EL PAíS › EL EX JEFE DE GOBIERNO PORTEÑO RINDIO CUENTAS

El balance de Aníbal Ibarra

A dos semanas de su destitución, Ibarra detalló ante la prensa los logros de su gestión. “Esto es buen desempeño”, dijo ante su ex gabinete.

 Por Santiago Rodríguez

Aníbal Ibarra concretó ayer su anunciada rendición de cuentas de lo que realizó durante los seis años que gobernó la ciudad de Buenos Aires e hizo un prolongado repaso de las acciones desplegadas en cada una de las áreas de gestión. Con agradecimientos a quienes fueron sus funcionarios y un par de referencias concretas a su sucesor Jorge Telerman para marcarle en cierta forma la cancha, el ex jefe de Gobierno dio una clara señal de su intención de mantenerse en el escenario político y puso, además, un punto final al proceso que concluyó con su destitución como consecuencia de la tragedia de República Cromañón.

La reaparición pública de Ibarra a dos semanas de su destitución se produjo en el Palacio San Miguel. Allí mismo había esperado en 2003 los resultados de las elecciones en las que consiguió su reelección al derrotar a Mauricio Macri. Esta vez lo acompañaron los funcionarios de su gobierno y también seguidores que colmaron el lugar.

Ibarra entró al salón como las novias en la iglesia: por el pasillo central y se detuvo ante quienes lo saludaron desde las sillas a ambos lados. En su recorrido hasta el estrado en el que habló por casi dos horas recibió los primeros aplausos. Se repitieron después ante cada uno de los puntos que destacó entre los más salientes de su gestión.

De entrada, Ibarra dijo que los políticos al dejar la función pública tienen la “obligación” de rendir cuentas. “Hice también una declaración jurada”, agregó a continuación y enumeró lo que consignó: “Mi casa y mi vehículo. No tengo cuentas en el exterior ni cajas de seguridad en bancos; tampoco tengo esposa rica ni herencia por recibir”.

De su sucesor habló al destacar que en su gestión había conseguido para la ciudad un porcentaje de la coparticipación, que significó un ingreso hasta la fecha de unos mil millones de pesos. “Lo va a tener muy presente Telerman y quienes le sigan porque ese es dinero para obras en la ciudad.” Señaló también que el ahora jefe de Gobierno va a tener que resolver si le inicia juicio a las empresas públicas que rompen las calles y dejan pozos.

Algunos de los que estaban en las primeras filas seguirán con Telerman, como Silvia Fajre en Cultura y Raúl Fernández, quien ahora será secretario general y fue durante los últimos años su principal operador político. Ibarra le reconoció haberlo secundado en la toma de las principales decisiones y también tuvo palabras de gratitud para otros como Roberto Feletti, Eduardo Epszteyn, Abel Fatala, Marta Albamonte, Gustavo López, Roxana Perazza. El reconocimiento para Daniel Rosso llegó junto con la defensa de Ciudad Abierta, el canal de la ciudad, al que encuadró en la estrategia de “comunicación progresista, popular, social y libre”. También destacó que “jamás” fue usado para “hacer propaganda política”.

Los subtes, el equilibrio fiscal, las obras contra las inundaciones y del hospital Santojanni y la decisión política de sostener la educación y la salud estuvieron entre los puntos que Ibarra citó como logros de su gestión. “Creo que esto es buen desempeño”, ironizó en alusión al cargo de mal desempeño por el que fue destituido.

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El ex jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
 
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