EL PAíS › EL MARTES DICTAMINA LA JUNTA MEDICA POR LA MUERTE DE NISMAN

El 13 a 2 de los forenses

La mayoría de los peritos sostiene que el fiscal murió el domingo 18 de enero, en contraposición con los profesionales contratados por la querella, que afirman que la muerte fue el sábado.

 Por Raúl Kollmann

La junta médica que analiza la muerte de Alberto Nisman dictaminará este martes, aunque –como adelantó este diario– los forenses que responden a la ex esposa del fiscal ya entregaron un dictamen en el que plantean disidencias en la gran mayoría de las 24 preguntas formuladas por la fiscal Viviana Fein. Un punto clave, la data de la muerte, terminó 13 a dos, con 13 peritos sosteniendo que Nisman murió el domingo 18 de enero a la mañana o al mediodía, en contraposición con lo que sostienen los peritos de Arroyo Salgado que afirman que la muerte fue el sábado, cuando allí estaba el informático Diego Lagomarsino. Arroyo Salgado sostiene que el informático fue parte del plan criminal y la conclusión de la mayoría de la junta médica deja su hipótesis en mala posición.

Aunque el dictamen de la junta médica no dirá si hubo homicidio o suicidio, claramente no va a establecer que a Nisman lo mataron y en forma tácita dejará planteada como la hipótesis más probable la del suicidio. Las reuniones entre los forenses terminaron en lo que en el mundo pericial se considera un escándalo. Los dos forenses que responden a Arroyo Salgado, Osvaldo Raffo y Julio Ravioli, llegaron tarde el viernes a la reunión de la junta y se negaron a que su dictamen fuera leído por los demás. Lo habitual, en cambio, es que en una junta todos intercambien los puntos de vista y cada uno esté al tanto de la postura de los demás. Raffo y Ravioli directamente le entregaron su dictamen a la fiscal Fein quien ahora deberá decidir si eso vulnera el Código Procesal.

Las conclusiones de la junta médica servirán después de base para la junta de criminalistas, que esperan lo que dicen los forenses para emitir su dictamen. Por ejemplo, los criminalistas quieren saber cómo fue el sangrado de Nisman para determinar por qué hay manchas de sangre en los distintos lugares del baño. Hubo un punto de acuerdo en la junta médica: que no hubo espasmo cadavérico, o sea una muerte instantánea, que llevó rigidez inmediata al brazo derecho. Los profesionales coincidieron en que hubo una breve agonía, con Nisman ya totalmente inconsciente por la destrucción de su cerebro. Pero esa agonía hizo que hubiera una emanación de sangre de un par de minutos. En principio, los médicos dirán que sangró por boca y nariz y luego perdió sangre por el orificio de la bala. Esto le permitirá a los criminalistas explicar, por ejemplo, las manchas de sangre que hay en la pileta del baño. La mayoría sostiene que Nisman estaba parado frente al espejo en el momento de la muerte y por eso hay manchas en la bacha. Los peritos de Arroyo Salgado, en cambio, afirman que lo llevaron amenazado, lo hicieron arrodillar y le dispararon desde atrás. De los seis criminalistas, cinco estarán más cerca de la hipótesis del suicidio.

Durante los próximos días se supone que se incorporarán conclusiones de la pericia informática que hace la División Cibercrimen de la Policía Metropolitana, bajo la órbita de la jueza Fabiana Palmaghini. Es un secreto a voces que está verificada la apertura de la computadora por parte de Nisman el domingo 18 entre las 7 y las 8 de la mañana, lo que indicaría que el fiscal estaba con vida a esa hora. Si es así, será otro golpe duro para la querella, que insiste con la hipótesis de que Lagomarsino mató a Nisman el sábado. También de la pericia informática salen las últimas llamadas, al anochecer del sábado, mucho después de que Lagomarsino se hubiera ido de Le Parc.

Ya terminada la pericia informática, Cibercrimen empezó a trabajar en la visualización de las cámaras del edificio de Nisman. Se buscará si entró o salió alguien sospechoso y si se constatan las entradas y salidas que declaró Lagomarsino. Elisa Carrió declaró esta semana ante la fiscal y se despachó con una gigantesca conspiración (ver aparte) en la que incluyó un comando iraní en el que participaron sicarios presuntamente venezolanos que vivían en Le Parc. El viernes declaró la administradora del edificio y entregó un disco con información de quién vive en las torres, departamento por departamento. De manera que no debería ser difícil establecer si los sicarios están en la lista y, supuestamente, deberían haber abandonado el departamento después de la muerte del fiscal. Por ahora, no hay nada de eso. La administradora contó que el edificio Le Parc no sólo está custodiado por una empresa privada sino también por la Prefectura, que cobra mensualmente por ese trabajo. En su mega conspiración, Carrió involucró a un contador de la empresa de seguridad del edificio: el hombre declarará mañana.

Se supone que en los últimos días de mayo o en la primera quincena de junio, Fein tendrá un cúmulo de información para tomar una decisión y, tal vez, cambiar la calificación de muerte dudosa. El expediente quedará entonces en manos de Palmaghini que podrá decir si está de acuerdo con lo señalado por Fein o si ordena más pruebas.

Hoy por hoy, la mayor parte de las evidencias van para el lado de la hipótesis del suicidio, pero es indudable que Arroyo Salgado apelará cualquier paso que la fiscal o la jueza den para convalidar judicialmente que no hubo delito porque Nisman se quitó la vida.

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La junta médica no afirmará que el fiscal Alberto Nisman se suicidó, pero lo dará a entender.
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