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El armado del atentado contra la sede de la AMIA

A lo largo de diez meses de juicio está razonablemente probado que se usó un coche-bomba.

 Por Raúl Kollmann

Está razonablemente probado que en la AMIA se usó un coche-bomba y que fue la Trafic; no hay certeza sobre la existencia de un suicida; da la impresión de que el armador de autos truchos, Carlos Telleldín, no dice la verdad sobre el vehículo que explotó y, por último, fue un desastre la recolección de los restos del vehículo y no hubo preservación alguna de las pruebas diseminadas en el escenario de la explosión. Estas son las cuatro conclusiones que surgen de los diez meses del juicio por el atentado contra la mutual judía y en ellas coinciden no sólo los fiscales, los querellantes de la AMIA y la DAIA, sino también los familiares de las víctimas y buena parte de los defensores. En los próximos días se iniciará una nueva fase del juicio: se analizarán las pruebas que implican en el ataque a los policías bonaerenses cuyo principal referente es el otrora poderoso comisario Juan José Ribelli.
En la jornada del martes y con el testimonio del perito retirado de la Gendarmería Osvaldo Laborda concluyó casi totalmente la primera parte del juicio oral en el que se trató la forma en la que se perpetró el atentado. Página/12 mantuvo un diálogo con buena parte de los defensores y querellantes para extraer una conclusión sobre lo que percibieron hasta ahora:
- Del conjunto de los testigos y peritos quedó aceptablemente probado que la mecánica del atentado fue la del coche-bomba y que se usó la Trafic cargada de explosivos. Como es obvio, los fiscales y la querella de AMIA y DAIA siempre respaldaron esta hipótesis. Ahora se sumó el convencimiento de los letrados de Memoria Activa, Alberto Zuppi y Pablo Jacoby. Los defensores también reconocen, un poco menos convencidos por la forma escandalosa en que se hizo la investigación, que la Trafic fue el arma con que se perpetró el ataque.
- El perito Osvaldo Laborda aportó elementos que la mayoría de los presentes consideró importantes. Señaló que mucho después del atentado ingresó a una terraza a la que nadie había accedido y donde se encontraron 50 trozos de la chapa de la Trafic y un resto de la cubierta. Presentó evidencias sobre las radiografías de 26 víctimas que tenían incrustadas partes metálicas. En una de esas víctimas se encontró clavado un amortiguador que entró en el cuerpo a con una fuerza de 700 kilómetros por hora y por centímetro cuadrado. Mostró imágenes del cráter que produjo la explosión aunque señaló que una parte se derrumbó porque abajo había un sótano. Sostuvo que muchas veces un cuerpo humano se identifica por un pelo o un pedazo de piel, en tanto que la Trafic está identificada por unos 10,3 metros cuadrados de chapa que se encontraron, sobre un total de 23 metros cuadrados que tenía el vehículo. Además se recuperaron partes del tren delantero y el motor.
- En las audiencias del primer tramo del juicio ningún perito ni testigo pudo aportar elementos para definir si hubo o no un suicida. No se hizo análisis de ADN de los restos humanos, por lo que no se puede determinar si hubo un muerto no identificado, o sea el suicida.
- De la evaluación de las partes encontradas surgen dudas respecto de lo dicho por Carlos Telleldín. Las querellas y los defensores dicen que el vehículo que explotó no es el que dice el armador de autos truchos, por lo que estaría escondiendo la verdad. Esto complica a Telleldín porque la única explicación de sus supuestas mentiras sería que fue parte de la banda que perpetró el atentado.
- Todas las partes coinciden en que la investigación, los trabajos periciales del inicio y el levantamiento de las pruebas fue calamitoso. La acción desordenada de los voluntarios produjo que muchas cosas fueran removidas sin el menor cuidado. Se demostró, además, que es falsa el acta hecha cuando se secuestró una parte del motor: los que firmaron tuvieron que reconocer que no vieron el momento en que se encontró y que en el hallazgo participaron las fuerzas israelíes que trabajaron entre los escombros. Las partes coincidieron también en que los peritajes de laPolicía Federal fueron vagos e imprecisos. Todo esto deja margen a los defensores para cuestionar en el terreno judicial todo lo referente a la pesquisa en ese terreno.
El próximo tramo del juicio será, sin dudas, el más controvertido y crucial. Se lo denomina Brigadas y tiene que ver con la acción de las brigadas de la Policía Bonaerense que aparecen vinculadas con el caso. En esa parte se va a abordar el tema clave: si los policías recibieron la Trafic de manos de quien la tuvo hasta ocho días antes del atentado, Carlos Telleldín.

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