EL PAíS › LA UNIDAD 9, UNA CARCEL DONDE LAS TORTURAS Y EL ENCUBRIMIENTO SON LA RUTINA DIARIA

“Te muelen a golpes y te pasan corriente”

El pecado imperdonable es denunciar al mundo exterior los ilícitos de los carceleros: autos mellizos, tráfico, presos que salen a robar para los guardias. El castigo es nocturno, con carceleros encapuchados que llevan al transgresor “al cuarto de atrás de Sanidad” para la tortura. La violencia y el maltrato en la cárcel.

 Por Raúl Kollmann

“Que los verdugos te pasen corriente no es novedad”, dice el preso de la Unidad 9 de La Plata, analizando el escándalo de torturas en esa cárcel. “¿Quiénes son los verdugos?”, pregunta Página/12. “Los de la Unidad de Traslados. Vienen encapuchados, con el uniforme, a las dos de la mañana, te sacan de la celda y te llevan al cuarto de atrás de Sanidad, el cuarto que da a la cancha de fútbol. Ahí te muelen a golpes y a veces te pasan corriente. Son mucho más jodidos que los cara-de-tortuga.”
–¿Quiénes?
–Los de Infantería del Servicio Penitenciario (SP). Esos vienen de día, hacen la requisa (inspección) y te destrozan, pero no te picanean.
–¿A quién picanean? ¿Por qué?
–Lo peor que le podés hacer a la gorra (el SP) es pasar datos a la calle (revelar lo que pasa dentro del penal). Sos boleta si hablás de que en el taller de la Unidad desarman autos, que cuatro cachivaches (presos) salen después de las 12 de la noche a levantar (robar) los coches y después venden los repuestos o hacen ponchos (autos mellizos). Sos boleta si contás que se quedan con la carne, que se paga por merca, por los puntos para la higiénica (visita de la pareja) o para cambiar a la concubina. Igual, el control lo tienen los de limpieza.
–Disculpe, no entiendo.
–El de limpieza, el que tiene el carnet, es el preso más pesado y el más vivo del pabellón. El está arreglado con la gorra y mantiene el orden. Si te rebelás, por ahí te mata, o te muele a golpes. Tiene el carnet de limpieza y eso le da un gran privilegio: no tiene que estar engomado (no tiene que estar dentro de la celda, puede andar libre por el pabellón).
–Pero ¿limpia?
–Está loco. Para eso está el gato, que es el que tiene como sirvienta propia, o el mulo, que es el que está de sirvienta de todo el rancho (grupo).
El diálogo se produce pocos días después de que la Justicia confirmara la denuncia de la Comisión de la Memoria sobre el primer caso probado de torturas mediante el uso de picana eléctrica en las cárceles (ver aparte). El ministro de Justicia bonaerense, Eduardo Di Rocco, y el gobernador Felipe Solá pusieron en disponibilidad preventiva al jefe de la Unidad 9, prefecto Carlos Torres, y a otros siete integrantes del Servicio Penitenciario.
“Hace poco nos dimos cuenta de que habían picaneado a uno –sigue contando otro preso–. Fue para quebrarlo. Lo querían como buchón, se lo llevaron a Sanidad y volvió todo golpeado. El no quiso contar nada, pero en los pies se veían las marcas de la picana. A los dos días, un domingo, escuchamos el sonido de un handy. La gorra le había dado eso para que buchonee. Lo quebraron a golpes.”
–En el allanamiento a la Unidad encontraron facas en los lockers de varios agentes del Servicio. ¿Cómo se explica?
–Por supuesto que son facas que nos encontraron y nos sacaron a nosotros. Pero las tienen ahí, no las destruyen, porque te las venden.
–¿A cuánto?
–Depende quién seas, pero más o menos a 300 pesos. Ojo que la plata no se entrega adentro. Un familiar se la da a la gorra (un hombre del SP) afuera, en una esquina. Muchas veces en 14 y 70 de La Plata. Después, la faca la tenés que esconder. Hay bastantes lugares, pero no voy a contar. Ahí necesitás la faca para pelear, porque si un cachivache (preso) toca a uno de tu rancho (grupo), no tenés otra que pelear. Por eso, casi siempre tenés que andar fajado acá adentro.
–¿Cómo es eso?
–Sí, con papel de diario te vas haciendo una especie de placa de diez centímetros que te ponés alrededor del cuerpo. Eso muchas veces te salva. La faca te la hacés o se la comprás a la gorra, que te cobra todo y hay que arreglar.
–¿Qué más te cobra, por ejemplo?
–Hacen mucha plata con la higiénica (visita de la pareja del preso, con derecho a mantener una relación sexual). En verdad, vos la podés tener con tu concubina y hay un registro. Ellos te cobran 300 pesos por mes para cambiar la concubina, porque muchas veces el tumbero no está en pareja, y así te hacen entrar a una piba (en muchos casos se trata de una prostituta contratada por la familia). Además, está el asunto de comprar los puntos.
–¿Comprar los puntos?
–Si vos tenés 10 ejemplar, tenés derecho a dos encuentros (higiénicas) por mes. Con 7 puntos, tenés derecho a una higiénica. Ellos mismos te ofrecen comprar puntos, por ahí por 500 pesos conseguís los que necesitás. Siempre pagando afuera. La merca (droga) o la pasta (tranquilizantes) también te la ofrecen ellos. Hay algunos cachivaches que se pueden gastar 500 pesos por semana. El otro método para entrar la merca es empericada, que es meterla en la vagina de la visita envuelta en un preservativo.
–¿Pero las mujeres que revisan a las visitas no se dan cuenta?
–Sí, pero no pueden hacer nada. Está prohibido. Además, si a alguna de la gorra se le ocurre hacer tacto, se viene la venganza. Usted tiene que pensar que los que entran la merca o la comida son mujeres de los camiones.
–¿Camiones?
–Sí, el camión es el que trae la mercadería, a través de la familia. Es que el tumbero, el cachivache, le exigen que entre la mercadería, falopa y comida. Si no, la liga. Dos veces por mes hay o un muerto o un herido grave. Le ponen al expediente “causa interna”, la mayoría de las veces no hay castigo, y a veces terminás en el buzón, que son las celdas de castigo. Ahí la gorra te muele a palos. La vida en el pabellón es jodida y a algunos ni siquiera los pueden llevar al pabellón.
–¿A quiénes?
–Los anticoncha no sobreviven ni un día.
–Los anticoncha.
–Sí, son los que mataron a alguna mujer. En el pabellón la mujer, cualquiera, es sagrada. Uno que asesinó a una mina ahí adentro es boleta. Tampoco sobrevive un día un arruina-guachos. Esos son pesados que se aprovecharon de algún pibe y que ese pibe resultó ser hermano de otro pesado. La noticia corre de penal en penal y el arruina-guachos es hombre muerto. Y por supuesto que los violetas (violadores) también son boleta. Tampoco los pueden mandar a pabellón.
–¿Y los del Servicio Penitenciario pueden intervenir?
–No, no se meten, les conviene dejar que los de limpieza (matones) pongan el orden. Ya le dije, ellos se meten cuando hay descontrol o cuando alguno pasa datos afuera. Ahí aparecen los verdugos o los cara-de-tortuga.

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“Nos dimos cuenta de que habían picaneado a uno para quebrarlo. Lo querían como buchón, lo llevaron a Sanidad y lo golpearon.”
 
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