EL PAíS › TRES TESTIGOS RECONSTRUYERON CóMO FUE LA AGRESIóN

El ataque, cuadro por cuadro

En diálogo con Página/12, militantes de la Aníbal Verón contaron cómo fueron perseguidos por la patota de la Unión Ferroviaria y luego atacados con piedras y disparos.

 Por Adrián Pérez

“Cuando giro para mirar, veo que se agarra la cabeza, cae boca arriba y pega el grito: ¡Ay, Dios!... Mariano pedía que lo ayudaran... Pensamos que nos disparaba la policía, nunca imaginamos que podía ser la patota... La patota encerró a la movilera en Chevallier, mientras le gritaban: ¡Hija de puta, no filmés más, apagá la cámara!”.

Tres militantes de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados (CTD) Aníbal Verón reconstruyeron el momento en el que fueron agredidos por un grupo de la Unión Ferroviaria. En diálogo con Página/12, aseguraron que vieron caer a Elsa Rodríguez y Mariano Ferreyra, quienes fueron alcanzados por los disparos que partieron del sector liderado por Pablo Díaz. Pidieron que se identificara a los autores materiales e intelectuales del asesinato de Ferreyra. Y adelantaron que van a continuar reclamando para que los trabajadores tercerizados de la ex línea Roca pasen a planta permanente.

Los militantes de la CTD Aníbal Verón fueron convocados a una reunión el sábado 16, en un local del Partido Obrero en Lanús, para ajustar los detalles del corte que harían el miércoles pasado en la estación Avellaneda, para reclamar por los despidos y el pase a planta de los trabajadores tercerizados. “Al llegar a la estación, había un grupo de treinta o cuarenta personas de la patota junto a la Policía Bonaerense”, afirmó Pablo Chamorro. Ante un escenario de posible confrontación, acordaron no cortar las vías. En caso de no poder subir, finalizarían la marcha con un acto en Plaza Constitución, donde llamarían a conferencia de prensa para difundir la situación de los ferroviarios.

Chamorro recordó que caminaban por Bosch, al costado de las vías, mientras el grupo de la Unión Ferroviaria, que avanzaba sobre el terraplén, les gritaba “piqueteros de mierda, negros de mierda, zurditos, los trabajadores somos nosotros”. Desde la calle, cantaban: “Unidad/de los trabajadores/y al que no le gusta/se jode/se jode”. La respuesta fue una lluvia de piedras que llegó desde las vías y duró por lo menos media hora. En Capital, los tercerizados retrocedieron hasta una parrilla ubicada sobre la calle Luján, donde organizaron una asamblea. Desistieron del corte, decidieron no marchar a Constitución y esperar a los medios. Luego de mostrar las heridas provocadas por la pedrada a las cámaras de televisión, y cuando caminaban hacia Vélez Sársfield, observaron que el grupo comandado por Díaz bajaba del terraplén, corriendo hacia ellos. “Cuando comenzaron a tirar piedras se escucharon doce disparos”, dijo Chamorro. Aunque sacó su cámara para tomar fotos, no tuvo suerte. En ese momento, escuchó que Ferreyra pedía ayuda. Su cuerpo se desplomó boca abajo.

“Cuando giraron a Mariano, le levantaron la remera. Ahí nos dimos cuenta de que había recibido un disparo –dijo–, porque pensábamos que había tenido un ataque de epilepsia.”

Dora Martínez también escuchó doce disparos. “Pa, pa, pa, sonaba uno tras otro, pensamos que nos disparaba la policía, nunca imaginamos que podía ser la patota.” Elsa Rodríguez y Dora Martínez escaparon juntas, corrían a la par. Elsa llevaba una visera del PO y, por los piedrazos recibidos, uno de sus brazos colgaba de una campera marrón. “Cuando giro para mirar, veo que se agarra la cabeza, cae boca arriba y pega el grito: ¡Ay, Dios! –contó Dora–. No puedo dormir al recordar su expresión.” Martínez ayudó a replegar a las mujeres que habían quedado rezagadas.

Una ambulancia de una empresa privada que apareció en el lugar fue detenida por los manifestantes que, luego de subir a la camilla a Rodríguez, hicieron retroceder la ambulancia para socorrer a Ferreyra. “Nos enteramos por los medios de que Mariano había fallecido”, dijo Chamorro. Además, las imágenes de C5N muestran que los periodistas fueron intimidados por el grupo de la Unión Ferroviaria. “La patota encerró a la movilera en Chevallier, mientras le gritaban: ¡Hija de puta, no filmés más, apagá la cámara! Ahí es donde se ve bien claro que el patotero de cuello ortopédico fue uno de los que amenazaba”, destacó Chamorro. Se refería a Jorge González, quien ayer hizo un pedido de eximición ante la jueza Susana López, pero le fue denegado.

Después de los disparos, la columna de tercerizados avanzó hacia donde se encontraban los ferroviarios al mando de Díaz. “Un rato antes, el abogado del PO (Gustavo Mendieta) había hablado con la Policía Federal, les había dicho que nos estaban reprimiendo, pero lo único que hicieron fue sacar los patrulleros”, señaló el militante. Algunas versiones hablan de tres móviles de la policía que estaban cruzados sobre la calle Luján.

Mónica Ororbia también vio caer a Rodríguez. “Escuché ‘¡ay!’ y otra compañera dijo ‘la mataron, la mataron’.” Entonces giró y encontró a la mujer tirada en el suelo, temblando. Intentó llamar al 911 pero no obtuvo respuesta. Se acercó y le tocó el brazo. Rodríguez parpadeaba. Cuando la movieron, pudo ver el disparo en la cabeza. “Fue acá”, señaló, apoyando un dedo sobre la sien izquierda. Un hombre que se presentó como médico se acercó para asistir a la mujer, hasta que fue trasladada en ambulancia al Hospital Argerich, junto a Ferreyra. Ayer continuaba internada, estable pero con pronóstico reservado.

Chamorro aclaró que no fueron a buscar el choque, sino a apoyar a los tercerizados. “Se tiene que acabar la patota sindical. (José) Pedraza y (Juan Carlos) ‘Gallego’ Fernández tienen que ir presos”, apuntó, y caracterizó a Pablo Díaz como “un secuaz de ellos, un perejil que tiene que pagar el costo por no mandar al frente a quienes tiene que mandar”.

Sobre la situación de los tercerizados, Chamorro adelantó que no van a parar hasta que todos los trabajadores pasen a planta permanente, “hasta borrar a la patota gremial”. “Queremos que a estos trabajadores les devuelvan la dignidad que a nosotros nos sacaron”, anheló Martínez, que quedó de-sempleada en los ’90. “Queremos laburar y que no nos traten más de ‘locos tirapiedras’ o vagos”, agregó. “Nosotros –concluye Chamorro– no buscamos un muerto.”

La secuencia de imágenes tomadas por Pablo Chamorro, de la CTD Aníbal Verón: la marcha de los tercerizados, la patota sobre las vías y el movimiento de la policía.
“Pensamos que nos disparaba la policía, nunca imaginamos que podía ser la patota”, contó Dora Martínez, que vio caer herida a Elsa Rodríguez.

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