EL PAíS › POSTULANTES AL SENADO POR LA CIUDAD DISCUTIERON EN “A DOS VOCES”

Y un día hubo debate de candidatos

Melconian (PRO), Filmus (FPV), Gil Lavedra (UNA) y Estenssoro (CC) se cruzaron por temas de seguridad, economía y la relación entre la ciudad y la Nación. La mayoría de las críticas hizo foco en el ministro de Educación, pero eso le permitió ubicarse en el centro del debate.

 Por Werner Pertot

Fue uno de los pocos debates de la campaña. Si bien no brilló por su dinámica, no estuvo exento de cruces picantes entre los candidatos a senadores Ricardo Gil Lavedra (UNA), Carlos Melconian (PRO), María Eugenia Estenssoro (CC) y Daniel Filmus (FpV). Como representante del oficialismo, el ministro de Educación fue quien más golpes recibió –por momentos, de tres lugares a la vez–, lo que paradójicamente lo dejó en el centro del debate, un lugar que ocupó también en el escenario, producto del sorteo. Filmus devolvió más de una chicana y esquivó las críticas a Cristina Fernández de Kirchner por no debatir: sólo recordó, en su defensa, que Macri tampoco quiso.

Apenas entraron al estudio de A dos voces, los cuatro candidatos recibieron la primera andanada de abrazos y palmadas de asesores, un ritual que se repetiría en cada corte comercial, previo coaching de sus voceros. El tres-contra-Filmus se repitió en cada bloque: tanto en los que trataban de la relación entre la Nación y la ciudad y de seguridad e inclusión social, como en los de salud y educación, y sobre el modelo económico, aunque en estos dos últimos el ministro recuperó terreno. No hubo prácticamente ningún contrapunto entre los opositores.

Filmus y Gil Lavedra se apoyaron en gráficos y titulares de diarios, Estenssoro se centró en un mensaje que repasaba en voz baja fuera de cámara, mientras que Melconian explotó el léxico de pibe de barrio, mezclado con un constante recordatorio de la campaña porteña (“con Mauricio y Gabriela”, “para que esté bueno Buenos Aires y la Argentina”, entre otros slogans que repitió aquí y allá).

Los primeros minutos, de presentación, bastaron para ver la estrategia que asumirían a lo largo del debate: Melconian dijo que era nuevo en política (“hincha de Racing, de Valentín Alsina”) e intentó capitalizar “el 60 por ciento” con el que fue elegido Macri. Gil Lavedra recordó que fue uno de los que juzgaron a los dictadores y remarcó que siempre estuvo en la UCR. Filmus se recostó en los indicadores económicos que traían agua del molino K. Y Estenssoro –la más insegura al comienzo, aunque luego se fue soltando– planteó como bandera la lucha contra la corrupción.

Los dos primeros bloques giraron en torno de la inseguridad y el traspaso de la policía y fueron una agonía en la tribuna K. Con Melconian a la cabeza, los tres candidatos opositores le recordaron a Filmus que Néstor Kirchner no traspasó la policía, ni la Justicia.

–Gil Lavedra fue ministro de Justicia y me gustaría saber qué pasos se dieron cuando estaba usted: ninguno –retrucó Filmus.

Pero el ministro de Educación no terminaba de responder cuando recibía nuevos cuestionamientos. “¡¡Vamos a tener la policía para el 2090!!”, se quejó Estenssoro, que le recordó los casos de Skanska, la valija de Miceli, “que junto con la AMIA y la voladura de Río Tercero, dan un mensaje de impunidad”. “Mauricio es una persona de consenso, pero le han contestado mal y el Presidente no lo recibe”, se sumó Melconian. “Si por cada cosa se van a sentar con el Presidente, eso no es autonomía, sino dependencia”, devolvió Filmus. Ya entre los asesores de la CC comentaban que, con tanta réplica, el candidato oficialista ganaba minutos y centralidad. Estenssoro se lo marcó en el tercer bloque, que trataba sobre salud y educación: “Ya sabemos que sos ministro, pero no hables todo el tiempo”.

“Todas palabras muy lindas”, le contestó Filmus, que tenía preparado un artículo de prensa sobre el recorte al presupuesto educativo que intentó el fugaz ministro de Economía Ricardo López Murphy. “Melconian, éste es su candidato a presidente. Y Lilita dice que va a ser funcionario de su gobierno, así que es algo que tienen en común”, soltó. Los dos obviaron responderle. “Sólo el PRO votó en contra de la Ley de Financiamiento Educativo, ¿por qué?”, le preguntó Filmus. “Tanta plata para De Vido y tan poca para educación”, lo corrió Gil Lavedra. “De la Rúa construyó 14 escuelas. Se pasó, ¿no? Nosotros, 759”, respondió el ministro, que les enrostró a los tres la suba del ABL “de Macri y Telerman”.

“Trabajo en blanco, se la llevaron a diciembre e inflación, a marzo”, comenzó Melconian el último bloque. El candidato de PRO ganaba terreno con su lenguaje callejero, pero por momentos sobreactuaba: “Al pintor que vino el otro día le pregunté qué hacía con toda la que levantaba. Y me dijo: ‘La encanuto’. ¡Mirá qué política de Estado!”. Gil Lavedra aprovechó para señalar que era “Lavagna, no Kirchner, el que sacó a la Argentina del pozo”, mientras que Filmus lo contradijo una vez más (“Lavagna se fue y el país siguió creciendo”) y le mostró a Estenssoro un titular sobre la preocupación del FMI por la inflación. “Esto es lo que pide el Fondo... y Prat-Gay, que quiere enfriar la economía”.

Gil Lavedra volvió a la carga con los decretos de necesidad y urgencia. “Si está en desacuerdo con eso, le recomiendo que corte boleta, porque los decretos venían firmados por Lavagna. Aproveche, todavía tiene la oportunidad”, ironizó Filmus. Cuando las cámaras se apagaron, todos salieron acompañados por su séquito, convencidos de que habían ganado.

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Gil Lavedra y Filmus basaron sus exposiciones en gráficos y titulares de diarios.
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