EL PAíS › KIRCHNER TENSA LA CUERDA Y NO IRA AL CONGRESO NACIONAL DEL PJ

Pelea que remata en el gran faltazo

El Presidente dijo que tenía “preocupaciones más importantes” que la reunión partidaria. Algunos gobernadores de los que firmaron la solicitada por su ausencia en el acto de la ESMA matizaron su posición: Solá y Obeid. De la Sota, en cambio, está en pie de guerra.

Por Fernando Cibeira y Diego Schurman

En un clima tenso, el Congreso Nacional del PJ se reunirá hoy en Parque Norte para decidir la nueva conducción partidaria que deberá respetar la actual correlación de fuerzas, en la que el gobernador jujeño Eduardo Fellner asumirá la jefatura y el menemismo pasará a mejor vida. Pero en las últimas horas, el desarrollo del congreso entró en una zona borrosa. Néstor Kirchner llega al encuentro enfrentado a un grupo de importantes gobernadores que se sintieron desplazados del acto por la creación del Museo de la Memoria en la ESMA. El Presidente no hizo nada por acortar esas diferencias. “Tengo preocupaciones más importantes”, ninguneó ayer cuando lo consultaron por la reunión partidaria. Su vocero, Miguel Núñez, confirmó anoche que no irá a Parque Norte. Será su esposa, la senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien sostenga la posición de la Casa Rosada. Los gobernadores, en tanto, cenaban anoche para consensuar una postura, donde el cordobés José de la Sota levantaba la bandera de la rebeldía.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, es tal vez el funcionario más cercano al Presidente y quien mejor suele sintonizar su humor político. Lo que ayer transmitió Fernández fue que en la Rosada no existía la intención de bajar la guardia en el debate con algunos gobernadores. “El que no fue a la ESMA es porque no quiso, así de simple, y cada uno sabrá por qué no quiso”, definió el jefe de Gabinete, que opinó que los mandatarios magnificaron el poder de veto de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
Los gobernadores de Buenos Aires, Felipe Solá; de Santa Fe, Jorge Obeid; de Entre Ríos, Jorge Busti; de La Pampa, Carlos Verna; y de Córdoba, José Manuel de la Sota, publicaron el miércoles una solicitada con el título “Nunca Más”, criticando los dichos de Bonafini. Se sabe que el borrador de la solicitada que escribió De la Sota era mucho más duro con el Gobierno, y que el texto fue suavizado por Solá y Obeid. Para aumentar fuerzas, el cordobés sumó a Verna.
Kirchner, cuyo gobierno negó ayer importancia a las versiones sobre amenazas al propio Presidente, les respondió en su discurso en la ESMA. Allí habló de “los que hoy quieren volver a la superficie después de estar agachados durante años”. También dijo que la decisión de convertir la ESMA en un museo “no es un paso que deba ser llevado adelante por las corporaciones tradicionales que por ahí vienen especulando mucho más en el resultado electoral o en el qué dirán”. Fernández ayer agregó que le llamó la atención que esos cinco gobernadores gastaran plata en esa solicitada cuando nunca habían publicado algo parecido en contra de los indultos.
Obeid, uno de los componedores dentro del grupo díscolo, le respondió que convenía no echar más leña al fuego. Solá, en tanto, dio muestras de querer distanciarse de De la Sota y de reanudar su acercamiento con el Gobierno. Anteanoche y ayer conversó con Alberto Fernández, quien le reprochó haber firmado la solicitada.
Fue después de esos contactos que Solá volvió a encolumnarse abiertamente con el Gobierno. “Hay una sola memoria, que es la del horror”, dijo en La Plata, corrigiendo un tramo de la solicitada que había firmado. Y, paso seguido, rechazó lo dichos de De la Sota, quien emuló una campaña de la dictadura que decía “¿Usted sabe dónde están sus hijos?”. La frase del cordobés fue parecidísima: “Las madres no cuidaron a sus hijos”, dijo.
Hoy Solá asumirá un discurso de alineamiento con la Casa Rosada y defensa de la política kirncherista, sobre todo en momentos en que el frente externo –las negociaciones con el FMI y los bonistas– sigue presentándose complicado.
En esta situación de convulsión interna que excede el enojo de algunos gobernadores, el PJ se reunirá hoy al congreso –su organismo máximo– para realizar las reformas que pretende Kirchner y que en su momento fueron consensuadas con Eduardo Duhalde. Fellner, un gobernador desconfiado de Kirchner y que actualmente conduce la Comisión de Acción Política (CAP), será designado nuevo presidente del PJ.
Ayer, arriba del Tango 01 que traía a la comitiva presidencial de vuelta de un viaje a San Juan, sobrevolaba, aunque tibiamente, la posibilidad de un golpe de mando dentro del justicialismo. Sectores que vienen incubando reproches contra la Rosada podrían agruparse para levantar la candidatura de De la Sota como nuevo jefe del PJ, algo que sería una declaración de guerra a Kirchner. No será sencillo: el contrapeso lo ofrecerá la propia Cristina, quien anoche ajustó detalles con Alberto Fernández sobre cómo desactivar la embestida de los rebeldes.
Si bien la situación explotó ahora por el acto en la ESMA, estos sectores suman varias cuitas pendientes con el Gobierno. Por ejemplo: los coqueteos transversales con Luis Juez en Córdoba y Hermes Binner en Santa Fe; las repetidas negativas presidenciales a dar audiencia a gobernadores y legisladores peronistas; y el reciente encuentro de kirchneristas con el Partido Socialista chileno, al que no fue invitado ningún mandatario provincial.
Dos días atrás, Kirchner les aseguraba a sus amigos que participaría del congreso pero ayer cambió de idea. Duhalde, por estas horas un infatigable operador para que el encuentro salga según lo consensuado, avisó que tampoco irá: estará en Montevideo en un seminario del Mercosur.

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Néstor Kirchner viajó ayer a San Juan donde inauguró, junto a Gioja, una fábrica de galletitas.
 
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