EL PAíS › “QUIENES CRITICAN EL MERCOSUR BUSCAN OTRAS ALIANZAS”, AFIRMA EL ASESOR DE LULA, MARCO AURELIO GARCIA

“Brasil apoya la reindustrialización argentina”

Este miércoles, los presidentes Kirchner y Lula se encontrarán en Brasil. García, uno de los colaboradores más cercanos al presidente brasileño, relativizó la importancia de las salvaguardas que solicita Argentina y destacó la incorporación de Venezuela.

 Por Luis Bruschtein

“Más que los acuerdos, lo importante será la conversación política que mantengan Kirchner y Lula”, señala Marco Aurelio García, asesor de la Presidencia de Brasil en Asuntos Exteriores, en referencia al encuentro que tendrán este miércoles en Brasil ambos mandatarios en la reunión aniversario del Mercosur. García, un estrecho colaborador de Lula desde la militancia en el llano, destacó la actuación de ambos presidentes en la reunión de Mar del Plata y criticó la posición del presidente mexicano –“Yo creo que el presidente Fox estuvo un poquito apresurado”–, aplaude la próxima integración de Venezuela a la alianza regional y, aunque aclara que su país no postula a nadie para la secretaría permanente del Mercosur, no oculta que le alegraría ver a su amigo Chacho Alvarez en ese rol. Con respecto a las salvaguardas, advierte que no deben ser una política permanente
–¿Cómo ve la relación política y personal de los dos presidentes en este momento?
–Yo creo que es muy buena. Creo que incluso ese acercamiento se hizo más evidente después de Mar del Plata donde hubo sintonía entre ambas posiciones y en los discursos. A Lula le gustó mucho el discurso de Kirchner y me da la impresión de que eso también ocurrió con el presidente de Argentina. Estamos en un buen momento de la relación sobre todo teniendo en cuenta que hay una pequeña barra en nuestros dos países que continuamente está poniendo trabas, en manifiesta oposición con el pensamiento de Kirchner y de Lula. Ayer mismo, un diario económico de allá publicó que estamos en desacuerdo con la invitación de Chacho Alvarez, eso es imposible, nunca diríamos algo así. No quieren que nos encontremos entre nosotros porque buscan el acercamiento con otros sectores, con otros rumbos.
–Kirchner y Lula tienen personalidades diferentes y hasta tienen orígenes políticos diferentes.
–Son personalidades distintas pero está bien que sea así y que se lleven bien. Si todo el mundo fuera parecido sería muy monótona. Creo que Kirchner es muy simpático con Lula, conmigo, con toda la gente. Los enemigos tratan de crear estereotipos, que Lula es así, que Kirchner es asá... Y en realidad hay que ver cómo funcionan cuando se encuentran. Y en ese sentido me da la impresión de que se complementan bastante.
–Usted mencionó la reunión de Mar del Plata, ¿cuál es el balance que hace Brasil?
–En primer lugar, lo que Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil, y después Venezuela, hicieron en Mar del Plata fue ratificar lo que se acordó en la reunión en Miami cuando planteamos que el proceso de integración se tiene que dar en múltiples planos, no solamente en uno solo, ya sea el ALCA o cualquier otro. Habría que entender que los países tienen diferentes realidades, posiciones y prioridades. Nosotros no tratamos de imponer a nadie el Mercosur. Lo llevamos adelante en nuestro marco. Pero nadie nos consultó para discutir en esa reunión la Asociación de Libre Comercio de las Américas o un tratado de Libre Comercio. Era un tema que estaba fuera de agenda y que se trató de imponer allí.
–Las posiciones de México, Canadá y de los países de Centroamérica fueron muy duras, como pocas veces se ve en reuniones de este tipo. ¿Por qué cree que se planteó con tanta vehemencia esa cuestión?
–En el caso del Mercosur tomamos una posición en defensa del interés de nuestros países y de la región. No pusimos ninguna connotación ideológica, el discurso de Kirchner y el de Lula fueron de gran serenidad política. Yo creo que el presidente de México estuvo un poquito apresurado cuando hizo esa declaración que enojó mucho a la gente, de que habría ALCA con o sin Mercosur, fue una declaración totalmente innecesaria que provocó irritación y tiñó el tono de la reunión. Ni siquiera creo que fuera la posición de Estados Unidos. Cuando encontramos a Bush dos días después enBrasil, en la visita que realizó tras la reunión de Mar del Plata, nos dijo que la prioridad de su gobierno en ese tema pasaba principalmente por la ronda de Doha y la discusión sobre la baja de los subsidios agrícolas para abrir luego un proceso más progresivo. Hasta parecía que coincidía más con lo que estábamos planteando nosotros que con lo que planteó el presidente de México.
–En este momento, las centrales empresarias de ambos países están discutiendo, a veces en términos muy duros, el tema de las salvaguardas para el comercio bilateral. ¿Usted piensa que esta cuestión afecta al futuro del Mercosur?
