EL PAíS › EL CORTESANO Y SU FAMILIA REZARON EN UN ALTAR

La Virgen no pudo hacer milagros

Por E. T. y F. Y.

Llegó acompañado de su esposa, sus hijos y sus abogados. No les escapó a las cámaras de televisión ni tampoco a la de los reporteros gráficos. Es más, las buscó. Sobre todo cuando se dirigió hasta la Virgen del Rosario de San Nicolás que se encuentra cerca del ingreso al recinto. Allí, junto a los suyos, el ahora destituido juez de la Corte, Eduardo Moliné O’Connor, rezó durante media hora. Las damas se habían preparado para la ocasión y concurrieron munidas de su rosario personal. “Ruega por nosotros pecadores” retumbaba como letanía el pedido de la familia O’Connor.
Cada movimiento del magistrado era seguido por una nube de cámaras televisivas y cronistas radiales. Mientras la familia se encomendaba a los designios divinos, los abogados, más pragmáticos, ocupaban su tiempo en dar sus argumentos a la prensa. Luego del rezo y mientras esperaban el comienzo de la sesión secreta, Moliné y familia se ubicaron en el Salón de Lectura. No faltaron los asesores de algunos senadores que le acercaban los chismes de la sesión secreta. El más entusiasta fue uno de los colaboradores del procesista Partido Renovador de Salta, Ricardo Gómez Diez, uno de los más firmes defensores del ex ministro de la Corte.
Moliné se mostró tranquilo durante el desarrollo de la jornada, no así su hijo Santiago. El joven abogado, nervioso, fue el encargado de contabilizar los votos en el recinto y fue quien dio la espalda a los senadores cuando Daniel Scioli anunció que su papá era un ex cortesano. Su padre no le dijo nada y sólo se limitó a mirarlo. A quienes sí observó con detenimiento fue a los senadores que votaban en contra suyo. Moliné le dispensó una mirada petrificante a la novel senadora María Laura Leguizamón, quien asumió la semana pasada. Más complaciente fue la que le dirigió a Eduardo Menem. El riojano fungió de defensor oficial durante el proceso en su contra. Similar actitud tuvo Moliné para con la salteña menemista, Sonia Escudero.
Sin duda, los rezos no surtieron efecto. Todo indica que ahora el ex juez deberá recurrir a otros ritos para tratar de que los recursos que presentará ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos tengan mejor suerte.

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