EL PAíS › EN QUE PUEDE DERIVAR EL CASO CONTRA EL EX JEFE

Una cúpula acusada de banda

 Por Horacio Cecchi

“Esto no es un hechito, se mantuvo en el tiempo, se apuntó a diestra y siniestra.” De ese modo, una fuente desde el núcleo de la investigación describió a Página/12 lo que más tarde, durante la conferencia, el ministro Gustavo Beliz consideraría como una “auténtica asociación ilícita con modus operandi familiar”. La asociación ilícita apunta contra 15 imputados. Entre ellos, los investigadores consideran al menos como núcleo al ex jefe Roberto Giacomino, al ex superintendente de Bienestar Raúl Pigretti y al superintendente de Administración, Carlos Gandulfo. Junto a ellos, el siempre presente Vicente Capizzi y el tío de la nuera de Giacomino, Santiago Alvarez.
Giacomino vendría a ser como el techo y cobertura de toda la organización. Hay papers presentados por el propio Giacomino recomendando la contratación de L&M, de su concuñado Capizzi. Es obvio que sin su aval hubiera sido imposible semejantes gestiones. Pero además, las empresas aparecen vinculadas en el plano familiar al ex jefe. Se comprobó que antes de la gestión de Giacomino, una de las polémicas empresas que preexistía apenas había presentado una factura por 14 mil pesos, en el año 2000.
El comisario mayor Raúl Pigretti estaba a cargo del área de Bienestar, de la que dependen el Churruca y la obra social. Pigretti, según los investigadores, autorizaba y adjudicaba las operaciones de compra directa de menor envergadura. Firmó, además, el megacontrato de servicios médicos al interior en un trámite express.
El comisario mayor Carlos Gandulfo estaba a cargo de la Superintendendcia de Administración de la Federal. Cuando la Sigen rebotó la contratación directa de L&M por ocho millones de pesos, redujo la cifra a dos millones y ordenó que se realizara una licitación, Gandulfo dividió ese monto en dos contratos por 980 mil pesos, con lo que eludió el límite legal (superior al millón).
Si la Justicia comprueba todos los cargos por defraudación y asociación ilícita, a Giacomino y el resto de los Campanelli les corresponderá mucho más que lo que indicaban los edictos defendidos a capa y espada por el ex mandamás.

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