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El Gobierno le dio un ultimátum a la CGT por los dos directores

 Por Diego Schurman

El Gobierno lanzó ayer un ultimátum a la CGT para que no obstruya los cambios de fondo en el PAMI. “Nuestra postura no era la de intervenir, pero a esta altura tampoco es la de seguir esperando eternamente a que los directores se pongan a trabajar. Esto se tiene que resolver esta semana”, señaló a Página/12 el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
En la Casa Rosada aseguran que la salida del conflicto pasa por el reemplazo de Reynaldo Hermoso y Domingo Petrecca, los dos representantes sindicales en el PAMI. Pero nadie lo expresa públicamente, ya que la remoción es una facultad exclusiva de la conducción de la CGT.
Varias fuentes oficiales reconocieron tener la promesa del titular de esa central, Rodolfo Daer, de proceder a los cambios en forma inmediata.
Pero la falta de novedades al respecto, sumado a la nueva irrupción del propio Hermoso y su jefe político Luis Barrionuevo, reafirmando su decisión de resistir, tensó la cuerda.
Sólo Ginés González García llevó algo de tranquilidad al presidente Néstor Kirchner. Fue después de un contacto matinal con varios de los sindicalistas “gordos” que volvieron de Ginebra, en donde participaron de la asamblea anual de la OIT. El ministro de Salud volvió a escuchar de los popes gremiales promesas de cambios en la representación sindical del PAMI.
Claro, como por ahora no hay nada más que palabras, Fernández buscó ayer acelerar la resolución del conflicto asegurando que la paciencia oficial se está agotando. Y otra vez mostró la daga de la intervención, un procedimiento que para el sindicalismo seguramente resultará más devastador que pasar voluntariamente a retiro a Petrecca y Hermoso.
Los dos damnificados no piensan lo mismo. Y así lo hizo saber Hermoso. “No vamos a entregar ningún hombre, si entregamos la obra social automáticamente después vienen por los sindicatos”, advirtió en una adaptación de la frase de Bertolt Brecht.
El dirigente gremial, que fue, es y será amigo de Barrionuevo, según se vanaglorió, no se valió únicamente de un lenguaje literario. También reprodujo otro con cierta codificación mafiosa. “(Si me echan) voy a hablar y eso va a ser muy peligroso porque sé muchas cosas, hace mucho tiempo que estoy en el PAMI y acá hay cosas que se saben”, dijo.
Si la Justicia actuara de oficio, hoy mismo podría decidir la citación de Hermoso para que declare lo que sabe.
En el tira y afloje, Barrionuevo también salió a blandir un desafío. Dijo que si quieren intervenir el PAMI que lo intervengan y que lo propio hagan con su obra social, la de los trabajadores gastronómicos. Más aún, habló en nombre de toda la CGT, pese a su relación distante con la actual conducción, y aseguró que la comisión directiva de esa central podría reunirse para abordar el tema PAMI entre esta y la próxima semana.
La preocupación de senador y ex presidente de Chacarita por el tema, luego de asegurar que no tiene ningún interés, “ni siquiera una ambulancia” en la obra social de los jubilados, mereció una observación de Fernández. “No se condice de que quien supuestamente no tiene nada que ver anuncie que va a resistir. El pez por la boca muere”, dijo a este diario el jefe de Gabinete.
Amén de lo que dijo Barrionuevo, fuentes sindicales indicaron que el viernes podría reunirse el consejo directivo de la CGT y ahí decidir la remoción de Petrecca y Hermoso. El Gobierno aspira a que en lugar de ellos asuma un gremialista de la CGT oficial y otro de la CGT rebelde de Hugo Moyano, uno de los pocos que salió a cruzar al conflictivo senador catamarqueño.
Sin embargo, esto parece ser una discusión aparte. Primero porque previamente debería producirse la unidad del movimiento obrero en una sola CGT, algo que no pueden digitar en la Casa Rosada. Después porque, a pesar del flamante romance con Moyano, también tienen en la mira a hombres que le responden e integran la vieja estructura del PAMI. Concretamente, señalan al dirigente de la Asociación de Trabajadores del Estado Rubén Grimaldi.
Fernández es categórico al afirmar que no hay ninguna posibilidad de negociación con la dirigencia sindical y que, más allá de las amables conversaciones que pudieran mantener algunos de los ministros –además de Ginés lo propio hace por estas horas el titular de Trabajo, Carlos Tomada–, en el PAMI no quedará nada sin investigar. El tiempo dirá.

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