EL PAíS › DESDE LA COMUNA PORTEÑA INTENTAN
BAJAR LA POLEMICA CON LA CASA ROSADA

Todos alineados en la institucionalidad

El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, ratificó que hay “operaciones políticas” para obligarlo a renunciar, pero despegó al presidente Néstor Kirchner de esos embates. “Si fuera del gobierno nacional, yo sería el primero en denunciarlo, porque son cosas con las que no se juega”, destacó.

Aníbal Ibarra volvió a denunciar ayer que existen “operaciones políticas” para obligarlo a abandonar la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero dejó al margen de las mismas al presidente Néstor Kirchner. Aunque no aclaró quiénes intentan “desestabilizarlo”, a su alrededor explicaron que ese no es su propósito. “El objetivo ahora es plantear la división entre los que apoyan la institucionalidad y los que quieren quebrarla”, precisaron a Página/12 en la administración porteña, donde se mostraron satisfechos con el efecto de las palabras de Ibarra. A sus dichos atribuyeron las declaraciones de Mauricio Macri a favor del respeto de las instituciones y también que el ministro del Interior, Aníbal Fernández, les haya manifestado a los familiares de las víctimas de Cromañón que la Casa Rosada no alienta la intervención del distrito.
Si bien denunció una vez más que hay quienes quieren “cargarse” su gobierno, Ibarra puso especial cuidado al referirse al kirchnerismo: no sólo remarcó que “si fuera del gobierno nacional, yo sería el primero en denunciarlo porque son cosas con las que no se juega”, sino que además enfatizó que su relación con Kirchner “institucionalmente está bien” y manifestó no sentir que desde la Casa Rosada se haya producido “un quite de respaldo a la institucionalidad”. Fue un gesto de distensión en su maltrecha relación con los kirchneristas, quienes al otro lado de la Plaza de Mayo también decidieron llamarse a silencio: “Acá nadie va a hablar de la ciudad”, respondieron allí a este diario.
En verdad, Ibarra no cargó las tintas sobre nadie en particular. Lo que dijo fue que “sin duda” hay quienes pretenden “desestabilizarlo” y se manifestó indignado por las versiones que circularon la semana pasada mientras estuvo en Madrid y París presentando su plan de ampliación de la red de subtes. “Me daban por renunciado a mí y al vicejefe de la ciudad; decían que había intervención, que asumía el vicepresidente de la Nación, que había elecciones anticipadas. Fue un clima no de 24 horas, sino una semana de un intento de desestabilización política que, si miramos hacia atrás, no sé si existió en algún momento”, destacó Ibarra y agregó que esos rumores pusieron al descubierto “un nivel inédito de canibalismo político” en el distrito.
Las declaraciones que Ibarra hizo a diferentes radios porteñas se encuadran en la estrategia que a su regreso de Europa definió junto a sus colaboradores de mayor confianza: bajar el nivel de confrontación con el kirchnerismo y profundizar la línea de que se está ante un intento de avanzar sobre las instituciones para forzar así a los principales actores políticos de la ciudad a fijar su posición pública al respecto. No por nada aprovechó las entrevistas que le hicieron para señalar que “sería muy bueno y necesario que todos los sectores que están comprometidos con la institucionalidad, que afortunadamente son muchísimos más que aquellos conspiradores, salgan públicamente a decirlo”.
Ibarra evitará, además, dar los nombres de quienes sospecha que le están jugando en contra. “Mencionar a este o a aquel no tiene sentido porque lo negarían; nadie va a salir a decir `yo estoy en contra de la institucionalidad’”, explicaron en su entorno y citaron el caso de Daniel Scioli, de quien dicen tener pruebas de que estuvo detrás de las operaciones que denuncian: “En los últimos días dio más off que en el resto de su vida para decir que no tiene nada que ver”.
No fue casual que el propio Ibarra haya revelado que Scioli lo llamó por teléfono para negar su participación en cualquier campaña en su contra. Ibarra calificó la actitud del vicepresidente como “un buen gesto” y destacó también el respaldo expresado por Compromiso para el Cambio a la “continuidad institucional” en la ciudad. El mandatario porteño subrayó que “esta declaración, en términos de una defensa de la institucionalidad, me parece importante”.
El apoyo de Macri no fue ingenuo: en campaña por una banca en Diputados, el empresario sostuvo que son los kirchneristas los que quieren desplazar a Ibarra. “No podemos creer que la derecha liberal se convierta en garantede institucionalidad. Los intentos más duros de desestabilización han venido del macrismo en la Legislatura”, lo cruzó Roberto Feletti, quien sigue como secretario de Planeamiento porteño pero con un pie en el kirchnerismo.
Desde la Jefatura de Gobierno eludieron esa polémica y prefirieron destacar otro hecho: el pronunciamiento contra la intervención de la ciudad que Aníbal Fernández hizo ante los familiares de las víctimas de Cromañón. “Es la primera vez que lo hace en los cinco meses que lleva recibiéndolos”, enfatizaron.

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El jefe de Gobierno Aníbal Ibarra cuando su preocupación eran los incendios en la Reserva Ecológica.
 
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