EL PAíS › DUHALDE SE REUNIO CON KIRCHNER Y ECHO CHISPAS CONTRA SOLA

Una larga catarsis en la Casa Rosada

El ex presidente criticó al gobernador. El sacó el tema. Kirchner, Fernández y De Vido lo escucharon sin responderle.

 Por Diego Schurman

Eduardo Duhalde trasladó a la Casa Rosada su profundo malestar con Felipe Solá. Durante un encuentro con Néstor Kirchner, el ex mandatario maldijo al gobernador bonaerense por el revuelo partidario que se suscitó en la provincia. Y aunque planteó la necesidad de no alborotar más la interna peronista –la pelea, vale aclararlo, es por la caja, o sea, por mucho dinero–, sus ínfulas parecieron indicar lo contrario. El Presidente, convencido del papel de equilibrista que le impone el momento, sólo atinó a escucharlo.
A pesar de su look descontracturado –sobresalía con su camisa de verano con el primer botón desabrochado–, Duhalde llegó al encuentro matinal sin la templanza de otras veces. En su carácter de titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur había pedido una audiencia con Kirchner para homogeneizar el discurso que la próxima semana articulará frente al presidente venezolano Hugo Chávez.
Pero solito y solo fue haciendo catarsis del conflicto partidario que mantiene en vilo a la patria bonaerense. “No puede hacer lo que hizo”, lanzó primero contra Solá. A los ojos duhaldistas, era cantado que la Legislatura no aprobaría la Ley de Presupuesto que quería el gobernador, y mucho menos después de que éste lanzara una línea interna en la provincia, lo que Duhalde entendió como una declaración de guerra.
El felipismo insiste en que los legisladores duhaldistas incrementaron el presupuesto de la cámara en 33 millones de pesos para mantener una “caja negra” destinada a comprar adhesiones. Y que por eso el gobernador estudia vetar parcial o totalmente la ley.
En sus diatribas contra Solá, Duhalde sumó la adhesión de José María Díaz Bancalari. El jefe de bloque de diputados nacionales del PJ fue uno de los testigos de la reunión, al igual que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quienes se habían encontrado previamente para definir el temario a tratar en las sesiones extraordinarias del Congreso.
Duhalde no hizo blanco únicamente en Solá. También apuntó contra Alberto Balestrini. El intendente de la populosa Matanza se emancipó del duhaldismo para cobijarse bajo el paraguas kirchnerista. Y mientras tanto trabaja para el felipismo. Pero lo que más le molestó al ex mandatario es que Balestrini lo haya tildado de “señor feudal” durante una entrevista a la revista Debate.
Durante la hora y pico que duró el encuentro, Kirchner y Fernández escucharon atentamente la letanía de Duhalde. Amén de algunos nombres y circunstancias, el ex mandatario abundó básicamente en eufemismos. Es que ninguno de los presentes habló de la verdadera razón de la pelea, que es por el control de la caja, siempre cotizada, pero más aún en años electorales como el que acaba de comenzar.
“Parecíamos jugadores de truco”, señaló a Página/12 uno de los protagonistas del encuentro. Las barajas que ocultaban son archiconocidas: Duhalde siempre con la amenaza de Chiche Duhalde candidata a senadora. Kirchner con su decisión de desembarcar en la provincia a través de la postulación de su mujer, Cristina Fernández. Ambas, claro está, buscan el mismo lugar: ser cabeza de la lista de senadores.
–Solá le pega a Duhalde, pero no desde Kirchner sino desde su propia inexperiencia. Porque Duhalde siempre aportó en la que pudo, como cuando hizo gestiones para que Arslanian acepte el Ministerio de Seguridad. Pero Solá es una lenguaraz– se escuchó ayer en los pasillos de la Rosada.
A esta altura todos saben que el ex mandatario está en llamas. Desde que él volvió de Montevideo, el lunes pasado, no para de recibir en su casa de Lomas de Zamora a legisladores e intendentes.
Lo que tiene claro el Presidente es que no se va a meter en el medio de la pulseada entre Duhalde y Solá. “No es nuestra pelea”, repiten en la Casa Rosada para justificar el equilibro entre el socio coyunturalmentenecesario y el que, aspiran, tenga la capacidad de volver innecesario al anterior.
Esa adoración salomónica hace a Kirchner fotografiarse un día con el gobernador y al otro con su antecesor, a quien en algún momento, tarde o temprano, la realidad lo llevará a enfrentarse. Y eso los dos lo saben.
Si Kirchner y Fernández apenas gesticularon cuando habló Duhalde, Julio De Vido y Carlos Zanini se mostraron como dos estatuas. El ministro de Planificación y el secretario de Legal y Técnica estuvieron en un tramo de la reunión, pero convocados por otra circunstancia: aportar letra para el proyecto de integración energética que se busca impulsar en la región. El tema será parte de la “agenda de integración” que Duhalde abordará con Chávez el próximo martes 18 en Caracas.
Será apenas el inicio de una ronda de entrevistas que el titular del Mercosur mantendrá con 10 mandatarios sudamericanos. Para ello hay que lograr la asociación de varias empresas. Ya se habla de la venezolana Pdvsa, la argentina Enarsa y se llegó a mencionar la uruguaya Ancap.
“La idea es generar un anillo regional que permita el aprovechamiento plena de la energía existente y para eso realizar las inversiones necesarias y que hoy los países no pueden hacer por sí solo”, señaló un colaborador de Duhalde.
El ex mandatario también se llevó una documentación con los detalles del canje de la deuda. Kir-
chner sabe que le será de utilidad por sus recurrentes contactos internacionales. De todos modos, luego de tanto zarandeo, Duhalde parece más entusiasmado en las minivacaciones que sucederán al encuentro con Chávez que a otra cosa. No será en Pinamar, ya que hace tres meses vendió su casa, sino en un lugar misterioso junto a Chiche y sus hijos, que nadie se animó a revelar.

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Duhalde se reunió con Kirchner, Alberto Fernández, Julio De Vido y José María Díaz Bancalari.
 
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