EL PAíS › QUEJAS EN LA FISCALIA ANTISECUESTROS POR EL DESPLAZAMIENTO DE JORGE SICA

“Nos metimos con los negocios de la Policía Federal”

El fiscal se mostró sorprendido por la decisión del Procurador de sacarlo de la Fiscalía. Cerca de él dicen que es una maniobra del Ministerio de Justicia. Pero sus opositores dicen que Sica “jugó al cowboy” y “cometió un grave error cuando ordenó interceptar a los secuestradores de Blumberg”.

 Por Raúl Kollmann

“Nos metimos con los negocios de la Policía Federal y desde el Ministerio de Justicia largaron una operación para desmantelar nuestro trabajo”, disparan desde la fiscalía en la que Jorge Sica estuvo al frente hasta el sábado último, cuando una resolución de la Procuración lo desplazó. “El fiscal jugó al cowboy, no daba instrucciones judiciales sino que se metía a dirigir las operaciones de la policía, con lo que cometió el grave error de mandar a interceptar el auto en que iban los secuestradores de Axel Blumberg. El padre del chico exigió su desplazamiento y la Procuración seguro que tomó eso en cuenta”, contestan desde el ámbito de los fiscales que no sintonizan con Sica. Lo concreto es que aunque la Unidad Antisecuestros quedó descabezada, su estructura seguirá funcionando, pero sólo a pedido de los distintos fiscales, cuando necesiten colaboración en la pesquisa de un secuestro. Por ejemplo, Rita Molina ahora tendrá en sus manos el caso Blumberg y podrá pedirle al personal de la Unidad Antisecuestros que colabore con ella.
Tal como adelantó Página/12 hace un mes, el Gobierno buscó la forma de destituir a Sica de la Unidad Antisecuestros y el camino para hacerlo era una simple resolución de la Procuración. Eso se concretó, con muchas demoras, el sábado. En las reuniones entre Juan Carlos Blumberg, el presidente Néstor Kirchner y el ministro Gustavo Beliz se habló de la necesidad de sacar a Sica del cargo, especialmente porque actuó de forma imprudente, según evalúa el padre de Axel y coincidieron en la Casa Rosada. “Mandó a interceptar el Volkswagen en el que iban los secuestradores de forma imprudente, sin medir las consecuencias del fracaso. No privilegió la vida de la víctima del secuestro”, es el análisis que justifica la presión para sacar a Sica de la cancha.
“La verdad es que aún me siento conmovido por la decisión. No me la esperaba y me tomó por sorpresa”, le dijo Sica a la agencia Télam. “Obviamente, no lo tenía previsto. Es evidente que el motivo de la separación no es la actuación respecto de la causa Blumberg, ya que el procurador destacó que la Unidad Fiscal logró esclarecer el 80 por ciento de los casos de secuestros en los que intervino”, redondeó el fiscal.
En privado, los integrantes de la fiscalía abandonan el discurso diplomático y le apuntan directamente a Beliz, a quien sindican como defensor a ultranza de la Policía Federal. “Nos pusieron en el freezer no bien detuvimos al desarmador de autos Jorge Sagorsky, un socio de los policías federales. En la causa que instruyó el juez federal Gabriel Cavallo queda perfectamente probado que Sagorsky trabajaba en combinación con el Oso Peralta, el mismo dúo que ahora aparece en el caso Blumberg. En ese momento, Sagorsky le indicaba al Oso qué auto, de qué año, qué modelo y qué color debía robar para armar un auto mellizo. Y en ese momento, ya se conocían perfectamente con el subcomisario Daniel Gravinia, al que también se detuvo en la investigación del caso Blumberg. En ese momento, Gravinia estaba en Sustracción de Automotores y los reducidores de coches lo llamaban cariñosamente Dany. Cuando detuvimos a Sagorsky, concretaron la ofensiva en contra de Sica y la fiscalía”, despotrican desde San Isidro, sede de la fiscalía.
En verdad, ya el viernes el juez Conrado Bergesio dio el primer paso para aliviar la situación de los policías federales: ordenó la libertad de Gravinia y rechazó todos los argumentos del fiscal para apresarlo. En la fiscalía sostienen que Bergesio nunca metió preso ni a un cabo y en la Policía Federal aseguran que Sica sólo actuó como parte de una interna en la que el fiscal está del lado de la Bonaerense y la SIDE, supuestamente enemigos de la Federal.
Más allá de las idas y vueltas, cada caso de secuestro será manejado desde ahora por el fiscal federal que corresponda a la jurisdicción y nopor la Unidad Fiscal Antisecuestros, a quien le derivaban todos los hechos de ese tipo. Rita Molina, la fiscal de San Isidro, entenderá en el caso Blumberg, aunque la coordinación de todas las investigaciones seguirá en manos de Pablo Quiroga, el superior de Sica, quien siempre actuaba casi en tándem con el ahora desplazado fiscal.

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El fiscal Jorge Sica abandona la Unidad Antisecuestros y vuelve a sus oficinas de San Martín.
La fiscalía, sin embargo, seguirá funcionando, en apoyo a los fiscales que investiguen secuestros.
 
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