EL PAíS › EL SISTEMA ELECTRICO AGUANTO PERO AGOTA RESERVAS

La demanda no tiene dique

 Por Raúl Dellatorre

La demanda eléctrica no alcanzó ayer el pico de máxima que registró el 14 de junio, pero se acercó a valores límites con respecto a la capacidad de generación del sistema. Sin embargo, el Gobierno, a través del Comité de Emergencia, del que participan las empresas concesionarias del sector, no necesitó tomar otras medidas que las ya dispuestas en días anteriores: restricción del uso de energía eléctrica en la industria a partir de las 16, con un techo equivalente a la demanda de los mismos usuarios para la misma época del año en el 2005.

Según los datos elaborados por Fundelec (Fundación para el Desarrollo Eléctrico), entidad de origen privado que conforman diversas empresas del sector, la demanda eléctrica del mes de junio fue superior a la de mayo en 7,3 por ciento y se ubicó por encima de la del sexto mes del año pasado en un 6,7 por ciento. El dato más relevante, sin embargo, es que la evolución creciente del consumo es mucho más empinado en el caso de los usuarios de Capital Federal y Gran Buenos Aires. En el área de Edenor, el salto con respecto a junio del año pasado llegó al 12,3 por ciento, en tanto que en la de Edesur fue del 9,7 por ciento.

Las proporciones de la oferta entre distintas fuentes indican que la generación de origen térmico representó el 49 por ciento en junio, el 38 por ciento provino de la producción de centrales hidráulicas y un 7 por ciento de las centrales nucleares. El resto (aproximadamente seis por ciento) fue aportado por los países limítrofes, principalmente Brasil y en menor medida Uruguay y Paraguay.

La elevada proporción de uso de energía hidráulica del mes pasado es un reflejo de una política arriesgada en las actuales circunstancias: la mayor demanda se está atendiendo con el consumo de las reservas de agua. Es decir que los diques que alimentan las represas hidroeléctricas se están secando, mientras no se producen lluvias para reponerla.

Mientras, la represa de Yacyretá, sobre el Paraná, sigue funcionando a un régimen normal, la de Salto Grande opera con limitaciones por la baja hidraulicidad del río Uruguay. En el Sur, en la región del Comahue, es donde se presenta el mayor riesgo, dado que la falta de lluvias desde hace ya dos meses y el uso al máximo de la potencia de las centrales está agotando, paulatinamente, la capacidad de generación.

La apuesta oficial es que, superados los días de mayor demanda de esta semana, la normalización de las temperaturas venga acompañada de lluvias que incrementen el caudal del Limay y sus afluentes, para reponer el agua perdida principalmente en las centrales de Alicurá y Piedra del Aguila. De no ser así, el sistema de generación del Comahue apenas “resistiría” hasta el 20 o 22 del presente mes. Acá se juega buena parte de la suerte de la estrategia oficial.

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