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Por Diego Schurman *

Tiempo viejo
Bernardo Neustadt estaba realmente feliz. Primero por la fiesta sorpresa que Adriana Díaz le organizó en el Malba el viernes a las 18.30. Después por el show –que incluía tangos interpretados por Fernando Soler– que le regalaron en el museo de Eduardo Constantini. Y finalmente porque del cúmulo de invitados –entre ellos empresarios y también el abogado Oscar Salvi, defensor de Carlos Menem en la causa armas– uno tomó la palabra y le brindó un caluroso agradecimiento, ya que lo consideró su “maestro”. Ese fue el periodista Mariano Grondona. Lo dejamos ahí.

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Neki rumbo a Venezuela
Hugo Chávez mostró ser conocedor de la política argentina. Algunos recuerdan incluso sus recientes menciones de la antinomia “Braden o Perón”. Pero eso no fue razón para que Carlos Clavero desistiera de hacerle llegar, desde Barcelona, su última obra: Neki, el pingüino de las tierras blancas, un texto infantil que recorre la historia nacional exaltando la figura de Néstor Kirchner. Clavero asegura que el libro incluye una alusión implícita al ratificado presidente venezolano cuando el Pingüino pide “la unión de los pájaros sudamericanos y el Caribe”. Si él lo dice.

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Leales
Unos 500 menemistas bonaerenses, pertenecientes a una línea interna del denominado Partido Popular, cenaron el viernes en el Hotel Los Dos Chinos. Allí se esperaba la presencia estelar de Gerardo Sofovich, pero el creador de Polémica en el Bar avisó que no podía asistir. De todos modos, no faltaron otras figuras vinculadas con el mundo del espectáculo. Entre ellas, el hijo de Hugo del Carril y también la Tota Santillán, quien supo ganar centimetraje en los diarios desde que salió a cruzar al Gobierno en defensa de la cumbia villera. Un detalle: por unos parlantes, los comensales escucharon una charla telefónica que el animador mantuvo con Carlos Menem, todavía en Chile. “Yo sigo jugando con usted, presi”, le endulzó la Tota, como si hubiese hecho falta ratificar su lealtad.

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Reglamento
Venía golpeado por la derrota de Argentinos Juniors ante Racing. Y hasta tuvo que soportar las gastadas del ministro de Salud, Ginés González García, y dos integrantes del grupo Los Superratones, los tres fanáticos de La Academia que lo acompañaron a la cancha. Pero cuando parecía un tema superado, el martirio para Alberto Fernández siguió dentro de la Casa Rosada:
–¡¿Qué pasó?! ¿Vos no eras el que decía todo el tiempo que nos iban a ganar? –le encaró muerto de risa Néstor Kirchner, otro hincha de La Academia.
–Mirá, tengo una lista enorme de razones para explicarte por qué no debimos perder...–intentó justificar el jefe de Gabinete. Fue en vano.
–Si querés –seguía risueño el Presidente– cambiamos el reglamento del fútbol. Pero el actual dice que si mi equipo hace un gol y el tuyo ninguno te gané.

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Chocolate por la noticia
Debió ser un desayuno entretenido. Sin dudas. Jorge Asís, con su prosa barroca y su tono engolado. Y el Tata Yofre, con su infinito anecdotario. Claro que los ex embajador y ex espía del menemismo no estuvieron solos. Los acompañaron el ex senador Héctor Maya y también un fanático de los “fierros” –en el sentido que el lector elija–, Hugo Franco, a quien los presentes le envidiaron un Peugeot 607 blindado que luce con orgullo. ¿De qué se habló esa mañana en el bar La Biela de Recoleta? Como era de esperar de cuatro hombres que supieron trabajar para Carlos Menem se habló bastante mal del gobierno de Néstor Kirchner.

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Confesiones de invierno
“Esto me da ganas de estar en campaña de nuevo.” Esa fue la confesión que Aníbal Ibarra le hizo a Jorge Giorno en La Rural. El jefe de Gobierno porteño se mostró entusiasmado el último miércoles en la cena que organizó el líder del Partido de la Ciudad para publicitar sus iniciativas. Luego Ibarra habló largo y tendido, micrófono en mano, ante las tres mil personas reunidas, entre ellos empresarios y funcionarios porteños. Allí felicitó a Giorno por la manera de hacer política pero no dijo nada sobre su futuro. Nadie sabe si prefirió preservar la noticia o si estaba por darla a conocer y sus asesores, inquietos porque lo aguardaba un vuelo a Paraguay, no le dieron tiempo a hacerlo.

