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Rueda pegó un portazo y no estará en el Consejo

Se peleó con Moyano y Lingeri, los otros dos cosecretarios de la CGT, y decidió no integrar la representación sindical. Su ausencia preocupa al Gobierno tanto como la presencia de Barrionuevo.

 Por Diego Schurman

Susana Rueda no participará del Consejo del Salario. La cosecretaria de la CGT decidió dar un portazo al no alcanzar un acuerdo con los otros dos integrantes de la conducción tripartita sobre los representantes que el sindicalismo llevará a ese ámbito de discusión. El Gobierno quedó preocupado por la ausencia, ya que se queda sin su interlocutora predilecta. Y a eso sumó su disgusto por algunas presencias, como la de Luis Barrionuevo y Oscar Lescano, declarados enemigos de la Casa Rosada.
Rueda decidió dar la espalda al Consejo en medio de una puja de poder interno, revelando lo débil que es la unidad sindical alcanzada hace apenas un mes. Su enojo quedó en evidencia en la nómina oficial que la central obrera presentó ayer ante el ministro de Trabajo, Carlos Tomada: al pie de ese papel sólo aparecen las firmas de Hugo Moyano y José Luis Lingeri, los otros dos integrantes de la conducción tripartita.
¿Qué fue exactamente lo que pasó? Rueda quería repartir las 12 sillas cegetistas del Consejo de manera proporcional. A su entender, los “gordos” que ella representa debían poner cuatro; los “rebeldes” de Moyano, otros cuatro y los “independientes” y menemistas del Movimiento Obrero con Propuesta que encarna Lingeri, los cuatro restantes.
Pero Moyano y Lingeri le advirtieron de la necesidad de incorporar un cuarto grupo, representado por Barrionuevo, al fin y al cabo factótum de la unificación de la CGT. Con ese esquema cada sector debía llevar tres y no cuatro representantes. Más allá de las cuentas, Rueda interpretó que darle al barrionuevismo entidad propia sería legitimar un nuevo reparto de poder interno en la CGT, lo que a futuro la dejaría en inferioridad numérica, frente a Moyano y Barrionuevo, aliados estratégicos en la actual coyuntura.
En el crepúsculo hubo un intento de Rueda por recomponer las relaciones. Pero Moyano no le dio demasiado lugar al informarle que el listado oficial de la CGT para el Consejo del Salario ya había sido remitido a Tomada. La única alternativa que parecía haber para que la cosecretaria cegetista esté presente en la reunión de hoy es en carácter de oyente. Nada indica que la gremialista de Sanidad fuera a aceptar un título que la descalifica.
De ahora en más se verá el impacto del portazo. Internamente no hace más que agitar el fantasma de la ruptura. Hacia fuera puede ser tomado como un gesto diferenciador a su favor, si es que Rueda explota una polarización con los desgastados capitostes cegetistas. Se sabe, la mujer fue presentada en sociedad como la “cara nueva” del sindicalismo.
Sea como fuere, para el Gobierno la noticia fue un baldazo de agua helada. Hubo llamados cruzados entre Alberto Fernández y Carlos Tomada por la actitud de Rueda. El jefe de Gabinete quería tener precisiones y el ministro de Trabajo le juraba y perjuraba que él nada tenía que ver con lo que pasaba.
Tomada ya había solicitado sin éxito que Barrionuevo y Lescano no fueran de la partida. Los choques entre Néstor Kirchner y el gastronómico son históricos. La semana pasada, la titular del PAMI, Graciela Ocaña, señaló al ex senador como uno de los principales responsables de los negociados en esa obra socials.
Con Lescano la bronca es reciente. Y se generó por el pedido de un paro general que el dirigente de Luz y Fuerza realizó apenas un día después de lograrse la unidad sindical.
Lejos de lograr su cometido, la solicitud de Tomada generó un efecto contrario: tal como adelantó Página/12, la conducción cegetista decidió que la mejor muestra de autonomía era precisamente llevando a Barrionuevo y Lescano al Consejo.
Así, los 12 representantes de la CGT que se sentarán hoy en el Consejo del Salario serán:
- Por los “rebeldes”: Moyano (camioneros), Juan Manuel Palacios (transportistas), Gerónimo Venegas (rurales).
- Por los “gordos”: Lescano (Luz y Fuerza), Armando Cavalieri (mercantiles) y Manuel Pardo (mecánicos).
- Por los “barrionuevistas” y sus aliados: Barrionuevo (gastronómicos), Reynaldo Hermoso (químicos) y Andrés Rodríguez (Personal civil de la Nación).
- Por los “independientes” y menemistas: Lingeri (obras sanitarias), Juan José Zanola (bancarios), Gerardo Martínez (construcción).
A la CGT le correspondían 16 sillas, pero resignó 4 haciendo lugar a un pedido de Kirchner. De esas cuatro, tres serán ocupadas por la CTA de Víctor De Gennaro y la otra por Naldo Brunelli de la UOM.

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Susana Rueda, la inesperadamente enérgica dirigente de la CGT unificada, se declaró ausente.
 
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