EL PAíS › REPORTAJE A ELOY CAMUS

Tras los cómplices

 Por Ailín Bullentini

“Personalmente necesito saber en qué estado está la investigación y por eso me presenté como querellante”, advirtió Eloy Camus para enmarcar el reclamo que sostuvo ante el juez federal Claudio Bonadío –quien lo rechazó– y con el que ahora llega a la Cámara.

–¿Por qué piensa que Bonadío le negó su derecho a ser querellante?

–Creo que no quiere que yo vea que no está haciendo nada. Porque acá hay responsabilidades. Olivera y De Marchi no se fugaron por arte de magia. Su plan fue previo a la condena que recibieron, hicieron todo un trabajo. No está haciendo nada, está haciendo la plancha. Entonces, no acepto que me diga que no tengo legitimidad para ser querellante y saber lo que él dice que está investigando. Yo no creo más en nada si no soy parte. Han pasado muchos años para que nosotros nos sacáramos de encima una mochila llena de muertos con el acto reparador de parte de la Justicia, que son las condenas a los genocidas de mi provincia.

–¿Cuáles son los efectos de la decisión de Bonadío?

–Esto es un problema grave institucional. Los jueces tienen que velar por la democracia. ¿Qué tengo que entender con su rechazo?, ¿que Bonadío sigue la receta de la Corte de Justicia del ’30, cuando autorizaba los golpes militares?

–Los representantes del CELS y del Programa Verdad y Justicia hicieron hincapié en la gravedad para las víctimas ante la fuga de los condenados, hablaron de “impunidad de hecho”: ¿cómo considera esa afectación?

–No tenga la menor duda de que nos afecta por partida doble. Es un golpe tremendo porque nos pone en una situación de mucha inestabilidad emocional y psíquica. No sabemos cómo seguiremos planteando justicia en San Juan. ¿Para qué vamos a seguir declarando, para qué vamos a seguir buscando testigos, si el día de mañana jueces o funcionarios graciosamente dejarán venir a Buenos Aires a los condenados a que se revisen cuando no hubo en el penal de Chimbas ningún antecedente de que estén sufriendo dolencia alguna? Pero, realmente, a mí no me interesan ellos. Ya demostramos que son culpables, que son genocidas. Se tendrán que esconder como ratas en las alcantarillas, mientras exista la democracia en la Argentina no podrán aparecer, si es que están fuera del país. Lo que me interesa saber es quiénes fueron los responsables de su fuga, los cómplices que los dejaron ir.

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