EL PAíS › AYER CERRO EN ROSARIO A 980 PESOS POR TONELADA. BAJO EL MAIZ

La soja sigue su camino hacia los 1000

La soja no tiene freno. Ayer volvió a subir y cerró a 980 pesos la tonelada disponible en la Bolsa de Rosario, en sintonía con la cotización record que se viene registrando en el Mercado de Chicago. Hace sólo quince días las fábricas pagaban 900 y un año atrás 600 pesos. Los analistas sostienen que la relación entre el stock disponible a nivel mundial y la demanda está lejos del nivel crítico de otras campañas, pero la escalada no se detiene. Algunos vinculan este fenómeno a la competencia entre los distintos granos, ya que todos suben y rivalizan entre sí. En Estados Unidos, por ejemplo, temen que la cotización record del maíz le quite superficie a la soja y entonces comienza la especulación y las disputas para ver quién se asegura más toneladas de la próxima cosecha. Ayer el maíz bajó luego de la escalada de los últimos días, mientras que el trigo siguió subiendo. Preocupa la presión sobre los precios internos.

La coyuntura actual le garantiza al Estado mayores recursos. En 2007 las exportaciones de granos y derivados aportaron 17.567 millones de dólares, 5291 millones más que en 2006 y para este año se espera una nueva mejora, impulsada no sólo por la soja. La tonelada de trigo cotizó ayer a 525 pesos en Punta Alvear y Rosario con descarga inmediata, y en Timbúes y San Lorenzo para entrega el próximo 21. A fin de año costaba entre 450 y 480, un año atrás 375 pesos y a fines de 2004 “apenas” 250 pesos. En Chicago también siguió subiendo. El mercado a futuro cerró en alza alentado por las escasas reservas mundiales y una fuerte demanda. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos afirmó en su último informe mensual de granos, difundido el viernes pasado, que la superficie sembrada de invierno sería inferior a la esperada.

El maíz, por su parte, cerró a 460 pesos para descarga inmediata, 15 pesos menos que la jornada anterior. Las lluvias en algunas zonas productoras locales trajeron alivio a los cultivos, aunque los especialistas aseguraban ayer que será necesaria una mayor humedad para lograr una mejor recuperación. Este cultivo había estado subiendo sin parar en las últimas semanas. A fin de año cotizaba 380 pesos. En Chicago, donde el lunes había alcanzado la cotización más alta de los últimos 11 años, también cerró en baja presionado por la toma de ganancias de los operadores. Según el informe de la Bolsa de Rosario, “las crecientes reservas estadounidenses, la fuerte demanda del cereal y los temores de que el clima seco que afectaba a los cultivos argentinos limitara el potencial de los rindes de las plantas limitaron la baja de los precios”.

El riesgo que genera esta suba generalizada de precios viene por el lado de la inflación. El Gobierno quiere mantener estable el valor de los alimentos en el mercado interno. Para ello firmó acuerdos de precios, subió las retenciones a las exportaciones en varias ocasiones e implementó el sistema de compensaciones, pero la cotización de los granos sigue aumentando y las tensiones recrudecen. El fenómeno es mundial, porque los mismos inconvenientes se están registrando en el resto de los países de Latinoamérica y en Europa, donde el precio de los alimentos es el principal motor de la inflación. Sin embargo, ese no es consuelo para los funcionarios locales.

También está el problema de que los productos que quedan rezagados en términos de precio entran en zona de riesgo porque los chacareros quieren reemplazarlos. La soja sigue avanzando sobre la carne y la leche, porque las retenciones no alcanzan a igualar el extraordinario diferencial de precios. Por ejemplo, los productores están recibiendo cerca de un peso por el kilo de soja, una vez descontadas las retenciones, mientras que los tamberos no llegan a esa cifra. Desde el campo reclaman mayores incentivos para no pegar el salto, pero si se sigue esa recomendación se corre el riesgo de terminar subsidiando producciones que tienen márgenes de rentabilidad interesantes, aunque menores que los del cultivo estrella. Por ese motivo, otros especialistas reclaman seguir subiendo las retenciones a la soja. Por el momento, en el Gobierno se limitan a observar las nuevas subas que, aun sin cambios, garantizan una recaudación creciente.

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