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Arquitecto
Se llama Jaime. Y, como arquitecto, oficia de asesor en la construcción de viviendas de la FTV de Luis D’Elía. Pero ¿qué tiene que ver Jaime con la remera de la Selección Argentina de fútbol que recibió el comedor Los Pibes, vinculada al piquetero kirchnerista? Jaime es el papá de Juan Pablo Sorín. Y el defensor del equipo de Bielsa fue quien obsequió a los chicos del comedor una de las casacas que lució en el Mundial de Corea-Japón.

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No voy en jet, voy en avión
Al final, fue una estadía en Haití sin mayores sobresaltos para el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores. Pero como nunca se sabe, Ramón Puerta, quien había llegado a esas tierras junto al ministro de Defensa José Pampuro, tenía preparado en Miami un jet privado que lo pusiera lejos y a salvo de alguna eventual revuelta.

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De presi a presi
Que Máximo Menem es el hijo de Carlos Menem se sabe. Que el ex presidente es fanático de River también. Que Máximo es afiliado al club más ganador de la Argentina es una novedad para muchos. Pero que el presidente del club, José María Aguilar, se hace cargo de la cuota social del bebé, como contó en su programa de televisión Atilio Costa Febres –el relator de los millonarios– es un tema que hasta ahora pocos sabían.

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Abogado con licencia
Fue durante largo tiempo un abonado a los programas de Mauro Viale. Y tuvo varios clientes relacionados con la farándula. Por eso a pocos les extrañó que por esos días Víctor Stinfale haya encontrado un nuevo atajo para seguir cerca del mundo fashion. El abogado obtuvo la licencia de Speedy, la bebida energizante, y por eso suele mostrarse con un as de la noche en distintos eventos, como el Río Parade.

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Paraíso de piratas
Daniel Hadad es un fanático de las motos. Y dicen que cada vez que puede se da algunos grandes gustos. El plan que el director de Canal 9 preparó para el último fin de semana incluyó uno de ellos: recorrer junto a siete amigos motorizados los 249 kilómetros que separan Miami de Key West, un cayo que –según los libros de historia norteamericana– se convirtió rápidamente en paraíso de piratas y más tarde de buscadores de tesoros.En la actualidad Key West es un reducto exquisito de bohemios y escritores. Y entre los lugares que despiertan más la atención están la casa-museo donde Ernest Hemingway vivió entre 1931 a 1940 y el bar Sloopy Joe’s, donde el escritor solía tener altercados que nada tenían que ver con la literatura.

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Ministro “pucherito”
Finalmente no era un amuleto sino un quita-mufa. La cara de José Pampuro, que las secretarias de Alberto Fernández recortaron prolijamente de un diario y pegaron con cinta adhesiva en un lapicero de su oficina, era para calmar al ministro de Defensa. Sucede que cada vez que el funcionario va a visitar al jefe de Gabinete, éste lo deja esperando más de la cuenta y Pampuro comienza a refunfuñar. Es entonces cuando las chicas le muestran el recorte, donde se lo ve haciendo pucherito, y logran rápidamente cambiarle el semblante.

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Debates
¿Qué discutía Luis Patti con su secretario privado en el bar Volta de avenida Libertador? Algunos dicen que aquello que iba a decir en televisión en materia de seguridad. Otros la estrategia política en la provincia de Buenos Aires. Los mozos del lugar acercaron la verdad: el debate era entre una porción de torta de manzana o un brownie.

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Consuelo futbolero
Mucho tuvo que batallar para conseguir el lugar. Y hasta comenzó a empaparse del tema: aprovechando que fue a París –a defender la Argentina en el Ciadi– visitó el museo de armas en Campo de Marte, donde se exponen piezas originales de la Primera Guerra Mundial. Pero fue en una de esas noches francesas cuando Horacio Rosatti se enteró de que al Ministerio de Justicia, en el que fue nombrado, le habían despojado de la Secretaría de Seguridad, que desde ahora responderá directamente a Interior. Dicen cerca suyo que compensará tan amarga noticia con un capricho que arrastra desde la época de procurador y que cubre cualquier vacío: convocando a los jugadores de Boca a su despacho. El hombre es tan fanático que suele hacer las invitaciones personalmente yendo a los entrenamientos del equipo que ahora dirige Miguel Angel Brindisi.

* Colaboraron Martín Piqué, Adriana Meyer y Don Johnson (desde Miami).