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Un paro de aeronáuticos entre amenazas de bombas

El jefe de la Policía Aeroportuaria, Marcelo Saín, vinculó las amenazas con el conflicto sindical. APTA rechazó la acusación. “Es una práctica peligrosa y deleznable”, dijo Juan Pappalardo.

 Por Laura Vales

Un paro coincidente de pilotos y personal técnico dejó sin vuelos al aeroparque porteño y al aeropuerto de Ezeiza desde las seis de la mañana hasta cerca de las cinco de la tarde. Durante la jornada hubo amenazas de bomba, por las que un avión que se dirigía a Salta debió aterrizar preventivamente en Santa Fe y otros tres suspendieron su salida. El jefe de la Policía Aeroportuaria, Marcelo Saín, vinculó estos episodios con el conflicto sindical y calificó de “irresponsables” los llamados.
El reclamo de pilotos y técnicos –pertenecen a APLA y APTA, respectivamente– está dirigido a Aerolíneas Argentinas y Austral. Ambos sindicatos piden una mejora de salarios. Los técnicos plantean, además, la reincorporación de 40 despedidos, el pase a planta de 400 contratados y el respeto a la libertad sindical. El gremio ha sido un opositor histórico al desembarco en la Argentina del grupo Marsans –que controla Aerolíneas–, al que los dirigentes acusan de hostigar a la organización sindical.
La primera de las amenazas ocurrió en un vuelo desde Capital Federal hacia Salta, que debió aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Sauce Viejo. Allí los 80 pasajeros descendieron del avión y efectivos de la Policía Aeronáutica y provincial revisaron la máquina y el equipaje.
Las otras intimidaciones fueron recibidas antes del despegue. El vocero de Aerolíneas Argentinas, Julio Scaramella, sostuvo que la compañía había tenido 15 amenazas en servicios de Austral, tres de ellas en el Aeroparque Metropolitano y las restantes en el interior, aunque la Policía Aeroportuaria confirmó sólo cuatro.
“Cada vez que hay un pico de conflicto sindical parece que Bin Laden está dando vueltas en la Argentina”, se quejó Saín. El funcionario señaló que en el paro anterior, del 7 y 8 de julio, hubo 21 amenazas de bomba. “Soy funcionario y no soy estúpido”, agregó, para indicar que quienes hicieron las llamadas “utilizaron una jerga técnica propia de la actividad aeroportuaria”. En APTA rechazaron la acusación. “Con la contundencia del paro, no hay necesidad de recurrir a una medida de ese tipo. Las amenazas de bomba son una práctica peligrosa y deleznable”, dijo el dirigente Juan Pappalardo.
Trabajo dictó la conciliación obligatoria para los técnicos y notificó a los pilotos de una disposición que los compromete a garantizar un mínimo del 50 por ciento de los vuelos de cabotaje y del 75 de los internacionales. Las negociaciones seguirán en Trabajo. El paro afectó a 2400 pasajeros.

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Un vuelo que iba a Salta tuvo que aterrizar en Santa Fe.
 
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