desarrollo del país. Con el agravante de que el FMI hoy no tiene plan para la Argentina. En la década pasada su plan fue el neoliberalismo y recomendaba: privaticen y desregulen. Hoy no pueden insistir con esto y lo único que ofrecen es alguna asistencia para pagar la deuda. El que se vayan todos es un reclamo de cambio profundo. No importa si se van todos o quedan algunos. Es una manera de pedir un cambio profundo.
–¿Y qué forma tendría el cambio?
–En los últimos 150 años se construyeron cambios desde arriba. Hoy parecería ser que el desafío es construir cambios desde abajo. Y no estamos acostumbrados, ya que durante mucho tiempo se buscó un líder y nuevos gobiernos. Hoy empezamos a mirarnos las caras los que estamos abajo y ya no vemos líderes. Habrá algunos a quienes votar, pero la pregunta es qué hacemos. No hay baqueanos. Vamos probando como encontrar el camino. La verdad está en muchos lados, un poco en el zapatismo, mucho en el movimiento antiglobalización.
–¿Qué opina de los políticos que hoy sólo les ofrecen a los argentinos rezar y esperar que lleguen créditos del Fondo?
–Cuando dice rezar no puedo dejar de pensar en Elisa Carrió. En un programa televisivo cuando le preguntaron qué mensaje tenía para los argentinos, dijo “que recen”. Me quedé impresionado porque en el mensaje de último minuto, brindar como actitud de pelea rezar me desconcierta.
–¿Esa parecer ser también la única opción a la que apuesta Duhalde?
–Parece mentira pero todavía tenemos cosas para sorprendernos. Las relaciones carnales de Carlos Menem y Guido Di Tella se han profundizado con Duhalde. Mandarle una cartita de disculpas a George W. Bush por haber tomado una decisión distinta y decirle que no se volvería a repetir, ni siquiera lo hacía Di Tella con su osito Winnie Pooh. Al aceptar que el FMI se reúna con los gobernadores, reconoció que las relaciones diplomáticas con los organismos internacionales de crédito no están más a cargo del Presidente. El Fondo le dijo “usted no es idóneo para apretar a los gobernadores, lo vamos a hacer nosotros”. Mañana el FMI les dirá lo mismo a los gobernadores y capaz luego de negociar con los intendentes vengan directamente ellos a cobrar los impuestos. Son hechos que indican que el país ha desaparecido. Un país existe si tiene algún grado de soberanía.
–Duhalde afirmó que se podía salir de la crisis sin el Fondo, pero no contra el FMI.
–Algo de esto dijo el otro día Mario Cafiero cuando coincidió con algo que suele decir Hilda “Chiche” Duhalde y hasta el propio Duhalde: “Vivir con lo nuestro”. Esto es algo totalmente superficial. En el caso de Duhalde es una trampa. En el caso del ARI quiero creer que es el defecto de tomar superficialmente temas profundos. Porque cuando dicen instrumentar una política sin el Fondo, ¿qué le contestan a Bush cuando dice que pasen por el FMI? ¿Qué le contestan al G7, que se reunió y dijo a la Argentina hay que apoyarla, pero pasen por el Fondo? Cualquier vecino se pregunta, pero los yanquis nos van a dejar desconocer al Fondo. Los vecinos son más serios que las propuestas de los dirigentes y los gobernantes. Lo serio es decirles: Estados Unidos no deja a ningún país vivir con lo suyo, si precisamente su dominación se basa en quitarle lo suyo a los países que dominan. Hay que prepararse para confrontar. Hay tanto para aprender de la población. Nosotros sólo podemos alertar que vamos a tener que confrontar con la denominada globalización capitalista. El pueblo argentino debe hacerse cargo de que vamos a ir a un enfrentamiento. Vivir con lo nuestro puede ser una emergencia ante embargos o bloqueos.
–¿No hay ninguna salida de la crisis dentro de este modelo económico y político?
