EL PAíS › UN JUEZ REVOCO LA PRISION DOMICILIARIA DE SUAREZ MASON

El Pajarito debió mudarse de su jaula

Con la información oficial, Ballestero privó al represor del beneficio y lo envió a la Alcaidía de Tribunales. De ahí iría a una cárcel común. Urso se apresta a tomar la misma decisión en otra causa. La Cancillería ecuatoriana, a toda velocidad, aceptó el pedido de Argentina y retiró a su embajador.

 Por Irina Hauser

El represor Carlos Guillermo Suárez Mason perdió el privilegio de estar detenido en el confort de su casa de Barrio Norte. El juez federal Jorge Ballestero revocó su arresto domiciliario por haber salido a celebrar su cumpleaños número ochenta, con ayuda del embajador de Ecuador, en un predio del club Argentinos Juniors. El ex jefe del Primer Cuerpo de Ejército, que está preso en distintas causas por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, fue trasladado ayer a la alcaidía del Palacio de Tribunales y quedó a disposición del Servicio Penitenciario Federal, que podría enviarlo a una cárcel común. Parece que no es la primera vez que comete una de estas travesuras. Otro magistrado, Jorge Urso, hoy le tomará indagatoria.
A Ballestero le bastaron dos elementos para definir su medida: la denuncia penal que hizo la Cancillería y la decisión de Ecuador, comunicada a primera hora de ayer, de retirar del país al titular de su embajada, Germánico Molina (ver página 2), puntualizaron allegados al juzgado. El magistrado tiene a su cargo la causa sobre el secuestro, tortura y asesinato de militantes montoneros en los ochenta, una por las que está preso Pajarito Suárez Mason, pero no la única.
Según funcionarios que conocen este expediente, en sus páginas constan denuncias previas que hizo el Patronato de Liberados: cuando fueron a verificar si el ex militar cumplía con las reglas de encierro no lo encontraron en su casa. Esos llamados de atención fueron notificados al juez Claudio Bonadío, por entonces a cargo del caso, pero los dejó pasar. Bonadío fue apartado de este tema por la Sala II de la Cámara Federal, que le cuestionó por arbitraria la detención de los jefes montoneros Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía.
La primera detención de Suárez Mason fue ordenada en 1999 por el entonces juez Adolfo Bagnasco, que lo responsabilizó por la apropiación de menores hijos de desaparecidos, encuadrada en un plan sistemático. El juez Urso, ahora a cargo de esa investigación, decidió ir más lento que su colega Ballestero, pese a que los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado le pidieron que enviara rápidamente al ex militar a una cárcel común. Antes de definir si revoca o no el arresto domiciliario, Urso lo citó a indagatoria para hoy al mediodía. Como testigo, también llamó a declarar al canciller Rafael Bielsa.
La viveza de Pajarito se conoció a partir de un fax anónimo que llegó el lunes al Ministerio de Relaciones Exteriores y que contenía una serie de detalles asombrosos. Contaba que el viernes 23 de enero a la noche un auto oficial marca Audi, con patente CD 0027, perteneciente a la embajada de Ecuador, paró en la puerta de la casa del represor. Que él se subió al vehículo, donde también estaba el embajador (ahora retirado) Molina. El texto precisaba que el coche llevó de regreso a Suárez Mason a la 1.30 del sábado 24. Llevaba, además, una aclaración que decía que iba “con copia a las Madres de Plaza de Mayo”.
Bielsa se comunicó con Molina y, sorpresa, el diplomático admitió todo eso y más. Contó que había ido a ver al genocida por pedido de Rubén Chiriboga, un amigo en común e hijo de un ex embajador de Ecuador, para brindarle algún homenaje con motivo de su cumpleaños. La explicación del ecuatoriano incluyó una alusión al empresario Emilio Asad como supuesto organizador de la fiesta que, según su relato, se hizo en un predio de Argentinos Juniors, cuadro del que Suárez Mason es fanático. Asad es un viejo socio del club de la Paternal quien en 1996 se postuló, aunque sin éxito, para ser presidente de la entidad deportiva. A Pajarito lo expulsaron del club de sus amores. Molina, finalmente, intentó convencer al canciller argentino de que había sido “engañado en su buena fe”.
“Yo no he viajado, no he salido de acá, no he estado en un auto diplomático, no he estado en Argentinos, es fácil ir al club y averiguar”, dijo ayer Suárez Mason en declaraciones radiales cuando todavía estaba en su casa. “El embajador estuvo acá, yo eso no lo niego ni él tampoco. A lomejor le prohíben visitar a alguien detenido, pero yo no estoy incomunicado”, se defendió.
El presidente de Argentinos Juniors, Luis Segura, salió a decir que “de ninguna manera” es posible que el ex militar haya estado en la institución e insistió en que entre él y los dirigentes del club “no hay vinculación alguna”. Miguel Marotti, jefe de prensa de Argentinos, agregó: “Puedo decir que esto es algo inventado totalmente”. “Es una patraña”, gruñó. Por la noche, un comunicado reforzaba: “La Comisión Directiva de la Asociación Atlética Argentinos Juniors les comunica a sus asociados, simpatizantes y a la opinión pública que desmiente totalmente las informaciones que hacen aparecer a Guillermo Suárez Mason como concurrente a nuestra institución y que dichas versiones son inexactas”.
El canciller de Ecuador, Patricio Zuquilanda, se apuró a atribuir el episodio denunciado a una “actitud absolutamente personal y privada” de Molina. “No tiene nada que ver con ningún tipo de misiones especiales, ni actitudes políticas, ni interferencias en los asuntos internos de la República Argentina”. El hasta ayer embajador, por su lado, reconoció en un reportaje publicado por Clarín que pasó por la casa de Suárez Mason y le llevó de regalo dos botellas de vino. Dijo que lo vio subir a un auto, en el que se lo llevaban a un asado, pero que él se fue a otra parte.
En el juzgado de Ballestero creen que no es necesario indagar a Suárez Mason. No tenía permiso para ausentarse de su casa y hay una denuncia contundente, evalúan, que así lo indica. Si Urso establece un criterio diferente, posiblemente su suerte quede sujeta a lo que luego decida el tribunal. Por ahora en los próximos días ya no dormirá en su casa y sus destinos posibles son las prisiones comunes que dependen del SPF, como Devoto, Marcos Paz o Ezeiza, aunque sería donde esté a resguardo de posibles agresiones. Sólo si el Servicio Penitenciario dice que no tiene lugar o esgrime algún argumento por el estilo, el juez Ballestero tendrá que definir dónde lo destina. Una posibilidad es Campo de Mayo.
Como ex jerarca del Primer Cuerpo, Suárez Mason, también vinculado a la P-2, tuvo bajo su órbita cerca de medio centenar de centros clandestinos de detención entre el 76 y 79. En ese período, en esa área, hubo 197 secuestros y desaparición de bebés. La investigación de esos crímenes, a cargo de Canicoba Corral, se reabrió con la nulidad de las leyes de impunidad. Pajarito tiene otro procesamiento por apología del delito y por violación de la ley antidiscriminatoria cuando dijo que tenía “prevención” con los judíos y al proclamar que se “legalice la tortura”. Alemania reclama su extradición por la desaparición de dos ciudadanos de ese país. Uno de los pedidos está en la Corte Suprema y pide la anulación del indulto con el que Carlos Menem le supo dar un respiro.

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Este paquete edificio en Barrio Norte albergaba a Suárez Mason.
 
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