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La AMIA va a colocar en su plaza seca, junto al monumento que recuerda a las víctimas de los atentados a esa sede y a la Embajada de Israel, un recordatorio de los desaparecidos judíos durante la dictadura militar. “Queremos tener en el edificio central de la comunidad algo que recuerde que aún no sabemos el destino de más de 1800 argentinos de origen judío que están desaparecidos”, dijo el titular de la AMIA, Abraham Kabul. “Esa era una tarea en deuda. La entendemos como un gesto de respaldo y apoyo moral a los familiares que continúan en la búsqueda de sus seres queridos.”
La iniciativa será anunciada el martes en una conferencia de prensa de las autoridades de la AMIA con los Familiares de desaparecidos judíos. La instalación del monumento se realizará dentro de dos o tres meses, con un diseño que todavía no se definió. Veintiocho años después del inicio de la dictadura, en las instituciones de la comunidad judía todavía nadie quiere hablar abiertamente en términos de autocrítica, pero es posible que el del martes sea un primer paso en ese sentido.
“Los judíos desaparecidos representan casi al 10 por ciento de los desaparecidos argentinos durante la dictadura militar, una cantidad sumamente alta si se tiene en cuenta que la comunidad judía en la Argentina no llega ni siguiera al uno por ciento de la población en general”, recordó Kabul.
Los familiares estuvieron durante largo tiempo bregando porque la comunidad judía organizada tuviera un recordatorio. “Por motivos que desconozco, esto nunca se pudo concretar”, dijo ayer Kabul. “Cuando propuse en la mesa de nuestro consejo directivo tratar el pedido de los familiares, todos coincidimos en que realmente había una tarea en deuda.”
Para el rabino Daniel Goldman, de la comunidad Bet El, la instalación del recordatorio “es un avance importante, porque en general nuestras instituciones han tenido actitudes cuestionables, no estuvieron a la altura de las circunstancias. Hubo excepciones, como los casos de los rabinos Marshall Meyer y Roberto Graetz, de Herman Schiller o del enviado de la agencia judía Daniel Recanati. Pero los dirigentes de entonces no dieron el apoyo que necesitaban los familiares y en algunos casos hasta cerraron las puertas”.
Dado que es la primera vez que en la AMIA se realiza un homenaje de este tipo, el acto será a la vez una reivindicación de la lucha de los familiares.
Los organizadores de la rueda de prensa anticiparon que allí se dará respaldo a la decisión de convertir a la ESMA en un Museo de la Memoria. En la mutual judía piensan incluso que el museo debería tener una parte que recuerde el ensañamiento de los represores con las víctimas judías. “Para nosotros será también un momento en donde podremos exponer claramente que la ideología de la dictadura militar tenía con los desaparecidos judíos una cuota adicional de violencia”, apuntó Kabul. “En los centros clandestinos de detención, quienes eran identificados como judíos eran marcados con cruces esvásticas, muchos fueron torturados con grabaciones de los discursos de Hitler como fondo.” La conferencia de prensa fue anunciada para el martes 23 a las 17, en el edificio de Pasteur 633.