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Repsol-YPF anudó lazos de negocios y política

El presidente de la petrolera española ofreció un fuerte respaldo prometiendo inversiones y un acuerdo más que económico.

 Por Raúl Dellatorre

Un día antes del arribo de Rodríguez Zapatero, Repsol-YPF realizó una ostentosa demostración de respaldo al Gobierno, ratificando inversiones por más de 1200 millones de dólares para este año. Antonio Brufau, presidente de la petrolera, fue el encargado de llevarle el mensaje al titular del Ejecutivo, Néstor Kirchner, en un encuentro que se prolongó por más de 45 minutos. Los gestos amables entre la actual conducción de la petrolera y el gobierno nacional contrastan con la pirotecnia verbal que el presidente de la Nación solía lanzar contra la compañía en tiempos de Alfonso Cortina (fue desplazado a fines de octubre pasado) y son una señal, además, del puente tendido entre las administraciones nacionales de ambos países. Kirchner y Brufau compartieron ayer criterios y estrategias para garantizar el abastecimiento de gas para este invierno, lo que coloca a la firma española unos escalones por encima –tanto en el plano de la relación política como en cuanto a los negocios– del resto de las empresas que intervienen en el sector energético.
Brufau y el flamante director general para Argentina, Brasil y Bolivia de Repsol, Enrique Locutura, fueron recibidos por Kirchner y su ministro de Planificación, Julio De Vido, ayer por la mañana. “Casi no hubo que esperar”, comentó una fuente de la empresa, un dato que dados los antecedentes del Presidente fue tomado como un gesto de honor. En términos inusuales para un comunicado empresario, Repsol-YPF informó a la finalización del encuentro –no hubo conferencia de prensa, pese a que estaba prevista– que “nuestra alianza de largo plazo con el gobierno argentino queda demostrada a través de este programa ambicioso de actividades, en el que ratificamos nuestra voluntad de seguir siendo el principal inversor en el país”.
Repsol-YPF no sólo se comprometió a invertir en las actividades que ya realiza, sino que ofrece expandirse en otras hoy atendidas por diferentes empresas privadas, aunque no a entera satisfacción del Gobierno. Un caso puntual es el de los gasoductos, que en 2004 representó el cuello de botella del abastecimiento de gas. En la actualidad, Repsol-YPF no es accionista de ninguno de los gasoductos centrales (Norte y Sur). Sin embargo, participa de la expansión del Norte financiando obras por 100 millones de dólares y a cambio se garantiza a futuro la capacidad de transporte para comerciar su propio gas (que produce e importa desde Bolivia). La empresa española, además, prometió ayer su participación en la futura construcción del gasoducto Noreste (que también transportará gas boliviano), pese a que todavía no fue licitado.
Los 1200 millones de dólares que Repsol-YPF prometió invertir este año superan en 35 por ciento las cifras de 2004. La mayor parte se destinará a “desarrollo” en yacimientos de gas y petróleo (750 millones), que incluye perforación de pozos e infraestructura de producción. Del resto, una parte es la ya mencionada erogación para financiar la expansión del Gasoducto Norte, otra corresponde a la primera etapa de la modernización de las refinerías de La Plata y Luján de Cuyo (plan de 470 millones en tres años) y una tercera corresponde a “Exploración”.
En este último rubro, la empresa promete ejecutar “un ambicioso programa” en los próximos años “mediante una inversión cercana a los 400 millones de dólares (100 millones, aproximadamente, se gastarían en 2005), que se desarrollará tanto en las cuencas productivas tradicionales como en nuevas áreas de alto riesgo, especialmente offshore”.
El plan de exploración es altamente significativo. Por un lado, porque en los últimos cinco años prácticamente no hubo inversiones en este rubro de ninguna de las petroleras que operan en el país. Las demás empresas siguen postergando sus planes de inversión hasta tanto se libere el precio del gas, que el Gobierno prometió para 2006. Además, Repsol-YPF envía otro significativo mensaje político al señalar que “en el proyecto de exploración offshore de aguas profundas podría analizarse una cooperación con Enarsa, en caso de que resultara de interés para la empresa estatal”.Un aviso de que no sólo Venezuela y Pdvsa están junto al embrión de empresa estatal energética argentina.
En la estrecha relación que entretejen los gobiernos de Rodríguez Zapatero y Kirchner, Repsol-YPF busca mostrarse como uno de sus lazos más firmes. Incluso la estrategia de combate a la escasez de gas en invierno para este año (importaciones de Bolivia, ampliación del gasoducto, utilización de gas en centrales térmicas en verano para ser reemplazadas por las hidráulicas en invierno) fue consensuada con la petrolera. Resta saber si el gobierno argentino tendrá una estrategia propia en el área energética como para evitar que, a la larga, esta alianza termine cediéndole todo el poder de decisión en la materia a la empresa española.

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Antonio Brufau, presidente de Repsol YPF, al ser recibido por Néstor Kirchner y Julio De Vido.
 
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