–La verdad pasa por la construcción de un modelo alternativo al capitalismo. Y eso es el socialismo. Esto es lo más reivindicable de la experiencia de la izquierda del siglo pasado. Más allá de que se han cometido muchos errores, como el pensar que las alternativas se construyen desde arriba sacándole el poder a la burguesía. Desde arriba se vuelve autoritario.
–Esto no lo excluye de participar de una convocatoria a elecciones.
–No descarto participar de elecciones. Doy esa lucha, pero considero que hay que reflexionar un poco. Como candidato a diputado repetí que la gente se autodeterminara, que no buscara aparatos cerrados de la izquierda tradicional. En este momento no se trata de hacer consignas de las ideas: asambleas constituyentes, no pago de la deuda. Cada partido con su consigna y alrededor de eso captura. No hay que capturar nada, las cosas están en construcción. Lo revolucionario es inacabado, lo instituído es lo contrarevolucionario. Hay que llenar de irreverencia y rebeldía a la política. Los partidos son poco irreverentes, son rutinarios y poco sensibles a la realidad. En los partidos el militante está para ser albañil no para construir los planos.
–¿Qué le pasa cuando lee encuestas en las que se afirma que tiene fuerte respaldo?
–Me conmueve y me llena de orgullo. Recibir cariño nos gusta a todos. Eso pasa en una encuesta pero también me sucede en la calle, como cuando en los cacerolazos me dicen “no comparto sus ideas pero gracias por estar acá”. Como las encuestas son a Presidente, no puedo negar que cuando las leo sufro una contradicción. La encuesta transmite la idea del referente que puede salvarnos y nosotros queremos cuestionar la democracia representativa porque no es democracia. Tan es así que comienza con una prohibición, “el pueblo no delibera ni gobierna sino por sus representantes”. Este sería el primer artículo de la Constitución que propondría derogar. Incluso antes que el de la propiedad privada. En esto veo a la izquierda con una fuerte tendencia electoralista. La izquierda suele presentarse como la verdadera representante del pueblo. No comparto esto. Hay que estimular que la población se autodetermine y haga política.
–¿No contempla acuerdos con otras fuerzas cercanas a sus posiciones?
–Estamos recorriendo otro camino. A los partidos tradicionales de la izquierda los respetamos, pero ese camino ya lo recorrimos. Frentes electorales que se hacen para un día y se rompen después de las elecciones. Ahí algo falla, nadie huele que pueda haber algo nuevo en esas prácticas. Estas son trabas en la lucha contra el capitalismo y por el socialismo. ¿Qué significado le damos a la palabra socialismo? Por lo pronto es anticapitalismo. ¿Qué forma tendrá? La que cada pueblo decida. A esta barbarie del capitalismo hay que responder con una construcción desde abajo. Quién, sino el que lucha, puede tener hoy alegría. En el ARI cada vez percibo mayor confusión: reivindican la república, no cuestionan las instituciones. El otro día Carrió me cuestionó porque yo critiqué la representatividad de los legisladores para investigar la fuga de capitales. Yo pensaba construir una comisión del tipo de la CONADEP para este tema. Apenas empecé a argumentarlo me chifló todo el recinto. Eltitular de la Cámara, Eduardo Camaño, me quitó la palabra y luego Carrió me criticó duramente afirmando “apuesto a que esta comisión gane”. Eso no son mensajes a transmitir a la población.
–¿Calificaría que es por miedo al cambio?
–Creo que ella defiende este régimen político, estas instituciones. Esa es la idea del ARI, un capitalismo humano. No reparan en que hablar de capitalismo humano es antitético. Una cosa es que haya dirigente con fuerte expectativa de votos y otra que la población tenga expectativas en estos dirigentes como la tenía antes. No son muy creíbles las propuestas del ARI. Son más bien denuncias o superficialidades como “vivir con lo nuestro”.

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Luis Zamora reunirá mañana y pasado en la Facultad de Filosofía y Letras a sus seguidores.
 
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