ESPECTáCULOS › UNA OBRA SORPRENDENTE, EN GANDHI

Reviviendo el cabaret

Alejandra Perlusky, Karina K y Diego Bros se lucen en “Canciones degeneradas”, un proyecto de Fabián Luca que homenajea la estética del cabaret de Berlín, en los años previos al apogeo del nazismo.

 Por Cecilia Hopkins

Entre las dos guerras mundiales, artistas plásticos, cantantes y poetas encontraron en el cabaret el ambiente propicio para dar a conocer junto a sus obras su opinión sobre el devenir de los acontecimientos políticos. Hubo cabarets estrictamente ligados a la actividad artística de las vanguardias, como el Cabaret Voltaire, en Zurich, o el Chat Noire, de París. Otros cafés y pequeños restaurantes lograron en diferentes puntos de Europa captar a un público más amplio en tanto la oferta incluía un estudiado cóctel de baladas populares, números danzados –a cargo de desinhibidas coristas– y un completo catálogo de variedades, entre los que sobresalía por su contenido satírico, el monólogo de actualidad. Inspirado en este género de espectáculos, el director Fabián Luca (al frente del mismo equipo que produjo Tango reviú) ofrece en Canciones degeneradas un conjunto de antiguas melodías de la época de entre guerras, versionadas coreográficamente por Diego Bros y, a modo de crónicas de época, los consabidos números humorísticos que ironizan sobre los males de una sociedad en decadencia.
Ya desde su presentación, Canciones... remite tanto a la atmósfera intimista como al vestuario emblemático del cabaret alemán, tal como lo describió el inglés Christopher Isherwood en su Adiós a Berlín, de 1939, novela que va siguiendo las andanzas de su compatriota Sally Bowles (personaje que interpretó Liza Minnelli en el film Cabaret, de Bob Fosse, sobre el musical de Kander y Ebb) en los días en que el nazismo accedía al poder en Alemania. Abrevando en la iconografía clásica del artista de cabaret, entonces, el espectáculo se estructura en torno al trío compuesto por el mencionado Bros, Alejandra Perlusky y Karina K, quien reemplaza desde hace unas semanas a Alejandra Radano. Con simpatía y desenvoltura, los artistas consiguen la complicidad de la platea, secundados por una orquesta de siete músicos (vientos, percusión y contrabajo) que dirige Gabriel Goldman.
La corrupción generalizada y los estragos de la guerra, dos de los temas clásicos del género, encuentran un registro burlesco en la versión de “Todos roban”, de Mischa Spoliansky, de 1931, y “Money”, de Kander-Ebb, de 1963. Una pantalla ofrece imágenes que complementan la escena: en el caso del corto de Betty Boop y las fotos de flappers, aquellas mujeres emancipadas de los años 20, las primeras en fumar y cortarse el pelo a la garçon, ambas referencias están allí para incorporar al espectáculo el tema de los cambios registrados en la figura de la mujer. Examinada desde los más variados puntos de vista, se la ve protagonizando encarnizados combates feministas (en “Fuera con los hombres”, de Frederich Hollander, de 1926), coqueteos lésbicos (en la recreación del tema “Cuando una amiga...”, de Spoliansky-Schiffer, grabada por Lotte Lenya en los ‘30) y hasta varias escenas en las que, como en la interpretación de “Sex Appeal”, de los autores arriba mencionados, adhiere gozosamente al ideario de la “mujer objeto”.



Intérpretes: Alejandra Perlusky, Karina K y Diego Bros. puntos
Dirección musical: Gabriel
Goldman.
Coreografía: Diego Bros.
Idea, ambientación
escenográfica, iluminación, vestuario y dirección: Fabián Luca.
Lugar: Foro Gandhi, Corrientes 1743, de viernes a lunes, en horarios diversos.

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El espectáculo tiene toques feministas y escarceos lésbicos.
 
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