ESPECTáCULOS › “EL TIEMPO DE SER FELIZ”, UNA SINGULAR COMEDIA BRITANICA

Otra fresa y otro chocolate

El protagonista sabe desde siempre que lo que le gusta no son las chicas, sino los chicos, y no tiene ningún conflicto con ello, pero sí con el mundo que lo rodea, el típico microclima de pueblo chico.

 Por Horacio Bernades

En la burbujeante secuencia introductoria de El tiempo de ser feliz, el protagonista, un chico de 15 años, recuerda sus primeros escarceos con la sexualidad. Estos se remontan a los tiempos en los que se columpiaba en la hamaca junto a un amiguito y a ciertos documentales sobre copulación entre puercoespines vistos en la escuela primaria (“el macho eyacula a los pocos segundos de la penetración, y luego se retira para siempre”, dice el desalentador relato en off). Tampoco falta la asociación entre el acto sexual de los padres y el helado de chocolate, basada en la imagen de la barrita de galleta enterrada en la crema.
Aunque nunca deja de ser agradable, incisiva en ocasiones, El tiempo de ser feliz no conserva el mismo espíritu de picardía cuando se mete con el tema de la homosexualidad del protagonista, prefiriendo adoptar un discurso más estandarizado (menos desfachatado) sobre el tema. Basada en una obra de teatro y adaptada por su propio autor para la pantalla, la película dirigida por el británico Simon Shore (cuyo título original, Get Real, podría traducirse como “A ver cuándo te vas a avivar”) es básicamente una comedia de iniciación sexual adolescente, con la “diferencia” del caso. Alumno de colegio secundario de un pequeño pueblito inglés, Steve Carver (Ben Silverstone) sabe desde siempre que lo que le gusta no son las chicas, sino los chicos, y no tiene ningún conflicto con ello. Sí con el mundo que lo rodea, signado por el típico microclima de pueblo chico, una familia tradicionalista y un ámbito escolar más tradicionalista aún.
A pesar de todo ello, a los 15 Steve ya visita esa verdadera institución británica de la comunidad gay que es el baño público de la zona, aunque el director de la película retacea dar detalles sobre la “cocina” de ese baño. Allí, Steve conocerá primero a un escritor rubio y amable, pero éste no tarda en volver con su esposa e hijo. Del mismo baño saldrá más tarde John Dixon (Brad Gorton), el más apuesto y ganador de sus compañeros de high-school, y ésa sí que es una sorpresa. Steve y John se acercarán inevitablemente. Pero no será fácil, porque John lleva con vergüenza lo que para Steve es natural, y es así como un día lo besa apasionadamente y al día siguiente se hace el “yo no fui”. Los otros agonistas del drama (o la comedia, que sobre esos dos caballos cabalga Get Real) son el bastante intolerante papá y la mucho más comprensiva mamá, el mejor amigo de Steve (tan enfrascado en sus propios problemas con las chicas que no se da cuenta de nada), su confidente (la típica gordita ácida y deslenguada, personaje simpático pero bastante formulaico) y la chica que se quiere levantar a Steve, sin saber que se va a dar la cabeza y algo más contra la pared.
A John lo rodea su barra de amigos, no otros que los machotes del cole. Entre ellos, el clásico troglodita, que en 9 de cada 10 películas de temática gay sirve de espejo invertido y deformante. Narrada con fluidez, El tiempo de ser feliz logra transmitir con acierto la batalla, las presiones y el padecimiento de Steve. Y se dirige como un tren-bala haciaun final al estilo ¿es o no es?, con Steve saliendo del closet en una situación de máxima exposición, ganándose finalmente el aplauso y el apoyo de todos. Y colorín colorado. Más interesante que ese esquema dramático -sumamente convencionalizado a esta altura– es la cambiante y complicada relación amorosa entre los protagonistas. En ella no faltan roces, lastimaduras, traiciones y algún literal golpe bajo, logrando ser toda una puesta en escena del dolor gay, en ámbitos en los que “gay” es todavía una mala palabra.



(Get Real) Gran Bretaña, 1998.
Dirección: Simon Shore.
Guión: Patrick Wilde, sobre su propia obra teatral What’s Wrong with Angry?
Fotografía: Alan Almond.
Intérpretes: Ben Silverstone, Brad Gorton, Charlotte Brittain, Stacy Hart, Kate McEnery y Louise Taylor.
Estreno de hoy en los cines Hoyts Abasto, Village Recoleta, Atlas Sta. Fe, Cinemark Palermo, P. Bullrich y Showcase Belgrano.

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Ben Silverstone y Charlotte Brittain en una escena de la película dirigida por Simon Shore.
 
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