–Lo ideal es que tanto Argentina como Brasil tengamos un proceso de desarrollo y crecimiento de nuestras economías. Argentina está haciendo un gran esfuerzo para reindustrializarse y nosotros entendemos bien que las políticas que fueron seguidas desde la dictadura militar y se acentuaron en la década pasada tuvieron efectos terribles. En Brasil tuvimos un proceso parecido pero que no llegó a ese nivel de intensidad. Nuestra posición es que ojalá ese proceso de industrialización vaya lo más rápido posible porque creemos que no sólo no entorpece sino que crea las posibilidades para crear una articulación entre los dos países.
–¿No se produce una situación de superposición en vez de articulación?
–Decía antes que en Brasil también sufrimos políticas parecidas y en este momento nuestras economías están saliendo de esa situación. Es decir, los problemas que tenemos en este momento de compatibilidad no son tan importantes. Los problemas más grandes serán cuando las políticas de distribución del ingreso generen un fuerte incremento de la demanda en nuestros mercados. Y el problema verdadero será entonces satisfacer esa demanda. No será un problema de compatibilidad, sino que por el contrario deberemos hacer crecer la producción. Por eso Brasil apoya el proceso de reindustrialización en Argentina.
–En ese caso, el tema de las salvaguardas no tendría proyección hacia el futuro...
–Nosotros queremos apuntalar el proceso de reindustrialización en Argentina, incluso creo que podríamos crear cadenas de producción conjuntas. No es fácil porque los Estados perdieron muchos resortes de decisión, aunque sería importante que usáramos a fondo los que aún mantenemos. Con respecto a las salvaguardas, creo que implican un riesgo grande. No deberían ser una política permanente. Pero no por una cuestión de principios. Hay que analizar en cada situación si tienen sentido y por un tiempo limitado. Podría decir que gran parte de los conflictos que han afrontado Argentina y Brasil se resolvieron por vía de la negociación. Sin embargo, cuando hay choque o discusión, la repercusión en los medios es inmediata. Cuando hay acuerdo, los medios lo ignoran.
–¿Cómo ve la incorporación de Venezuela a la alianza?
–Es positiva porque tendremos un Mercosur más amplio, no tan encajonado en el sur. Es un país que tiene un gran potencial energético y que está interesado en llevar adelante un proceso de industrialización que nosotros apoyamos mucho y se lo decimos cada vez que hablamos con el presidente Chávez. Además creo que será muy beneficioso también para las economías más chicas.
–Pero si bien hay afinidades concretas con el gobierno venezolano, el discurso del presidente Chávez resulta más ideológico que los de Lula o Kirchner...
–Eso se resuelve de manera muy sencilla. Nosotros no proponemos a nadie que renuncie a sus políticas nacionales. Una de las cuestiones fundamentales del Mercosur hoy en día es darle más importancia a su institucionalidad, yo digo que hay que “bruselizar” Montevideo. El Mercosur no puede depender de las reuniones presidenciales o de cancilleres que se hacen cada tanto. Debe mantener una actividad permanente.
–En ese sentido, usted habló de la versión de que Chacho Alvarez podría reemplazar a Eduardo Duhalde en la secretaría permanente que tiene sede en Montevideo. ¿Cómo verían en Brasil esa designación?
–A Lula le parece muy bien y a mí también. Yo lo conozco muchísimo a Chacho. Pero quiero aclarar de todos modos que Brasil no está postulando a nadie para ese cargo. Aquí en Brasil, los medios también hablaron de mí, pero yo lo rechacé. Creo que Argentina tiene hombres importantes que bien pueden trabajar en ese lugar.
–¿Usted ve la posibilidad de una acción más conjunta en el ámbito internacional o por ejemplo ante los organismos financieros?
–Esa afirmación es cierta en parte. En la OMC operamos en un bloque más amplio que el Mercosur, pero donde el Mercosur cumple un rol importante. El Mercosur negocia como bloque con Europa, estuvo junto en Mar del Plata en la discusión sobre el ALCA. En las negociaciones con el Fondo tuvimos estrategias distintas porque teníamos realidades distintas, pero hubo solidaridad. Y Brasil respaldó la negociación argentina cuando hubo que hacerlo en el FMI. De todas maneras, a mí me gustaría que hubiera una coordinación más fuerte en lo macro. Es cierto que Lavagna y Palocci hablan más y, en general, creo que el crecimiento de las economías irá facilitando y acelerando el relacionamiento de todos los países del Mercosur en este plano.

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Marco Aurelio García, asesor del presidente Lula da Silva, en Asuntos Exteriores.
 
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