EL PAíS › EL VICEPRESIDENTE DEL CENTRAL PROCESADO POR COIMAS

Branda no va a renunciar

Ante la Comisión Bicameral que está analizando la conveniencia o no de que continúe en el Banco Central, el ex senador justicialista defendió su “solvencia moral” y ratificó que no piensa renunciar a su cargo.

 Por Eduardo Tagliaferro

Aunque reglamentariamente se trató de una reunión a puertas cerradas, el vicepresidente segundo del Banco Central y ex senador justicialista por Formosa, Ricardo Branda, no se iba a privar de realizar su defensa frente a los medios de comunicación. Lejos del catenaccio y más cerca de la idea de que no hay mejor defensa que un buen ataque, el funcionario intentó despegarse de la causa por los presuntos sobornos en el Senado diciendo que todo se trata de “una comedia” construida por el juez federal Daniel Rafecas.
“Dije mi verdad y mantengo intacta mi solvencia moral”, fue lo primero que Branda comentó luego de testimoniar frente a la Comisión Bicameral especial encargada de entregar una opinión, no vinculante, al presidente Néstor Kirchner.
Integrada por los titulares de las comisiones de Economía y Presupuesto de ambas cámaras, los justicialistas Jorge Capitanich y Rubén Marín, Carlos Snopek y Rodolfo Frigeri, más el vicepresidente Daniel Scioli, los legisladores escucharon la versión de Branda, también al diputado del ARI, Adrián Pérez, el primero en reclamar la apertura del proceso para destituir al vicepresidente del Central.
Para que no queden dudas, Branda aseguró que no está en sus planes renunciar al BCRA. Dijo que lo hacía por valores altruistas como el de “cuidar la estabilidad institucional”. Todo esto matizado con la suspicacia política. Algo que no dejó de realizar desde que Rafecas lo procesó en la causa por los sobornos que presuntamente se habrían pagado durante el gobierno de Fernando de la Rúa durante el 2001.
Al ratificar que permanecerá en el cargo, Branda aseguró que lo hará a pesar de “la gran presión política” que hay detrás de la movida iniciada para desplazarlo de su puesto en el Banco Central por “inhabilidad moral”. Antes de su presencia frente a los miembros de la comisión, el ex senador había entregado definiciones desopilantes contra el juez Rafecas y también señaló que “si querían su puesto se lo hubieran pedido”.
Esos dichos fueron realizados cuando todavía no había salido de la sorpresa por el fallo de Rafecas. Al escalar en su voltaje, Branda también aseguró que “la habilidad moral era universal”. Lo dijo luego de señalar que había en el Gobierno algunos funcionarios procesados. Entre ellos señaló al actual embajador en Estados Unidos, José Octavio Bordón.
Para completar su defensa, Branda llegó acompañado de una abogada y una gran cantidad de carpetas. Antes de retirarse, les entregó, primero a los miembros de la comisión especial y a la prensa después, un diagrama de llamadas entrantes y salientes entre los senadores acusados judicialmente por el caso de los sobornos. En el dibujo y para fundamentar que lo de Rafecas era “una novela”, Branda precisó que en su caso personal la única llamada que a él lo involucraba era una realizada desde su celular a su domicilio particular a las 23.30. Por cierto, lo que no dijo Branda es que en el expediente el magistrado puntualizó que ese llamado se realizó desde una celda de comunicación correspondiente al domicilio del departamento del salteño Emilio Cantarero. Lugar en el que, de acuerdo con el testimonio del arrepentido Mario Pontaquarto, habría entregado la valija de la coima y en el que Cantarero le habría dicho que “estaban por llegar los muchachos” peronistas. Por las dudas, Branda dijo que no sabía cómo encajaba Pontaquarto “en esta novela” ya que “nunca me nombró”.
El diputado Pérez entregó parte de las fojas judiciales que involucran a Branda. Ante una pregunta de los miembros de la comisión, el legislador consideró que el procesamiento de Rafecas era sólido y que encontraba el marco que hacen creíbles los dichos de Pontaquarto. También le preguntaron si el procesamiento en primera instancia, según su opinión, bastaba para la destitución. Allí hubo una pequeña digresión entre los propios integrantes de la comisión que analizaron si en lugar de la destitución cabría la posibilidad de recomendar la suspensión de Branda. Fue el pampeano Marín el que comentó que esa posibilidad no está contemplada en la Carta Orgánica del BCRA.
El martes se conocerá el dictamen y las cartas para Branda parecen estar echadas. Ni Capitanich, ni Snopek, ni Scioli parecen dispuestos a arrojarle un salvavidas. Aunque Frigeri o Marín continúen en duda, está claro que aunque decidan incinerarse en la defensa de Branda, estarían en clara minoría.

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El vicepresidente segundo del Banco Central, Ricardo Branda, se mostró reacio a renunciar.
 
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