“Tenemos que estar alertas”, inquietó el diputado de licencia Mauricio Macri. No se refería a ninguna de las posibles denuncias que puede hacer un político en campaña: fraude, “manoteo de votos”, campaña sucia, “carpetazos” y un largo etcétera. No: el candidato de PRO alertó que podía ocurrir “algo” en el partido de Boca contra el Cúcuta Deportivo de Colombia por las semifinales de las Libertadores. Y sugirió que habría una mano política detrás de los futuros incidentes. El presidente de Boca (también de licencia) pidió que la policía tomara medidas.

Cerca del empresario, señalaron a este diario que la denuncia no provino del equipo de Macri, sino que fue aportada por los periodistas deportivos de las radios que entrevistaron ayer al candidato. Concretamente, hablaban de un mail que circulaba y en el que se anunciaba que habría incidentes. “Por eso pedimos que estén alertas los policías”, explicó un allegado al empresario. “Se está armando el clima”, dejó picando.

En ese clima incluyeron a la titular de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien dijo ayer que no quería meterse en la campaña, “pero un poquito de Macri tengo que decir, porque vieron que Macri habla de la seguridad con Juan Carlos Blumberg”. “Que la seguridad, la seguridad, pero resulta que él no puede garantizar la seguridad en la cancha de Boca. Si no puede en la cancha, qué va a hacer con la ciudad”, razonó.

Hacia la tarde, Macri denunció que el vicepresidente del club, Pedro Pompilio, le comunicó que había recibido un llamado en el que le advertían que habría violencia en la Bombonera y en sus alrededores. Sin embargo, el líder de PRO aseguró que vería el partido en su palco, como es habitual, y pidió que la policía estuviera atenta.

En su entorno, no enfatizaron la denuncia, pero sí trajeron un ejemplo de la campaña del 2003. “En el partido contra Chacarita, desapareció la policía, aunque pedíamos que vinieran porque la barra brava de Chaca rompía el baño para agarrar piedras. La policía llegó una hora después al palco de los visitantes”, comentó un allegado al empresario. Se refería al partido del 1º de septiembre de 2003, en el que se cruzaron en una batalla campal las barra bravas de Chacarita y de Boca. Fue poco antes del ballottage con Aníbal Ibarra.

En esa oportunidad, Pompilio desligó los incidentes de la campaña: “Me parecería aberrante, por lo que lo descarto de plano”. Contra lo que dijeron en el comando macrista: “Eso fue armado”. Así se hicieron eco de la versión que difundió en su momento el dirigente gastronómico Luis Barrionuevo: “Los que armaron esto fueron Alberto Fernández, Gustavo Beliz, Norberto Quantín, Javier Castrilli y Aníbal Ibarra para demostrar que Macri no podía controlar a los violentos en la propia Bombonera y con eso desacreditarlo como candidato a jefe de Gobierno”, dijo el dirigente de Chacarita, quien fue procesado en la causa que investigó el entonces juez Mariano Bergés. Esa causa también salpicó a Macri: un barrabrava de La 12 involucró a Macri en la entrega de entradas a la barra brava.

En tanto, el empresario continuó con sus microactos de propuestas. “No soy amigo de Menem, soy un tipo independiente. Los que fueron funcionarios son ellos”, dijo Macri en una visita a una escuela. El riojano había asegurado que con Macri “éramos amigos”. “Somos amigos”, se corrigió. Por último, Macri pidió que “no se asuste más a la gente” con falsas denuncias.